El mundo de la movilidad se halla inmerso en una etapa de transformación que está afectando profundamente al sector del automóvil. La decidida apuesta de la Unión Europea por la electrificación (o cuando menos, “descarbonización”) de su parque de vehículos, sumada a los vaivenes legislativos a nivel estatal, autonómico y local, han llevado al público a un estado de incertidumbre.
En este sentido, una de las preguntas que más escuchamos a diario es “¿Sigue siendo buena idea comprar un coche de gasolina?”. Bajo mi humilde punto de vista sí que lo es, y en este artículo os daré cinco razones para hacerlo; así que ¡al lío!
1. Coches más baratos
Los automóviles de gasolina suelen ser más asequibles que los diésel, sobre todo desde que estos últimos se vieron obligados a añadir sistemas AdBlue de depuración de gases de escape. Y la diferencia de precio se hace más acusada si comparamos con los híbridos; especialmente, los híbridos enchufables. Por supuesto, un BMW M2 -del que aquí tenéis nuestra videoprueba- os saldrá un pelín más caro que el BYD Seal U Dual Mode que probamos en este vídeo, pero solo estamos tratando de hacer una generalización aquí. De hecho, los 15 coches nuevos más baratos en España llevan motor de gasolina (como mucho, con hibridación ligera).
2. Coste de mantenimiento
Históricamente, el mantenimiento de los motores de gasolina ha sido menos frecuente y problemático que en las versiones alimentadas por gasóleo: sus reparaciones solían ser más costosas; y tanto los catalizadores como las válvulas EGR mostraban cierta propensión a averiarse.
Sin embargo, y como nos explicaba Sara Soria en su artículo sobre cómo realizar el mantenimiento del coche según su tecnología, el coste de mantener un automóvil de gasolina se ha acercado al del diésel a causa de la generalización de los sistemas de inyección directa y los filtros de partículas. Por tanto, este factor será más favorable para los coches de gasolina que tengan una cierta antigüedad.
3. Precio del carburante
Bueno, vale, de acuerdo: el consumo medio de los coches de gasolina es más elevado que el de los diésel (con una diferencia que, eso sí, se ha ajustado mucho en la última década) y también si los comparamos con los híbridos enchufables (sobre todo si los enchufamos). Pero si nos centramos en el precio por litro de combustible, esa diferencia está llamada a desaparecer tarde o temprano.
Debido a ello, será necesario hacer todavía más kilómetros para amortizar un diésel; y si antes el umbral estaba entre los 80.000 y los 100.000 kilómetros, podría con el tiempo extenderse hasta los 200.000 km. Dicho esto, aún quedan buenas razones para decantarse por un coche diésel.
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4. Etiqueta medioambiental
Este es otro factor que depende del modelo de automóvil y que a día de hoy ya se ha igualado; pues todos los automóviles nuevos, tanto de gasóleo como de gasolina, dan acceso a la calificación medioambiental C de la Dirección de Tráfico. Pero ojo: los diésel anteriores a 2014 han de conformarse con la etiqueta B; y los anteriores a 2006… no tienen derecho a ninguna.
En cambio, los coches de gasolina fabricados en los últimos 18 años sí llevan la etiqueta C, que puede marcar la diferencia a la hora de acceder a los grandes núcleos urbanos. En este artículo os explicamos el lío de los distintivos ambientales de la DGT.
5. Simplemente, pasión por el automóvil
Seguro que os habéis dado cuenta de que casi todos los coches deportivos son de gasolina. También los hay diésel, por supuesto; pero en mi opinión, si te compras un deportivo, es triste que tu coche suene a diésel y huela a gasoil. Más todavía si tu coche es un descapotable…
Pero también, y sobre todo, es una cuestión de tacto y rendimiento. Un buen motor de gasolina tiene menos vibraciones, se muestra más elástico y estira mucho más, sobre todo si es atmosférico. Este conjunto de sensaciones, aromas y sonidos, transmite un placer de conducción que, además, suele elevarse de manera proporcional al dinero que invirtamos... y al número de cilindros. Porque, no nos engañemos: nada nos hará sentir lo mismo que un flat-six, un “seis en línea”, un V8 ó un V10.
Por supuesto, el factor de la “deportividad” es muy subjetivo; y puede que estéis en desacuerdo con alguna o todas las razones que he expuesto en favor de los coches con motor de gasolina. Para eso está la sección de comentarios, así que… comentemos amigablemente.
Estan matando la cultura del automobil , yo me niego a comparar un coche electrico 100% , todavia queda mucho recorrido para que sean la mejor opcion , yo me acabo de comprar un BMW 420i cabriolet y no lo cambio por ningun electrico ., es cuestion de sensaciones al volante y no una cuestion de mobilidad sostenible .Han cogido al automobil como cabeza de turco medioambiental .