En esta segunda entrega de los concept cars europeos más feos os proponemos una nueva serie de 10 vehículos conceptuales que, afortunadamente, no llegaron a la serie: coches de todos los segmentos y de marcas muy distintas que, por algún motivo insólito pasaron todos los cortes de diseño y management y fueron autorizados a mostrarse en público. En este enlace podrás leer la primera parte de este reportaje.
Fiat Ecobasic
Intento de Fiat de demostrar cómo debería ser un automóvil low cost hecho con materiales reciclables en el año 2000, este pequeño coche urbano, el Ecobasic estaba hecho de plástico (cristales incluidos) y acero solo en el chasis. Tenía, además, la instrumentación y los mandos concentrados en el centro, asientos de redecilla y el motor Multijet 1.2 diésel de 61 CV con un consumo de menos de tres litros.
La idea de base era muy buena (aunque no llegó a la serie), pero el diseño era especialmente feo, con un conjunto capó-parabrisas de diseño cuestionable, la asimetría radical de la puerta trasera, con el cristal bajo y esa horrible tapa transparente en el frontal donde asomaban los depósitos de aceite y del líquido del limpia, entre otros.
GAZ 3105 Volga
Cuando GAZ se propuso desarrollar el coche más ambicioso de la Unión Soviética tanto en el plano de motorización (debía montar un nuevo V8 de desarrollo propio) como tecnológico (frenos de disco ventilados, suspensión independiente, nuevo esquema de transmisión, asientos eléctricos y con calefacción en ambas filas…) creó el 3105 Volga, claramente inspirado en el Audi 100 contemporáneo.
En el proceso de desarrollo, los diseñadores propusieron unas puertas con un segundo cristal inferior que se abría hacia abajo quedando el superior en posición fija. Además del efecto estético raro, esta solución tenía una practicidad mínima. El 3105 final prescindió de esa solución, pero le sirvió de poco. El colapso de la URSS y el fin de las ayudas estatales a GAZ condenaron el proyecto cuando apenas se habían fabricado 50 unidades, eso sí, todas con puertas convencionales y sin esos cristales dobles tan feos.
Italdesign Touareg
Italdesign intentó crear en el año 2000 un todoterreno para zonas desérticas con una estructura tubular y un motor V8 de General Motors de 6 litros y 250 CV. Tenía una serie de tubos donde se atornillaban las piezas de la carrocería (de acero inoxidable, aluminio perforado, plástico o cristal) y carecía de aire acondicionado o calefacción lo cual (sobre todo en el primer caso) no parecía muy adecuado para circular por el desierto.
El concept car tenía algunos elementos interesantes, como la iluminación mediante un único tipo de faro (los traseros eran como los delanteros, pero pintados de rojo), pero la estética resultante era lo más parecido a un juguete de la gama Lego Technik.
Jaguar FT Coupé
El Jaguar FT Coupé, presentado en el Salón de Ginebra de 1966 no puede considerarse, de ninguna manera, como una de las obras más exitosas de Bertone, uno de los carroceros de referencia de la industria. El problema de este coche no fue solo que para desarrollarlo hubo que “desmontar” un S-Type, la preciosa berlina deportiva de la marca en la época, sino que Bertone “copió” sin disimulo a otrs marcas.
El frontal es muy similar al de los BMW contemporáneos y la parte trasera (ventanilla y paso de rueda), es claramente Opel. Pese a estas inspiraciones nada disimuladas y a debutar en el salón junto a una auténtica obra maestra del carrocero como el Lamborghini Miura, el FT (se rumorea que el nombre viene de las iniciales del empresario italiano Ferruccio Tarchini, que compró la primera unidad) debería haberse fabricado en una serie de 1.000 unidades ya que Jaguar acordó entregar 1.000 chasis. Por ignotas razones, solo 7 llegaron a las instalaciones de Bertone y, además del coche expuesto, solo se produjo otro que, curiosamente, se vendió en España.
Lancia Megagamma
Ital Design creó este monovolumen avanzado a su época en 1978. De líneas cúbicas y muy pesadas (el capó delantero largo incrementaba la impresión de que el habitáculo se había estirado hacia arriba y el montante trasero ancho, propio de los modelos del carrocero en la época no ayudaron a estilizarlo) era un coche compacto con una posición de conducción erguida y mucho espacio interior.
Del mismo año que el Lancia Delta, del que parecía un derivado, este monovolumen disponía en realidad del motor de 2,5 litros boxer del Lancia Gamma, de ahí su nombre, pero su línea desproporcionada y de cortes resctos no acabó de convencer a los responsables del Grupo Fiat que detuvieron su desarrollo y no dieron luz verde a la producción en serie con la que el Grupo Fiat se abría anticipado en 5 años al lanzamiento del Nissan Prairie, considerado el primer monovolumen de este segmento, y en seis al del Espace.
Leyland BLMC 110
Basado en el BMC 1800, un primer proyecto de Pininfarina para British Leyland, el BLMC 1100, del mismo diseñador italiano, resultó claramente menos atractivo, sobre todo con ese frontal con unos faros enormes separados por una pieza que daba continuidad a un capó muy redondeado.
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British Leyland, el consorcio público británico para el que Pininfarina diseñó este coche, no compró la idea, pero Pininfarina no la olvidó del todo y la propuso a otros fabricantes. Así, las líneas generales inspiraron las del Citroën GS mientras que en la parte trasera puede verse la inspiración para la parte posterior del Alfa Romeo Alfasud. Eso sí, ambos mejoraron claramente la estética de este Pininfarina fallido.
Mercedes-Benz Vision Urbanetic
El Vision Urbanetic se presentó en el CES de las Vegas como una propuesta de coche eléctrico y autónomo modular para facilitar el transporte de personas y mercancías en un entorno urbano conectando el automóvil a una red gestionada por la inteligencia artificial que planifique las necesidades de los clientes e intente mantener los vehículos en movimiento cuanto más tiempo mejor y programe las rutas a realizar por cada uno. La idea, sin ser original, avanza el futuro de la movilidad, pero el problema era la estética.
Frontal con aspecto de pez globo, llantas asimétricas, superficie acristalada delantera en forma de visera de casco (cuando los ocupantes de esa zona viajan a contramarcha), trasera cerrada y diseño lateral alternando plástico y cristal como si el coche hubiera sido capturado por un pulpo gigante… Hay diseños más conseguidos.
Pininfarina Eta Beta
Otra propuesta de coche de bajo consumo (esta vez con un motor Fiat Fire de gasolina en la parte delantera y dos motores eléctricos atacando directamente a cada una de las ruedas traseras) realizada por Pininfarina en 1994. Con puertas de ala de gaviota y una parte trasera “extraíble” para dejar espacio a cuatro ocupantes o ampliar el maletero, este coche quería ser una solución de transporte urbano asequible y de bajo impacto medioambiental.
El problema, una vez más, fue el diseño. La estructura monovolumen, la elección de colores (en parte para separar lo fabricado en aluminio, en blanco, y en plástico (en naranja), la ventanilla que parecía un asa de maleta con su marco gris, su joroba trasera y las llantas asimétricas, con la trasera cerrada, no le favorecían mucho que digamos.
Volkswagen ID Life
Volkswagen anticipó el año pasado en Munich su coche eléctrico de segmento B para 2025 con un precio de 20.000 euros (que evidentemente no será) y con emisiones cero, un modelo que se fabricará en España junto a su hermano de Cupra y otro gemelo de Skoda. El coche se concibió con un diseño minimalista para gente joven y tiene como principal curiosidad una pantalla que puede ocupar todo el cristal delantero para los ratos de ocio (no para conducir, obviamente).
El diseño es, no obstante, algo peculiar. Muy cuadrado, con un techo desmontable que mantiene el montante central (al estilo de los primeros Golf Cabrio), con los faros y pilotos traseros apenas dibujados sobre la carrocería y, sobre todo, con un capó de tela con cremalleras sin ningún tipo de sentido.
Volvo Tundra
Marcello Gandini diseñó para Bertone este cupé que debía completar la gama del Volvo 340, un modelo con el que la marca sueca entró en el segmento de los compactos. El diseñador partió del Reliant FW11, una fea berlina de 5 puertas que el constructor británico iba a desarrollar para el fabricante turco Otosan y la convirtió en un cupé de tres puertas con faros retráctiles y una gran superficie acristalada.
Sin ser feo, el coche no era ninguna maravilla, pero elementos como la parrilla desplazada o la solapa de chapa sobre la ventanilla trasera no resultaron muy afortunadas. Volvo rechazó el proyecto del Tundra, pero Gandini no trabajó en balde. Colocad a este coche dos puertas más, ponerle faros convencionales respetando la forma de los retráctiles, eliminar la horrible parrilla Volvo desplazada y tendréis… un Citroën BX.
A mí el Volvo Tundra sí me parece interesante. Los demás... digamos que regular nada más.