Probamos un Fiat 500 L de 1971 al que se le ha hecho una conversión a coche eléctrico, lo que popularmente se conoce como retrofit. ¿Es una buena solución para un coche clásico? Lo valoramos.
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En España trabajan varias empresas dedicadas a convertir cualquier vehículo clásico, y no clásico, con motor de combustión, en un coche eléctrico. No es una operación muy popular, debido a los complicados trámites burocráticos y al precio, que suele ser elevado.
En el caso de este Fiat 500 L la transformación a coche eléctrico se ha hecho en Roma, Italia. Ha corrido a cargo de la empresa Newtron, especializada en este tipo de operaciones en coches clásicos. Esta empresa ofrece la posibilidad de comprar un kit con todos los elementos necesarios y hacer tú mismo el trabajo de montaje, o bien se encargan ellos de todo, incluido el engorroso papeleo para ponerlo al día. Además del Fiat 500, Newtron transforma otros clásicos como el Citroën 2 CV, el Autobianchi A112, el Renault 4 o coches más actuales, como las tres primeras generaciones del Smart, entre otros ejemplos.
Pero no solo Newtron se ha apuntado al carro del retrofit o la transformación de un coche con motor de combustión a eléctrico. Como os comento, hay otras empresas, algunas españolas, que se dedican a hacer este tipo de reacondicionados. E incluso marcas como Renault o Mini, con el programa Mini Recharged, también ofrecen lo mismo para actualizar las primeras generaciones sus modelos más populares.
¿En qué consiste el retrofit de un coche?
El retrofit consiste básicamente en sustituir el motor térmico del vehículo por un motor eléctrico y una batería, en el caso de este Fiat 500 por una batería de 8 Kwh de capacidad, refrigerada por aire. También se sustituye, evidentemente, todo el sistema eléctrico y se añade un sistema de frenada regenerativo para recargar la batería en las las frenadas. Para hacer esta transformación, el coche tiene que estar en estado de origen y bien mantenido. Se le quita el motor de gasolina, el árbol de transmisión, la caja de cambios (es un monomarcha, como todo eléctrico), la línea de escape y el depósito y se instala un motor eléctrico y una batería, reforzando el chasis en algunos puntos para soportar el mayor peso. El motor eléctrico tiene que tener como máximo la misma potencia que tenía el motor térmico que sustituye, por una cuestión de seguridad. En este Fiat 500 L, la potencia máxima es de unos sencillos 18 CV suficientes para callejear por la ciudad o hacer un uso esporádico por el area metropolitana. La autonomía es de 100 kilómetros, en teoría, que se quedan en unos 80 en realidad. La velocidad máxima es de 86 kilómetros por hora en el modo deportivo, Turbo. En modo Eco no pasa de 60. Veréis que lo único que no es original en este Fiat 500 L son las llantas de Abarth, de 12 pulgadas y con neumáticos 145/70. El resto permanece invariable.
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¿Qué tal va el Fiat 500 L convertido a eléctrico?
Sorprende lo bien que empuja desde un principio, como buen eléctrico. Aunque en este caso la potencia no es mucha, 18CV, el coche pesa poco, 675 kilos, y la respuesta al acelerador es instantánea. Paolo le da un uso diario a su Fiat 500 eléctrico. Lo usa para repartir material de su empresa de felpudos. Como haría con cualquier otro utilitario. El coche tiene un indicador de porcentaje de batería, pero no puedes saber cuántos kilómetros quedan disponibles de autonomía. La información es muy justa, la verdad. A la hora de recargar, lo puede hacer a un máximo de 2 kW, que viene a ser lo que ofrece un enchufe doméstico.
¿Es una buena opción el retrofit de un coche clásico?
Quizás estéis pensando que tampoco es una gran ventaja electrificar un clásico, y si sois aficionados a los coches con historia quizás os estéis tirando de los pelos al ver una transformación de este estilo. Sin duda, el retrofit es un asunto que genera polémica, sobre todo entre los más puristas del coche clásico. Pero es una opción a tener en cuenta, nos guste o no, para poder subsistir en un entorno de presión hacia el coche menos “sostenible".
Ciertamente, el precio del retrofit no es bajo. El kit cuesta 12.000 euros más IVA, y si se quiere comprar ya montado en el coche se va a los 15.000. Eso siempre que tengas el clásico en propiedad. Si tienes que comprar uno, hay contar con ese coste añadido. Sí, hacer un retrofit sobre un clásico cuesta menos que comprar un eléctrico moderno, pero no está muy claro que compense. Más bien es una solución para dar continuidad a la vida de un coche clásico al que le tengamos cariño, como ha sido claramente el caso de este Fiat 500 L con una nostálgica historia familiar como principal motivo de la transformación. Y en este sentido, podría estar del todo justificado.
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