Combustible sintético: ¿la salvación de los motores térmicos?

Capturar CO2 y tratarlo con agua para lograr hidrocarburos o combustible sintético permitiría que las emisiones fueran neutras y que no se incrementara la cantidad de este gas en la atmósfera. Esta via para disminuir las emisiones y mantener, así, los motores convencionales, es una alternativa en la que incluso la Fórmula 1 está dispuesta a trabajar.

La supervivencia de los motores térmicos podría ser una realidad si se consigue poner en marcha un nuevo tipo de carburante, de combustible sintético, sin emisiones. En una entrevista de ‘La Contra’ de La Vanguardia firmada por Lluis Amiget, el químico Richard Schrock, premio Nobel de Química por la llamada reacción de Scrock que rompe el doble enlace de carbono (C=C) de los alquenos facilitando la obtención de nuevos materiales explicaba que "la humanidad ha traspasado el punto de no retorno de emisiones de CO2, pero que el punto final aún se está a tiempo de retrasarlo. Y habló de que en Suiza ya hay fábricas que ‘capturan’ el CO2, punto clave para los planes de los e-combustibles o combustibles sintéticos que están desarrollando marcas como Audi.

Schrock está trabajando con la Universidad Rovira i Vigili en una reacción catalizada para manipular moléculas y evitar que consuman energía y generen CO2, una reacción que genera energía sin quemar ningún tipo de combustible fósil. Y busca la creación de moléculas mucho más energéticas provenientes de árboles, hojas o residuos urbanos; estos también son objeto de investigación por parte de algunas marcas.

Al mismo tiempo, el máximo responsable del equipo Renault de Fórmula 1 admitió sin tapujos que la especialidad debía pasar a usar gasolinas sintéticas tanto por necesidades de rendimiento como por exigencias tecnológicas y medioambientales. “En el curso de los próximos años veremos el nacimiento de nuevos tipos de combustible sintético, de origen bio o no, de composición diferente, incluso de síntesis procedentes de fuentes no fósiles, que podrían ser muy atractivos y que nos obligarían a nuevos desarrollos. Son seguramente la vía idónea si queremos ser útiles a la industria y a la sociedad”, señaló Cyril Abiteboul.

Las gasolinas sintéticas no son algo nuevo. En la II Guerra Mundial, Alemania, falta de petróleo, las usó. Y todo ello me lleva a recordar que Audi trabaja desde hace tiempo en el campo del combustible sintético; el que denomina e-gasolina y e-diésel o diésel sintético, en los que la ‘e’ no tiene nada que ver con la E que distingue que define a los biocarburantes, ni la ‘e’ que usan muchas marcas para sus productos eléctricos.

Estos combustibles de Audi tienen como materias primas agua y CO2, convenientemente tratados para obtener combustible, un hidrocarburo. Así que quizás lo de "no emisiones’"quizás no sea lo más adecuado para definirlos, sino que lo sería -si no se hubiera banalizado un tanto el concepto- el de "carbon neutral".

No es que no emitan CO2, sino que el mismo CO2 que emiten es ‘capturado’, reciclado en combustible y vuelto a reutilizar como tal. En otras palabras, la clave es que en teoría este combustible sintético no aumenta las emisiones de CO2 a la atmosfera. Lo de ‘capturar’ el CO2 es algo interesante. Quizás por ello, hace un par de años ingenieros de Mazda sostuvieron que podría llegarse a motores térmicos de una eficiencia del 60 o 65%, más del doble que en la actualidad. Sólo los mejores motores actuales de F1 llegan a un 50% y usando tecnologías realmente muy avanzadas y costosas. Pero también en la F1 señalan la importancia de los combustibles y creen que estos han contribuido a incrementar la potencia de los motores en más de un 10%.