Autoretro, el Salón Internacional del Vehículo Clásico de Barcelona, celebrado el pasado fin de semana en el recinto ferial de Montjuïc, en Barcelona, contó con 250 expositores, una exposición de medio millar de vehículos en los diferentes días de la muestra y una afluencia de 48.000 personas, cifra en ligero aumento respecto a otros años.
Además de las habituales actividades de compra-venta de vehículos clásicos y de mercadillo, este año destacaron las diferentes exposiciones temáticas y, sobre todo, los actos paralelos, con numerosos homenajes que atrajeron a un público muy diverso. La muestra volvió este año al pabellón 2, su escenario habitual (el año pasado estuvo en otro palacio) y utilizó el pabellón 1 como aparcamiento de clásicos y la plaza del Universo para reuniones de clubs y entidades. Situar la taquilla en la puerta del pabellón y dejar libre acceso a la plaza y al parking contribuyó a aumentar el ambiente y la presencia de público en la muestra.
La vuelta al pabellón 2 permitió además que los organizadores, la empresa ERMEevents, pudieran segmentar mejor la oferta y concentrar en zonas temáticas las de ventas, exposición, mercadillo de piezas y automobilia (libros, ropa y miniaturas esencialmente) con lo que la muestra estaba más ordenada y con estands mucho mejor dispuestos que en ocasiones precedentes.
Este año, además, la feria contó con numerosos actos paralelos comoel homenaje realizado a la memoria del carrocero Pedro Serra, considerado el mejor carrocero español de todos los tiempos. El sello personal de Serra, creativo y profesional, se acuñó en modelos de firmas como Pegaso, Rolls Royce, Biscuter, Renault, Citroën, Dodge, Ford y BMW, pero, sobre todo, en SEAT. Entre los coches expuestos destacaba el prototipo del Dodge Boulevard, recién rescatado de treinta años de abandono y el Dodge Boulevard MM30 el más deportivo de la gama, ambos considerados las obra culmen de su producción; uno de los siete Pegaso Z102 Cabrio que carrozó por encargo del ingeniero Wifredo Ricart, tres SEAT 1400, uno de ellos en proceso de prerestauración, fruto de la estrecha y fructífera colaboración que el carrocero desarrolló con la firma de Martorell; y una selección de creativas propuestas como un Renault 4/4 cabrio; un Citroën Dyane Coupé, un MG Crazy y un Biscuter Pegasín.
También hubo homenajes al piloto de motos Ramón Torras, fallecido en 1965 con sólo 21 años, a los pilotos motociclistas que ganaron las 24 Horas de Montjuïc, entre ellos mitos de la talla de Salvador Cañellas y "Min" Grau sin olvidar a nuestro piloto de cabecera, Luís Miguel Reyes, a la fábrica Elizalde, con la publicación de un libro dedicado a esta empresa firmado por Manuel Garriga, a Siata española, empresa filial de la italiana del mismo nombre que desarrolló modelos basados en el Seat 600 y al propio 600, que este año celebra su 60 aniversario y contó con una exposición de modelos de la propia marca entre los que destacaba una Seat Formicheta decorada como vehículo de asistencia en carretera de la marca después de una concienzuda restauración.
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Los asistentes pudieron participar asimismo como espectadores en dos interesantes tertulias, una sobre el rally Costa Brava, con Luís Moya y Salvador Servià entre los ponentes y otra sobre la Subida al Montseny con la presencia de Juan Fernández y Eugenio Baturone, ganadores de la prueba en los años 70 y de Josep Casanovas, autor de un libro excepcional que recoge una a una todas las ediciones de la carrera.
Entre las exposiciones monográficas destacaban las de Bomberos de Barcelona con una exhibición con una bomba de vapor de 1896, la de tractores de la colección del Museu del Tractor de época de Castellbisbal, la del Paris Dakar y la de Ferrari, para conmemorar el 70 aniversario de la marca.