El doble renacimiento de Hispano-Suiza

En el salón de Ginebra de este año podrían coincidir dos proyectos que pretenden recuperar la mítica marca Hispano-Suiza, fabricante antes de la Segunda Guerra Mundial y en sus dos ramas, la española y la francesa, de algunos de los mejores coches de la época. Una de las iniciativas parte del Grupo Perelada, depositario de los derechos de la rama española de la empresa y la otra es una iniciativa suiza que vuelve a la carga tras intentar, hace unos años, recuperar la marca, aunque sin poder certificar la posesión de los derechos de uso.

Resucitar marcas míticas se ha convertido en algo habitual en estos últimos tiempos. La iniciativa llega después de que algunos grandes grupos decidieran resucitar nombres míticos para dar origen a una línea de lujo, caso de Bugatti o Maybach, por ejemplo, pero también se ha dado en iniciativas particulares, con más o menos éxito, como en el caso de Borgward, Cisitalia o De Tomaso.

Ahora parece que le llega el turno a Hispano Suiza, la que fuera gran marca española -en su día se dijo que fabricaba los mejores coches del mundo- fundada por Damián Mateu y el ingeniero Birkigt. Sólo que en este caso no se trata de una iniciativa, sino de dos, una española y otra suiza, que se disputan el uso comercial del nombre.

Por un lado, tenemos a la Hispano Suiza barcelonesa que los herederos de Damián Mateu, fundador de la marca, quieren reflotar de la mano del Grupo Perelada. De otra, Hispano Suiza Automobilmanufaktur AG de Suiza, empresa que comenzó a operar en 2010 tras haber obtenido dicen, la utilización del nombre en los tribunales por extinción de los derechos de anteriores propietarios… aunque algunas fuentes señalan que no está claro que hayan obtenido los derechos y que, en todo caso, no los han obtenido para todos los mercados.

La parte española tiene previsto presentar en el Salón de Ginebra el modelo Carmen. Daniel Suqué Mateu, el promotor de la firma, quiere honrar así a su madre, Carmen Mateu, nieta a su vez de Daniel Mateu, el fundador de la marca. Y quiere hacerlo con un modelo que bebe sus raíces en lo mejor de la marca, pero a la vez con la tecnología más avanzada posible: propulsión eléctrica. Las líneas se inspiran en el Dubonet Xenia un espectacular deportivo aerodinámico de 1938, ejemplar único construido por el carrocero francés Dubonet sobre un chasis y motor Hispano.

No es el primer intento español relativamente reciente de recuperar el nombre. En el año 2000 la empresa de ingeniería Mazel presentó el Concept HS21, que usaba el nombre de Hispano Suiza con permiso de la familia Suqué-Mateu, partiendo de un Renault Spider. Más adelante realizaron la berlina K8 (5 metros de longitud y motor V8 de 360 CV) y finalmente una versión HS21 GTS coupé con motor de 7 litros y 600 CV y tracción a las 4 ruedas. Ninguno entró en producción.

El Carmen ha sido realizado por QEV Technologies, empresa española con experiencia en este campo, no en vano ya ha realizado prototipos eléctricos como la variante eléctrica del HS21 GTS, un superar para los chinos de BAIC, y gestiona el equipo Mahindra de Fórmula E.

Los suizos han preparado el Maguari HS1 GT, una versión actualizada del concept que presentaron en 2010 y que no pudieron llegar a comercializar. Aquel estaba basado en el Audi R8 V10 y la versión que presentarán ahora (se cree que también puede estar en Ginebra) tendría motor Lamborghini 5.2 V10 biturbo y con compresores eléctricos (según la ficha técnica) para alcanzar los 1.085 CV. Con cambio DSG de 7 velocidades; debería acelerar de 0 a 100 en 2”8 y rozar los 380 km/h. El chasis sería ‘space frame’ de aluminio, con paneles de fibra de carbono. Por cierto, Maguari es una especie de cigüeña sudamericana, un guiño al emblema de la cigüeña habitual de los Hispano-Suiza.

La pugna por el nombre recuerda a lo sucedido conor Rolls Royce y Bentley. Ésta última se había convertido en ‘submarca’ de Rolls Royce. Volkswagen compró Rolls Royce, pero el nombre de las dos ‘R’ pertenecía a la empresa de motores de aviación Rolls Royce y BMW le compró los derechos. Al final, Volkswagen debió conformarse con Bentley y los Rolls Royce están integrados dentro de BMW. Aquí también hay una empresa de aviación por medio; la francesa Snecma que detenta los derechos de los motores de aviación Hispano Suiza y, al parecer, el uso del nombre comercial en algunos mercados como el británico.

La sensación es que ambas iniciativas, la española y la suiza, buscan hacerse definitivamente con la marca proponiendo un modelo que pueda llevarla y que posteriormente ya se verá si pueden acabar fabricándolo en serie o no.