En los albores del automovilismo los coches de carreras fueron decorados con colores que permitiera identificar su nacionalidad. Una clasificación que surgió de la Copa Gordon Bennett, organizada por el multimillonario James Gordon Bennett Jr., propietario del New York Herald.
Esta competición enfrentó a los primeros clubs automovilísticos del mundo, de modo que al final fueron las naciones las que competían entre sí, no los pilotos. Los primeros países que se inscribieron fueron Alemania, Austria, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Suiza.
La reglamentación establecía que la carrera del año siguiente sería organizada por el país ganador de la edición anterior. El americano Conde Elliot Zborowski fue quien sugirió que cada país adoptara un color diferente. En aquellas primeras Gordon Bennett Estados Unidos escogió el color rojo, Alemania el blanco y Francia el azul. Estos tres eran los colores de la bandera de la Union Jack británica, con lo que la Gran Bretaña terminó decantándose por el verde.
Con la llegada de los primeros patrocinadores a finales de los años 60, y la introducción de equipos privados en los 70, poco a poco se empezó a perder este pacto de caballeros que existía con los colores representando a los países. A día de hoy, en la máxima competición sólo Ferrari sigue luciendo el rojo y Mercedes-AMG el gris plata.
Blanco / Gris plata – Alemania
Antes de 1934 el color que usó Alemania en competición fue el blanco. A partir de ese año cambió al gris plata, un cambio que salió así por que sí. Me explico, Mercedes-Benz competía en el Campeonato de Europa de Grand Prix. La reglamentación de esta categoría limitaba el peso a 750 kilos. El coche excedía por poco el peso, de modo que en la primera carrera cuando se dieron cuenta de este problema los mecánicos optaron por lijar la carrocería y así quitar la pintura para rebajar el peso. Consiguieron alcanzar el peso deseado y además dejaron la carrocería en aluminio sin pintura, al ganar la carrera se inició la leyenda de las “Flechas de Plata” o “Silver Arrows”, con lo que los coches de competición alemanes pasaron a adoptar el color gris plata.
Azul – Francia
Francia en el mundo del deporte siempre ha acostumbrado a ser representado con el color azul, y no un azul cualquiera, el Bleu de France o Azul Francia. De todas las marcas francesas que han competido a lo largo de la historia quizás una de las que mejor lució el Bleu de France fue Bugatti. En las décadas de los años 20 y 30 sus coches dominaron las competiciones de medio mundo. Delage, Talbot y otras lucieron el azul en los 50, entre los sesenta y setenta Alpine, Ligier y MATRA volvieron a hacer gala del Bleu de France.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Verde – Gran Bretaña
A principios del Siglo XX las carreras en carretera estaban prohibidas en Inglaterra, con lo que la celebración de la edición de 1903 de la Copa Gordon Bennett por parte de la Gran Bretaña se llevó a cabo en Irlanda. Allí se optó por recurrir al color verde para el equipo británico, una tonalidad parecida al verde Brunswick Green. Un color que a la postre terminó siendo bautizado como British Racing Green. Aston Martin y Vanwall en la década de los 50 y Lotus en los 60 ganaron con el British Racing Green. Lamentablemente la introducción de patrocinadores terminó por hacerlo casi desaparecer.
Rojo – Italia
Otro de los colores históricos para un coche de carreras asociados a un país es el rojo. De hecho, es de los pocos que todavía hoy sigue estando presente en las más altas competiciones a nivel internacional. Los patrocinadores no han podido hacerlo desaparecer y gracias a Ferrari sigue vistiendo la carrocería de sus monoplazas de Formula 1 y sus coches de Gran Turismo. Desde los años 20 Alfa Romeo logró incontables triunfos luciendo el color rojo, Maserati desde los años 30 y Ferrari a partir de los 50.
Blanco con dos franjas azules – Estados Unidos
El blanco con franjas azules asociado a los coches de carreras estadounidenses fue iniciativa de Briggs Cunningham. A la postre, otros equipos privados yankees adoptaron también esta decoración. Los míticos Shelby Cobra de los años 50 y 60, así como los Ford Mustang Shelby GT350, también lucieron la decoración ideada por Cunningham. Incluso en el Siglo XXI, cuando Dodge participó en Le Mans con sus atómicos Viper de motor V10 lo hizo con estos colores de Briggs Cunningham.
Otros países también cuentan con sus colores propios para la competición. Bélgica se identifica con el amarillo, Holanda con el naranja, Suiza con el rojo y blanco y España con el rojo y amarillo.
Si9gan asi con estas historias. Maravilloso