Elementos y accesorios de los coches que han desaparecido o en peligro de extinción

Los años pasan, los tiempos cambian y los coches evolucionan a una velocidad vertiginosa. La electrificación es el tema candente, pero los automóviles han recibido muchas otras modificaciones que, si bien no tienen tanto impacto en la sociedad, han supuesto un cambio importante en la experiencia de conducción.

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Con esto me refiero al gran número de elementos de los coches que han desaparecido o que están en peligro de extinción; buena parte de ellos son accesorios que durante años fueron muy útiles y prácticos en el día a día.

Sin embargo, los nuevos tiempos les han relegado a una posición secundaria o directamente al olvido, y si bien algunos necesitaban una actualización, otros contribuían a hacer la experiencia de conducción y la vida a bordo del vehículo más lógica, práctica, segura e incluso confortable.

El freno de mano electrónico ha ganado la batalla a la palanca del freno de estacionamiento. Todavía es posible encontrarlo en algunas marcas, como Suzuki o Dacia, así como en algunos acabados más bajos de gama, pero suele ser poco habitual ya. Por supuesto, su sustituto ofrece ventajas, como el hecho de que sea automático y pueda aumentar la seguridad en caso de descuido o que no requiere esfuerzo físico para ponerlo o quitarlo; además, también libera espacio en la consola central; sin embargo, con ellos queda la sensación de cada vez ser menos participes en la conducción y como tecnología que es, también puede fallar.

Aunque hay quien lo consideraba todo un ejercicio de fuerza y paciencia, los elevalunas manuales tenían su encanto. Por supuesto, la evolución tecnológica ha dejado paso a los elevalunas eléctricos y las manivelas han desaparecido casi en su totalidad, si bien todavía es posible encontrarlos, especialmente en las puertas traseras.

Es, quizá, el elemento del coche que más rápido ha desaparecido. Si hay un mecanismo simple y que cumple a la perfección con su cometido es el sistema de cerradura y llave. El primer salto que dimos fue de la llave al mando, aunque todavía era posible encontrar en ellos una llave tradicional para posibles fallos de la electrónica. Sin embargo, el sistema ha seguido evolucionando, debido en buena parte a cuestiones de diseño que han simplificado las manillas de las puertas, enrasándolas a menudo en la carrocería. Muchos fabricantes ofrecen dispositivos con los que basta acercarse al coche para abrirlo, lo cuál puede ser más confortable pero también más caro que hacer un duplicado de llaves ante posibles pérdidas, tarjetas magnéticas o, sencillamente, nos instan a descargar una aplicación en el teléfono móvil para acceder al coche.

¿Coches sin retrovisores? No exactamente, pero sí que es cada vez más habitual encontrarnos con coches sin retrovisores tradicionales; en su lugar, han ganado peso los retrovisores digitales con cámaras, como en el Audi e-tron o el Honda e. Tienen sus pros y sus contras, ya que ofrecen una visión más nítida sin importar la meteorología, por ejemplo, o evitan deslumbramientos, pero su reparación es mucho más costosa.

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Un pinchazo o un reventón suelen ser incidencias comunes cuando se viaja y hasta hace no mucho, era fácil de solventar por uno mismo ya que la mayoría de los coches llevaban rueda de repuesto. Hoy en día, ahorrar peso, espacio y costes se ha convertido en una máxima para los fabricantes y es por eso que es muy poco habitual encontrar un coche que incorpore este elemento. Hay otras tecnologías, como las ruedas con tecnología 'Run Flat' o los kit antipinchazos que le han ganado terreno y pueden sacar también de este apuro, pero lo cierto es que llevar una rueda de repuesta era contar con un gran aliado ante contratiempos.

Las famosas asas o asideros que encontrábamos en el interior, encima de las puertas, son otro elemento cada vez más desaparecido en los coches y eso que su papel era importante para el confort de los pasajeros: ayudarles a entrar y salir del coche, así como a acomodarse en el asiento, especialmente a aquellos con problemas de movilidad. Sin embargo, es difícil encontrarlos ya en los coches nuevos.