El arte de reconvertir un Land Rover Defender
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El arte de reconvertir un Land Rover Defender

Arturo Martín

Arturo Martín

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Restaurar un vehículo clásico es una tarea que exige mucho más que habilidad técnica. Es un acto de devoción que requiere una meticulosa atención al detalle, una profunda comprensión del pasado y una visión clara del futuro. Sin duda, este tipo de actos requieren esas manos expertas y una buena materia prima, como en el caso que os contamos hoy.

Kingsley Re-Engineered es una empresa británica especializada en la restauración y modificación de Land Rovers clásicos. La buena gente de Kingsley ha perfeccionado este arte a lo largo de más de dos décadas. Unos procesos que queremos contaros en este reportaje donde vamos explorar el enfoque meticuloso e innovador de Kingsley, desde su filosofía única hasta los procesos técnicos que convierten al icónico Land Rover Defender en una máquina contemporánea, sin perder su esencia clásica. Una alternativa a la sección Bespoke de Land Rover que se centra, también, en los vehículos clásicos de la marca.

El arte de Kingsley Re-Engineered

Redefiniendo íconos: cada Kingsley es único, hecho a mano con pasión, como este Range Rover.
Redefiniendo íconos: cada Kingsley es único, hecho a mano con pasión, como este Range Rover.

Lo primero de todo (sigue la frase en tu cabeza) es hablar de las manos que hacen posible estos proyectos. Desde su fundación en 2001, Kingsley Re-Engineered ha sido un faro de excelencia en el mundo de la restauración de Land Rovers y Range Rovers.

Con sede en Oxfordshire, Reino Unido, la empresa se ha ganado la reputación de ser pionera en la reinvención y re-ingeniería de estos vehículos icónicos, transformándolos en obras maestras que combinan el encanto del pasado con la tecnología del presente. Bajo una nueva dirección, Kingsley ha expandido su portafolio, introduciendo una serie de Defenders re-ingenierizados que representan el epítome de la sofisticación y la funcionalidad modernas. Kingsley no se limita a restaurar vehículos si no que persigue redefinir la experiencia de conducir un Land Rover clásico, pero adaptado a los tiempos modernos y con motores de combustión, esto es importante que lo vayamos mencionando ya.

Cada proyecto comienza con un vehículo donante que es meticulosamente desarmado y reconstruido, utilizando tanto técnicas tradicionales e innovaciones tecnológicas de vanguardia para salvaguardar la integridad de la materia prima y poder aplicar las mejoras sin que el vehículo donante pierda parte de su encanto. El resultado es un vehículo que no solo honra su legado, sino que lo mejora, asegurando que cada Kingsley Defender o Kingsley Range Rover sea único, personalizado según las especificaciones del cliente.

La re-ingeniería de un Land Rover Defender

Evolución de un clásico: un Land Rover Defender para el siglo XXI.
Evolución de un clásico: un Land Rover Defender para el siglo XXI.

Normalmente, al hablar de restauraciones nos quedamos con "dejar bonita la chapa" e incluso con electrificar un clásico para poder entrar en las ZBE de las ciudades, pero esta gente va más allá. Ellos aplican el concepto de re-ingeniería para poder adaptar el coche original a los tiempos que corren y esto como decimos, no es cambiar un motor por otro, es repensar qué necesita el coche para que, basicamente: corra, frene y gire sin problema.

Las bases en el caso de Kingsley son muy sencillas, vehículos Land Rover Defender o Range Rover clásicos en buen estado que son una buena materia prima para poder cocinar y presentar a los comensales estas obras de arte.

Para Kingsley, trabajar con un Land Rover Defender es trabajar con algo más que un vehículo; es un símbolo de la ingeniería británica y de la aventura. Desde su lanzamiento en 1983, el Defender ha sido sinónimo de resistencia, versatilidad y, más recientemente, lujo. Kingsley ha tomado este icono y lo ha transformado en un vehículo apto para el siglo XXI, sin comprometer su carácter esencial. La serie Kingsley Defender reimagina este vehículo legendario con un enfoque en la ingeniería moderna y la personalización.

Las manos artesanas hacen posible que se pueda trabajar con las configuraciones D90 y D110, transformando cada Defender es una obra de arte hecha a mano que combina la robustez y la durabilidad de los modelos originales con la sofisticación y el confort de un Range Rover moderno. Como el mejor servicio Bespoke, los clientes pueden elegir entre una variedad de opciones de personalización, desde sistemas de suspensión activa hasta combinaciones de colores exteriores, asegurando que cada Defender sea tan único como su propietario desee.

El motor del Land Rover Defender evolucionado a los tiempos modernos

Poder clásico, rendimiento moderno: así es el corazón del Kingsley Defender
Poder clásico, rendimiento moderno: así es el corazón del Kingsley Defender

En el corazón de cada Kingsley Defender se encuentra un motor completamente revisado y diseñado para ofrecer un rendimiento superior sin sacrificar la autenticidad. El motor estándar que montan en la casa Kingsley es un V8 de 4.2 litros, que proporciona 220 CV y 360 Nm de par, capaz de alcanzar velocidades superiores a las 100 mph (160 km/h). Sin embargo, Kingsley ofrece una gama de opciones de motorización, que incluyen motores diésel derivados de Rover y los modernos V8 de Chevrolet LS3/LT1, para aquellos que buscan un rendimiento aún más exigente.

La experiencia de conducción se mejora aún más con una serie de actualizaciones mecánicas, como la suspensión con amortiguación activa y los diferenciales de alto rendimiento, que hacen que el Defender sea tan capaz en carreteras sinuosas como en terrenos difíciles. Los frenos de alto rendimiento, combinados con sistemas de enfriamiento mejorados, garantizan que el vehículo mantenga su control en todo momento.

Esto es un pequeño ejemplo de los equipamientos que podemos incluir en nuestro Defender actualizado, como nos cuentan en sus vídeos y materiales, cada cliente puede empezar a construir con una base firme, el resto de añadidos solo son cuestión de necesidades y de engordar una factura que pueda hacer que un Defender sea un coche centenario.

El diseño: si era especial, se respeta

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En esta imagen hay mucho mimo y dedicación.
En esta imagen hay mucho mimo y dedicación.

Una de las marcas distintivas del Kingsley Defender es su exterior restaurado, que respeta la silueta del vehículo mientras incorpora mejoras que lo alinean con los estándares contemporáneos de calidad y durabilidad. El proceso comienza con un minucioso desmantelamiento del vehículo hasta dejarlo en su chasis, una técnica que permite a los expertos de Kingsley examinar y restaurar cada componente estructural con precisión quirúrgica. Este chasis, que es el esqueleto esencial del Defender, se somete a un proceso de restauración integral que incluye tratamiento anticorrosivo, asegurando que el vehículo no solo recupere su gloria original, sino que también esté preparado para enfrentar las condiciones más adversas durante muchas décadas más.

Los paneles exteriores del Defender, otro elemento de su identidad visual, son restaurados o reemplazados con piezas que cumplen los estándares más exigentes de calidad. Este proceso no es simplemente estético; es un acto de preservación histórica que garantiza que cada Defender que sale del taller de Kingsley no solo mantenga su carácter robusto y distintivo, sino que lo mejore con materiales y técnicas de fabricación que estaban fuera del alcance en la época original del vehículo.

Larga vida al icono...
Larga vida al icono...

Una vez restaurado el chasis y los paneles, comienza la personalización. Kingsley ofrece a sus clientes la posibilidad de elegir entre una extensa paleta de colores, que incluye no solo los tonos originales que evocan la historia y la herencia del Defender, sino también opciones modernas y personalizadas que permiten a los propietarios expresar su individualidad. Para aquellos que buscan un toque adicional de exclusividad y durabilidad, Kingsley ofrece la posibilidad de aplicar recubrimientos cerámicos avanzados, que no solo protegen la pintura de los elementos sino que también realzan el brillo y la profundidad del color elegido. Además, los clientes pueden optar por una variedad de configuraciones de techos que añaden funcionalidad y estilo al Defender.

Entre estas opciones se incluyen techos panorámicos que inundan el interior de luz natural, creando una sensación de amplitud y conexión con el entorno, ya sea que se conduzca por un paisaje urbano o por rutas off-road. También se pueden elegir techos duros, blandos o incluso cubiertas tipo “bikini”, que permiten una experiencia de conducción al aire libre sin sacrificar la protección. Cada detalle, desde los emblemas hasta las manijas de las puertas, es tratado con el mismo nivel de atención, asegurando que todo en el vehículo, tanto lo visible como lo invisible, esté en perfecta sintonía. Incluso los sistemas de iluminación son actualizados con tecnología LED, mejorando la visibilidad y la seguridad sin comprometer el diseño clásico del Defender.

El interior: a todo lujo de detalles

El respeto por los materiales asegura los mejores acabados.
El respeto por los materiales asegura los mejores acabados.

El interior del Kingsley Defender es una combinación magistral de lujo y funcionalidad, diseñado con una atención meticulosa a cada detalle. Desde la tapicería de cuero Nappa, elegida por su suavidad y durabilidad, hasta los asientos Recaro personalizados, todo está pensado para ofrecer comodidad y estilo. Los clientes pueden personalizar cada aspecto, desde las costuras hasta los acabados en Alcantara, añadiendo materiales como madera noble y metal pulido para crear un ambiente elegante y resistente.

La tecnología moderna se integra de manera sutil, con sistemas de infoentretenimiento como Apple CarPlay y un sistema de sonido de alta fidelidad que se complementa con un aislamiento acústico avanzado. Esto para los más puristas no es tremendamente necesario, pero para el público más techie se antoja como un básico en las mejoras a implementar. Para mi, un must have.

Apple Carplay no está reñido con ser un coche de 30 años.
Apple Carplay no está reñido con ser un coche de 30 años.

En otro orden de items de confort, el aire acondicionado moderno asegura un viaje óptimo, mientras que las opciones de personalización incluyen un volante más pequeño para mejorar el control y clusters digitales que conservan el estilo clásico con funciones modernas. Poco se habla de lo incómodo que era viajar en ciertos coches, por ello Kingsley Defender ofrece una configuración de asientos flexible, permitiendo acomodar entre dos y seis pasajeros, con opciones plegables o desmontables para maximizar el espacio. Todo al gusto del cliente y todo adaptable a las nuevas tipologías de familias.

La iluminación interior también es personalizable, con LED ambientales ajustables en color e intensidad, creando una atmósfera que se adapta al estado de ánimo de los ocupantes. Este nivel de detalle y personalización asegura que cada Kingsley Defender sea una verdadera expresión del estilo y personalidad de su propietario porque esto es un básico: cuanto más cómodo me encuentre conduciendo, menos me van a pesar los kilómetros, ¿verdad?

El resultado: Kingsley Defender D90

Compacto pero poderoso: el D90, listo para cualquier terreno.
Compacto pero poderoso: el D90, listo para cualquier terreno.

El Kingsley Defender D90 es uno de los ejemplos con el que ilustramos el reportaje, un modelo muy mágico de distancia entre ejes corta, que es un ejemplo perfecto de cómo la empresa combina agilidad y versatilidad. Ideal tanto para entornos urbanos como para terrenos difíciles, el D90 conserva el estilo robusto del Defender original mientras incorpora mejoras que lo hacen más refinado y cómodo. Volvemos al tópico, una imagen vale más que mil palabras, por ello puedes ver la galería de fotos por cortesía de Kingsley Re-Engineered con los detalles de este modelo y algún que otro D90 que te sirva de inspiración.

Pura armonía entre pasado, presente y futuro.

P.d. No lo había mencionado, pero si quieres que Kingsley le de 50 años de vida extra a tu defender te puede costar entre 140.000 y 160.000 libras esterlinas, algo menos de las 190.000 libras que te pide la propia JLR con su Defender V8 de Workspace. Igual compensa...

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