No más clavos
El eslogan de una famosa marca de pegamento va que ni pintado al último lanzamiento de Bridgestone, el Driveguard. Un neumático que aunque se pinche con un clavo y pierda toda la presión de aire nos permite seguir circulando sin problemas a 80 km/h durante 80 kilómetros.
En mi vida como conductor he sufrido más de un pinchazo, en todo tipo de situaciones, vía rápida, carretera secundaria, montaña… Cambiar una rueda es un engorro y puede ser peligroso, para qué nos vamos a engañar.
Debes buscar un lugar seguro en el que llevar a cabo la detención. Colocar los triángulos, ponerte el chaleco reflectante y manos a la obra. Contar con una alfombrilla para no ensuciarnos y con unos guantes de mecánico no estaría de más.
¿Qué decir si vas de viaje y llevas el maletero cargado? En la mayoría de turismos te verás obligado a vaciar todo para levantar la alfombrilla del mismo y así acceder a la rueda de repuesto. ¡Ah! Y que no tenga un tornillo de seguridad porqué entonces te tocará encontrar aquella dichosa pieza sin la cual no puedes sacar ese quinto tornillo.
No es un runflat
Hace años que existen los neumáticos runflat, sin embargo, lo que acaba de presentar Bridgestone es una solución aplicable a prácticamente la mayor parte de turismos que podemos encontrar en nuestras carreteras.
Un runflat es un neumático específico para un modelo concreto que ha sido concebido para aportar unas cualidades dinámicas y de confort. Además, ha sido diseñado de forma conjunta entre el fabricante del mismo y la marca de coches.
Por poner un ejemplo rápido, el compuesto para un BMW Serie 3 no sirve igual en un Mercedes-Benz Clase C, cada uno ha sido configurado teniendo en cuenta el peso y las dimensiones, así como los esquemas de suspensión que usa cada coche.
Lo que Bridgestone acaba de presentar en Niza con el Driveguard es un neumático que puede ser montado en cualquier turismo que use neumáticos tubeless o de tipo convencional. Sirve como sustituto perfecto para estos a modo genérico.
El vehículo debe estar equipado con un sistema de control de presión de neumáticos para poder calzar los neumáticos Bridgestone Driveguard. No obstante, si el coche en cuestión no lo monta de serie es posible instalar un sistema TPMS a posteriori.
La novedad de este compuesto reside en la parte interior de la carcasa, especialmente reforzada tanto en la zona de la banda de rodadura como en los hombros del mismo, poco antes de llegar a las paredes laterales.
Esto significa que si estamos conduciendo un turismo equipado con neumáticos Bridgestone Driveguard y un clavo se cruza en nuestro camino no tendremos que parar a cambiar la rueda. Sí, así de sencillo.
Esto haría que al montar este neumático no fuese necesario cargar con la rueda de repuesto, ni el gato, ni la llave de ruedas. No obstante, un neumático Driveguard puede quedar inutilizado si cortamos la pared lateral, algo que puede suceder al pisar una cuneta o bien al pasar por encima de una zona de piedras en un camino. En estos últimos casos necesitaríamos la rueda de repuesto para poder seguir adelante.
El engorro de poner la rueda de repuesto
Para nuestra prueba tuvimos a nuestra disposición unidades de Peugeot 308, Renault Mégane Sport Tourer y Toyota Auris. Opté por conducir el Peugeot 308, primero con los neumáticos Driveguard con uno pinchado, luego con los mismos en perfecto estado y por último calzado con unos Turanza para comprobar si había o no diferencia con respecto a un neumático convencional.
Antes de salir a la carretera llevamos a cabo un ejercicio previo, cambiar una rueda pinchada en equipos de tres. A algunos les tocó un kit anti-pinchazos, a otros una rueda de galleta y a nosotros una rueda de tamaño normal con llanta de chapa.
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Para empezar los tornillos de las llantas estaban más apretados de lo debido (se recomienda 120 Nm). Son pocos los talleres que se preocupan en usar el par de apriete adecuado. Debido a esto último tuvimos que subirnos de pie a la llave y hacer palanca hacia abajo, de lo contrario no los habríamos podido sacar. Allí pude volver a “disfrutar” lo mal que van los gatos de emergencia que las marcas equipan en los turismos.
Lo probamos pinchado
En la siguiente prueba los instructores de Bridgestone armados con un clavo de dimensiones considerables y un mazo pincharon el neumático delantero izquierdo de nuestros coches de prueba. Tal cual. Llevaron a cabo esta acción en el hombro del neumático, entre la banda de rodadura y la pared lateral del mismo. El Driveguard, a diferencia de un runflat, sí puede soportar un pinchazo en este punto de la goma.
Nada más sacar el clavo se podía escuchar como la rueda perdía presión a marchas forzadas. Para acelerar todavía más el deshinchado de la goma retiraron la válvula hasta dejarlo casi en el suelo. Con estas condiciones salimos realizar un trayecto de 17 kilómetros por las carreteras secundarias que rodean la ciudad francesa de Niza.
Apenas podía creer lo que estaba pasando. Prácticamente no se notaba nada raro al volante. Circulando a 50 km/h en línea recta solté el volante y el coche siguió recto, sin ningún extraño, ni mostrar tendencia a virar hacia la izquierda.
Incluso con una rueda de repuesto de tipo galleta tienes que estar corrigiendo constantemente la trayectoria. Tenía presente esa sensación porque apenas hacía un par de meses que había pinchado con un coche de pruebas, precisamente la rueda delantera izquierda y la tuve que sustituir por una de galleta.
Al volante del Driveguard cuando está completamente en el suelo te sientes cómodo en todo momento. En las zonas viradas puedes conducir de forma normal sin ningún problema. Sigue amortiguando los baches y las irregularidades como si tuviera aire. En estas condiciones tampoco es cuestión de conducir como si estuviéramos en un tramo de rally porque entonces sí podríamos encontrarnos con algún pequeño problema.
Estable y noble también en autovía
En nuestro recorrido entramos también en una vía rápida donde circulamos con total normalidad a 80 km/h. Estuvo bien el detalle de un conductor de una furgoneta que se puso a nuestra altura y nos indicó con señas que habíamos pinchado. Le agradecimos el gesto con el internacional “thumbs up” o pulgar arriba y seguimos hasta nuestro destino.
Sobrepasamos los 90 km/h sin problema y en un punto llegamos a rodar incluso hasta 106 km/h. El comportamiento del vehículo siguió siendo ejemplar. Si haces esto con una rueda de galleta parece que vayas a 300 km/h jugándote el cuello en cada instante, con el Driveguard parecía que seguías rodando a 80 km/h.
Terminada esta prueba nos subimos a otro Peugeot 308, esta vez calzado con un juego de neumáticos en perfectas condiciones. Así pude comprobar que el Driveguard ofrece un comportamiento idéntico al de un neumático convencional. Lo único que noté fue que su carcasa parecía algo más dura. Copiaba quizás en exceso los baches y las irregularidades del firme. Otro neumático en la misma situación habría filtrado mejor.
De hecho la siguiente prueba fue con un tercer Peugeot 308 calzado con neumáticos Bridgestone Turanza. Aquí confirmé que existe un inferior grado de filtrado por parte de las cubiertas del Driveguard, pero a un nivel muy bajo. Casi imperceptible.
¿Cuánto cuesta nuestra seguridad?
Una de las principales razones de compra de un neumático es el precio. No obstante, debería ser la seguridad. El neumático es el único elemento de nuestro vehículo que está en contacto permanente con el asfalto y por norma general tendemos a subestimar este dato.
Usar neumáticos adecuados a las condiciones climatológicas de la región en la que vivimos, así como tener las presiones correctas y un nivel de dibujo óptimo en la banda de rodadura es algo en lo que muy pocos conductores se fijan.
Por el momento el Bridgestone Driveguard está disponible en 19 medidas de verano y 11 de invierno con una horquilla de precios que va desde los 80 hasta los 200 euros. Según los técnicos de la firma en breve llegará una versión homologada para ser usado tanto en verano como en invierno (nieve). Más tarde llegará una versión para SUV.
No es un run flat, es un intermedio entre neumatico normal y run flat. Funciona como un run flat pero es más blando y cómodo, sobre todo en paso por baches