La Comisión Europea da oxígeno a los fabricantes

La presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen ha anunciado esta tarde en rueda de prensa que la Comisión propondrá que la normativa de emisiones medias de CO2 de los fabricantes de coches en Europa, conocida por las siglas CAFE, se flexibilice y, en lugar de aplicarse cada uno de los tres años hasta 2027, se aplique al final de ese periodo trianual. En otras palabras, que los fabricantes no serán multados si no consiguen llegar a los 93,6 gramos de media que exige la Unión Europea a finales de 2025 si no que lo serán si no lo consiguen en la suma de los tres años.

De este modo, los fabricantes no tendrán la necesidad de vender en 2025 las cantidades de coches eléctricos que habían previsto (alrededor del 25%) para cumplir con el CAFE ya este mismo año, aunque, evidentemente, si no llegan a esa cantidad este año, deberán superarla en los siguientes para compensar. En cualquier caso, esta es una buena noticia para los fabricantes, que ganan tiempo para cumplir con la media que, para algunos, era casi imposible de lograr en 2025.

Von der Leyen, ha explicado que propondrá una enmienda a la normativa para mantener en tres años el periodo de cumplimiento del CAFE, pero evitando una validación anual. Los objetivos seguirán siendo los mismos y su cumplimiento no es negociable, pero esta decisión se toma ante la demanda de mayor flexibilidad en los objetivos expresada por la ACEA, la Asociación Europea de Fabricantes. Este miércoles día 5 de marzo la Comisión concretará con exactitud esta propuesta que posteriormente deberá ser aprobada tanto por el Consejo de Europa, donde están representados todos los gobiernos europeos como por el Parlamento.

La reducción de emisiones impulsada por la Unión Europea implicaba que en 2025 los fabricantes debían alcanzar una media de emisiones de CO2 de todos sus coches vendidos en Europa de 93,6% y la novedad es que ahora tendrán tres años para conseguirlo. Esto no implica que baste con conseguirlo en 2027 sino que el computo será de tres años, de modo que si este año se quedan a dos puntos y en 2026 a uno, en 2027 deberán rebajarlo en tres puntos para alcanzar la media. Hasta ahora, la Unión se había mostrado reacia a flexibilizar esta medida aduciendo que la industria conocía la implantación de esta medida desde 2019.

La ACEA había pedido con insistencia que se flexibilizaran los plazos de cumplimiento puesto que no se veía capaz de alcanzar la cuota de entre el 20 y el 22% de ventas de eléctricos necesaria para alcanzar la cifra propuesta y temían que a finales de 2025 los fabricantes tuvieran que pagar entre 15.000 y 16.000 millones de euros de multas. Para evitarlas se barajaban soluciones como producir menos coches de combustión, lo que habría comportado riesgo de cierre de fábricas. Además, los fabricantes habían negociado ya la compra de cuotas de CO2 a marcas que sí tenían previsto alcanzar la media como el Grupo Geely (el grupo donde está Volvo) o Tesla, que evidentemente al vender solo coches eléctricos, tiene una cuota entera que vender ya que sus emisiones medias son de 0 gramos por kilómetro.

De momento, las únicas reacciones a la propuesta de la presidenta de la Comisión han sido de la asociación, "Transport & Environment", muy crítica con cualquier retraso en la aplicación de las normativas antiemisiones que ha declarado, en un comunicado que "con esta decisión se retrasará la producción de vehículos eléctricos". Según esta ONG "el objetivo actual de emisiones de CO2 para 2025 está al alcance de los fabricantes de automóviles europeos, que tienen hasta finales de año para cumplirlo. Al cambiar el plazo de cumplimiento a tres años, los fabricantes de automóviles tendrán menos presión para ofrecer modelos más asequibles". Cabe recordar que antes de su dimisión como CEO de Stellantis, Carlos Tavares se mostró partidario de mantener la legislación tal como estaba y convencido de que su grupo alcanzaría la media de emisiones ya en 2025.