El Bentley T-Series más antiguo del mundo, registrado por primera vez el 28 de septiembre de 1965, ha regresado a su hogar en Crewe tras un largo proceso de restauración. Después de 59 años, este automóvil, representante del cambio en la ingeniería de Bentley, ha sido devuelto a su gloria original, preservando su historia y su alma.
Este modelo, considerado una pieza clave en la evolución de la marca, fue hallado en un estado lamentable después de décadas de olvido, con daños sustanciales tanto en su interior como en su estructura. Sin embargo, el meticuloso trabajo de los especialistas de P&A Wood ha logrado devolverle su esplendor, sin sacrificar su autenticidad. Aprovechando este momento, vamos a ver el resultado final en una galería de fotos y a hablar de la historia de este modelo de Bentley.
Breve historia sobre el Bentley T-Series
El Bentley T-Series, lanzado en 1965, marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la automoción al ser el primer modelo de la marca en adoptar una carrocería monocasco, una tecnología que rompía con la tradición de construcción sobre chasis independiente que Bentley había seguido durante décadas. Esta innovación técnica permitió una estructura más ligera y eficiente, mejorando el comportamiento dinámico del coche y ofreciendo una mayor comodidad a los ocupantes. El modelo fue lanzado simultáneamente con el Rolls-Royce Silver Shadow, compartiendo la misma plataforma y muchos componentes, lo que reflejaba el enfoque colaborativo entre ambas marcas.
El diseño del T-Series estuvo a cargo de John Blatchley, reconocido por su trabajo en el Bentley R-Type Continental, y su objetivo fue crear un automóvil que combinara el lujo característico de Bentley con avances en ingeniería que mejorarían la experiencia de conducción.
Equipado con un motor V8 de 6.23 litros y 225 caballos de potencia, el Bentley T-Series ofrecía muy por encima de los estándares en ese tamaño y peso, con una velocidad máxima de 185 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 10,9 segundos. Estos datos eran algo nunca visto en un sedán de cuatro puertas de su época. A lo largo de su producción, que abarcó hasta 1980, se fabricaron un total de 1.868 unidades del T-Series de primera generación, la mayoría en su versión sedán estándar. Sin embargo, también se produjeron versiones más exclusivas y personalizadas, como el Bentley T Mulliner Park Ward, una versión coupé que añadía aún más exclusividad a un automóvil ya de por sí reservado para una élite.
Personalidades influyentes de la época, como el músico George Harrison y el actor Peter Sellers, fueron dueños orgullosos de este modelo, lo que ayudó a consolidar su estatus de automóvil de lujo y símbolo de éxito.
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La restauración de un Bentley T-Series
El hallazgo del Bentley T-Series con número de chasis SBH1001, el primero de la línea de producción, marcó el inicio de una ardua pero meticulosa tarea de restauración que duró 18 meses. Este modelo fue encontrado en un almacén, cubierto por una lona, sin haber sido conducido en décadas y con numerosas piezas clave desaparecidas, incluido todo el interior.
La importancia histórica del coche impulsó a los especialistas de P&A Wood a emprender su restauración bajo un enfoque de "reparar en lugar de reemplazar", lo que significaba conservar al máximo los componentes originales. Uno de los mayores retos fue la restauración del sistema eléctrico, cuya maraña de cables estaba completamente desordenada y sin un diagrama detallado para guiar el proceso. Además, se descubrieron daños de colisiones previas que habían sido reparados de manera deficiente, lo que obligó a los restauradores a corregir y alinear varias partes del chasis. También se tuvo que reemplazar completamente un ala trasera corroída, lo que exigió una cuidadosa aplicación de imprimaciones y capas de pintura para devolverle su acabado original, respetando el estilo de Bentley de los años 60.
El equipo también se enfrentó a la ausencia del salpicadero y a la falta de piezas de repuesto originales, lo que los llevó a recurrir a un vehículo donante de la misma época para asegurar la autenticidad de la restauración. Todos los detalles fueron cuidadosamente examinados, desde los logotipos en los cinturones de seguridad hasta la ausencia de espejos retrovisores, un rasgo distintivo de los primeros T-Series. En este proceso, la paciencia y la precisión fueron claves, como lo demuestra el hecho de que se emplearon abrasivos de 8000 granos para lograr un acabado de pintura impecable.
La filosofía de mantener la pátina original también se aplicó a los cromados, que fueron pulidos pero no reacondicionados para preservar su aspecto envejecido. Así, el coche ha sido devuelto a su estado de gloria sin borrar su historia, y ahora se exhibe junto a otras joyas del Heritage Collection de Bentley, manteniendo su matrícula original de prensa "1900 TU". 5.
La restauración del Bentley T-Series más antiguo es un tributo a la historia de Bentley. Este automóvil, testigo de la evolución de la marca por ser pionero en su chasis monocasco, es ahora un símbolo vivo de la innovación y la determinación por el detalle que han definido a la compañía durante más de un siglo. Preservado para las generaciones futuras, el T-Series se une al prestigioso Heritage Collection, donde continuará recordando a todos los visitantes el espíritu pionero que sigue impulsando a Bentley hoy en día.
Que belleza