Durante el pasado salón de París tuvimos la oportunidad de conversar durante casi una hora con el CEO de Stellantis, el ejecutivo francés de origen portugués Carlos Tavares, una de las principales voces críticas contra la dinámica legislativa de la Unión Europea en el mundo del automóvil. En esta conversación, Tavares criticó el dogmatismo que aplica la UE en la normativa automovilística, en especial en términos de emisiones contaminantes, así como la falta de reciprocidad existente entre la normativa europea, que permite a las marcas asiáticas vender libremente en Europa con la que existe en China para los modelos importados.
Tavares explico que “los fabricantes chinos representan un importante reto para nosotros. Hacen muy buenos coches y aplican una política de precios agresiva que no sabemos si tiene traslación en los beneficios ya que sus cuentas no son públicas. Nos tomamos muy en serio su llegada a Europa y estamos preparados para una lucha que va a ser dura. La Unión Europea ha creado las condiciones de competitividad y las de aquí no son como las que encontramos las marcas europeas cuando vamos a China. Deberíamos exigir a la Unión Europea reciprocidad en las condiciones de mercado”.
El máximo ejecutivo de Stellantis añadió que “lucharemos por precio y será muy difícil competir porque si tenemos que rebajar precios no conseguiremos los beneficios actuales. No es una buena idea tener un mercado tan abierto, y aún reconociendo que hacen muy buenos coches, deberían encontrar aquí las mismas condiciones que encontramos nosotros allí, sean las de aquí o las de allí. Los países europeos que tienen fábricas en su territorio deberían tener esto en cuenta porque de lo contrario la industria europea sufrirá”.
"Los fabricantes chinos deberían tener en Europa las mismas condiciones que nosotros allí"
Sobre la decisión de la Unión Europea de implantar las emisiones cero en el año 2035, Tavares explicó que “hemos seguido un curso de acontecimientos inverso al que dicta la lógica. Para aplicar la electrificación, en primer lugar, necesitamos pasar de un 80 % de generación de energía eléctrica de origen fósil a un 80 % de origen verde y eso lo conseguiremos solo dentro de 20 años. En segundo lugar, necesitamos establecer una red de carga que debemos multiplicar por 10 respecto de la actual y para ello necesitaremos 10 años. En cambio, a los fabricantes se nos exigirá que seamos 100 × 100 eléctricos prácticamente dentro de cinco años, no ya en 2035, sino antes cuando entra en vigor el Euro 7 que acelerará este proceso”.
El resultado de esta política es, según Tavares que “ahora mismo tenemos una gama con 30 vehículos electrificados a la venta y todavía no tenemos ni la infraestructura necesaria para recargarlos con facilidad ni energía limpia con que alimentarlos. Y hemos llegado a esta situación sin que exista un estudio importante de impacto de las consecuencias de imponer los coches de emisiones cero antes de la aprobación de estas medidas en el parlamento europeo. Los políticos deberían ser más pragmáticos e intentar encontrar una solución”.
Preguntado por ejemplos de ese pragmatismo que solicita de los políticos, Tavares respondió que “si no hay energía limpia, deberíamos olvidarnos de los eléctricos. Si no existe una red de recarga, este modelo no es básico. Si la química de las baterías depende de elementos volubles, estaremos en manos de la especulación y de decisiones geoestratégicas. Además, nadie ha preguntado a los ciudadanos europeos si están de acuerdo con perder la libertad de movimientos. Este es un problema social y político Y es consecuencia del hecho de que los políticos toman decisiones de científicos cuando no lo son”.
"Nadie ha preguntado a los ciudadanos si aceptan perder su libertad de movilidad"
Insistiendo en este argumento, el CEO de Stellantis comentó que “la gente que toma las decisiones es elegida por los ciudadanos europeos, pero ningún político ha declarado públicamente si apoya o no la movilidad personal y de las familias. Si la apoya, entonces debe legislar para conseguir coches limpios, pero también asequibles. Yo, como ciudadano europeo, quiero seguir gozando de la libertad de movimientos y este es un debate que no está planteado ni en la sociedad europea ni en su parlamento que es quien la representa”.
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La industria europea tiene en estos momentos una enorme dependencia de Asia tanto en lo referente a la fabricación de baterías, concentrada mayoritariamente en China, como en el proveimiento de componentes electrónicos. Tavares explicó que “la batería supone entre el 40 y el 50 % del precio de coste de un automóvil eléctrico y no es lógico que este coste esté únicamente en manos de Asia. Por eso nosotros hemos tomado la decisión de fabricar motores en Francia donde también hacemos las transmisiones y la de abrir tres gigafactorías de baterías en Europa. El objetivo de todo ello es no tener que pagar el valor de todo eso a terceros con sede en Asia, ya que, además, los proveedores asiáticos no nos cuidan especialmente puesto que prefieren dar sus mejores componentes a las marcas locales”.
Cuando le planteamos a Tavares la posibilidad de que cuando toda la industria fabrique solo los coches eléctricos y por un tema estrictamente de precio buena parte de los ciudadanos que ahora compran coches nuevos deberán dejar de hacerlo, el directivo explicó que “deberemos buscar nuevas soluciones, desde los servicios de movilidad a la carta hasta el leasing con una compañía propia. Por eso insisto en que el debate debe ser que es lo que debemos proporcionar al ciudadano. Yo puedo transformar la compañía para que fabrique helicópteros o para que se convierta en una empresa de energía, pero antes debo de tener muy claro hacia dónde quieren que vayamos”.
"A los políticos del sur de Europa deberemos preguntarles ¿y ahora qué?
Al respecto, Tavares explicó que pese a los anuncios de que las marcas de Stellantis han anunciado su transformación en marcas 100 × 100 eléctricas en algunos casos antes de 2030 “nuestras marcas mantendrán los motores de combustión para determinados mercados ya que las condiciones no serán las mismas en toda Europa. Este es un problema existente. Los políticos deben ser conscientes de lo que hacen y no podemos sustituir el viejo mundo de la combustión por el nuevo mundo de la electrificación de un día para otro. Yo creo que sería inteligente alargar por ejemplo la tecnología híbrida durante algunos años para poder seguir ofreciendo vehículos a precio asequible en aquellos países que no sean capaces de seguir el ritmo de electrificación propuesto por la propia Unión Europea. A los políticos de los países del sur de Europa cuya población no estará en condiciones de comprar coches eléctricos a partir de 2030 y que han votado a favor de la legislación europea les deberíamos preguntar ¿y ahora qué? El problema es que los políticos deberían dejar de ser dogmáticos y pasar a ser pragmáticos.
Respecto del estado actual de Stellantis, Tavares afirmó que “la empresa está funcionando muy bien porque tenemos gente muy buena. Hemos conseguido un 14,1% de beneficios en los primeros seis meses del año a pesar de la crisis de los microchips y en un contexto de alza de precios y la inflación. Hemos conseguido mantener la rentabilidad después de la fusión de PSA y FCA en un contexto internacional caótico y eso ha sido posible porque tenemos equipos realmente buenos. En el futuro inmediato tenemos que movernos deprisa hacia la electrificación y eso es algo que debe hacer toda la compañía. Mantendremos la compañía alineada y junta para enfrentarnos a los retos que suponen, por ejemplo, Tesla y los fabricantes chinos.
Pobrecitos, que mal los tratan, no si son unos sufridos como todo hijo de vecino.... y alguno se lo creerá