Cómo convertir mi coche a GLP

Cada vez son más las personas que se plantean esta pregunta: ¿Cómo convertir mi coche a GLP? El Gas Licuado de Petróleo (GLP) es una fuente de energía versátil y limpia, que se deriva del procesamiento de petróleo crudo y gas natural, y en el mundo del transporte se ha convertido en una gran opción para los tiempos de incertidumbre que atraviesa el sector. ¡Te contamos cómo es la transformación con un Porsche Cayenne!

La conversión de coches gasolina o diésel a GLP tiene muchos beneficios: es, como ya hemos comentado, una alternativa ecológica con la que conseguir también la etiqueta ECO (con matices sobre los que profundizaremos más tarde) y, además, se reducen los gastos de combustible.

Sin embargo, el procedimiento para convertir un coche a GLP, aunque posible y relativamente sencillo, debe ser realizado por un profesional o en un taller especializado para hacerlo correctamente y no perjudicar al vehículo que esté siendo sometido al proceso.

Sí, lo es. Y está regulado por una normativa, la normativa ECE/ONU R-115, que establece una serie de condiciones: que el vehículo que va a convertirse a gas sea gasolina -es posible hacerlo en los coches diésel, pero además de caro, no es recomendable-, que no tenga más de 460 CV y que sea Euro3 o superior (por lo general, matriculados a partir de 2001).

Igualmente, dependerá de la cantidad de trabajo que tenga el taller en el que lo hagas, pero el proceso suele durar un par de días.

Será importante realizar una inspección del coche previa para asegurar que está en buenas condiciones y adecuado para convertirlo a GLP, ya que algunos vehículos pueden requerir algunas modificaciones adicionales para lograr que sea efectivo y seguro.

Aunque el procedimiento se dejará en manos de profesionales o, al menos, es lo deseable, has de saber que lo primero que se hará es elegir el tipo de sistema de GLP. Habitualmente, el de inyección secuencial suele ser el más avanzado, y también más caro que el sistema de carburación. Sin embargo, ofrece un mejor rendimiento y eficiencia de combustible. Consúltalo con tu establecimiento.

Después se instalará el kit de conversión GLP, que puede variar en función del fabricante o del modelo, pero que incluye el depósito de gas y las tuberías que lo envían al motor, el conversor, la boquilla de llenado, inyectores específicos para el GLP, sensores que indican la cantidad que queda en el depósito, y aunque el coche siempre arrancará con el motor de gasolina, se añadirá un botón para alternar entre combustibles, hecho que también ocurre de manera automática cuando se agota este bifuel.

Aunque el proceso de convertir un coche a gas puede ser más o menos rápido, ten en cuenta que el taller necesitará un tiempo después para hacer pruebas y garantizar que la instalación se ha hecho correctamente y que todo funciona bien, sin poner en riesgo ni al coche ni tu seguridad.

Por supuesto. Se trata de una modificación importante en las condiciones del vehículo y, por tanto, será obligatorio pasar la ITV para comprobar que todo está en orden. Consulta aquí dónde es más caro y más barato pasar la ITV.

El procedimiento dependerá del lugar elegido, pero suele estar en torno a unos 2.000 euros y, además, para garantizar su buen funcionamiento y la seguridad, será necesario un mantenimiento continuo. Este incluye también inspecciones y recargas del tanque.

Por supuesto, hay ventajas e inconvenientes en el GLP; permite ahorrar en el consumo de combustible, es limpio y puede llevar beneficios en temas de movilidad, pero hay que amortizar el coste de la inversión -que suele ocurrir entre los 30.000 y 50.000 km posteriores-, lleva un mantenimiento y se perderá algo de potencia en el vehículo, pero sigue siendo una opción fiable y eficaz.

No. Tan solo aquellos coches que sean Euro4 o más lograrán la codiciada etiqueta medioambiental de la DGT al convertirse a GLP.