Ford Bronco vs Ineos Grenadier: El TT más puro, a prueba

Os presentamos un comparativo entre dos de las novedades más importantes que se han lanzado en el sector del 4x4 en los últimos años: el nuevo Ford Bronco, y el recién nacido Ineos Grenadier. Dos coches que están llegando a los concesionarios, y que ejemplifican lo que entendemos por todoterrenos puros y duros, auténticos, con una imagen impresionante.

Son dos todoterrenos espectaculares, que hemos probado por carretera y sobre todo, en off-road. Hemos analizado cómo vienen de preparados y qué tal se desevuelven en el franqueo de obstáculos, en el TT más auténtico.

Este comparativo enfrenta a un TT americano, el Ford Bronco, contra un TT anglo-francés, el Ineos Grenadier. Son dos coches de procedencia bien diferente. El Ford Bronco es la reedición del clásico de la marca estadounidense de mediados de los años sesenta, pero con toda la tecnología del siglo XXI; Mientras que el Ineos Grenadier es el primer modelo de esta nueva marca de origen británico especializada en la construcción de vehículos 4x4. Es un todoterreno construido a conciencia para el off road, y que acaba de empezar su andadura comercial este mismo año.

Los dos se dirigen a un público similar: personas que buscan un coche para todo, con capacidad de carga, grandes aptitudes para el todoterreno y sobre todo, con una estética imponente.

Ambos confían en la estructura clásica de los TTs más puros: chasis de largueros y travesaños, eje rígido trasero, transmisión integral con reductora, diferenciales bloqueables y un potente motor bajo el capó.

En caso del Ford Bronco se confía en un propulsor V6 de gasolina, con 2.700 centímetros cúbicos, que da 334 CV. Se acompaña de una caja de cambios, automática, de nada menos que 10 velocidades.

En el Ineos Grenadier encontramos un motor diferente, un diésel, también de 6 cilindros, pero en línea, de origen BMW, que da algo menos potencia: 249 CV. Aunque debéis saber que Ineos también vende este coche con motor de gasolina y 286 CV. La caja de cambios es automática de 8 velocidades.

También son dos TT muy diferentes estéticamente. El Ineos Grenadier tiene un aire muy británico, recuerda a la anterior generación del Land Rover Defender, tanto en sus proporciones como en algunos detalles de su diseño. Es muy clásico y a la vez de líneas contundentes, casi diríamos que de estilo militar. El Grenadier demuestra a primer golpe de vista que se ha diseñado para el todoterreno más puro y duro.

El Ineos Grenadier que tuvimos para la prueba correspondía al acabado Trailmaster, el más enfocado al off road. Equipa toma de aire elevada, escalera, cinturón de herramientas y neumáticos Bridgestone All-Terrain, con bastante taco, sobre llantas de acero de 17 pulgadas.

El Ford Bronco llama la atencion por su contundente parrilla, con faros redondos iluminados en su contorno, una acertada mezcla de estilo retro y actual, un poco como su rival. El acabado Outer Banks, el que veis, viene de serie con llantas de 18 pulgadas con neumáticos 255/70 R18 All Terrain A/T. Existe otra terminación un poco más preparada para el off-road, llamada Badlands, que identificaréis por las barras del techo y las llantas de 17 pulgadas con neumáticos incluso con más balón y más taco.

El Ford Bronco que probamos equipaba taloneras, útiles para proteger la carrocería pero sobre todo, para subir y bajar del coche con comodidad, porque en estos coches el habitáculo está muy alto. Su rival, el Grenadier, también venía con un juego de estribos, todavía más grandes.

Hablando de tamaño: los dos se acercan a los cinco metros de largo: El Bronco, 4,81, el Grenadier, 4,90, un poco más.

Miden casi lo mismo de ancho, algo más de metro noventa; Y el Ineos es bastante más alto: 2 metros frente a los 1,85 del Ford

Estas dimensiones y sus formas cuadradas hacen que estos dos TT no sean demasiaado efectivos en carretera. Se nota mucho el ruido aerodinámico, el de rodadura, con estos neumáticos con taco en el caso del Grenadier, y gastan bastante: 12,1 litros el homologado en este Ineos.

Pero a pesar de esto, el Ineos no resulta del todo incómodo. El motor empuja con fuerza, el diésel es refinado y potente, no hace mucho ruido, y el cambio automático es suave, y el coche se nota aplomado, apto para largos recorridos.

Lo que no convence en absoluto en el Grenadier es la dirección. Obliga a rectificar, tiene mucha desmultiplicación, demasiada.

El peso es otro de los hándicaps del Ineos: 2819 kilos, casi tres toneladas, y eso se nota en las curvas, hay bastantes inercias. Es, por lo tanto, un TT de los que hay que conducir con calma, siendo consciente de que todo ocurre un poco lento.

El Ford Bronco se nota más ligero. De hecho, pesa 600 kilos menos que el Grenadier, y si a ello le sumamos una dirección más directa, menos desmultiplicada, más precisa, las sensaciones al volante son de mayor agilidad.

Como el Grenadier, el Bronco peca de mucho ruido aerodinámico, el viento pega sobre el parabrisas, y se nota mucho el ruido de rodadura. También el de algunos crujidos en la zona del techo, y en las puertas. Recordad que son desmontables estos elementos.

Su motor es más refinado que el del Grenadier, incluso más contundente en la primera respuesta al acelerador, y muy progresivo, como todo V6. El cambio automático es de nada menos que 10 velocidades.

El consumo también es disparado: 13,4 litros a los 100 kms, el homologado, pero de gasolina.

En autopista se nota muy aplomado, y en carretera de montaña balancea, como su rival, pero lo hace de forma diferente. Apoya la carrocería y se nota más preciso en el viraje. La dirección ayuda, está claro.

En definitiva, ninguno de los dos está diseñado para el máximo confort en carretera, pero parece que el Bronco va un poco mejor en asfalto que el Grenadier, en general.

La posición de conducción en los dos es muy elevada, propia de un todoterreno. En el Grenadier todas las regulaciones de asiento y volante son manuales, nada es eléctrico. Por cierto, los asientos, unos Recaro, son bonitos y cómodos. Encontramos un salpicadero muy original, con formas muy verticales, repleto de diales y pulsadores, muy de estilo aeronaútico. Destaca la gran cantidad de pulsadores que hay en el techo. Sirven para bloquear los diferenciales, activar algunos programas de conducción y activar accesorios que pueden instalarse como un juego de luces de largo alcance o un cabrestante, por ejemplo.

Curiosamente, en el Grenadier no hay cuadro de instrumentos, sólo una pequeña pantalla con los testigos de alerta. Para ver la velocidad, o el consumo, hay que desviar la mirada hacia la pantalla central. No es lo mejor, hay que acostumbrarse.

También destaca el volante, con buena forma y agarre, y la palanca de cambios derivada de BMW. Tiene palancas para insertar la reductora o poner el freno de mano, al viejo estilo. No hay cargador inalámbrico, que sí tiene el Ford.

Los acabados son buenos, y el material utilizado en todo el habitáculo se ve de calidad y resistente. Pensad que el interior de este coche está preparado para lavarse con manguera.

El salpicadero del Ford Bronco es muy diferente. Se percibe más moderno, tiene dos pantallas digitales, una de ellas para el cuadro de instrumentos. Permite personalizar la información que recibimos mientras conducimos, bastante completa.

La pantalla central es de 12 pulgadas y ofrece los menús del sistema Sync4 de Ford, también muy completos, intuitivos y con buenos gráficos.

Como curiosidad, tiene los pulsadores de los elevalunas y los del ajuste de los retrovisores en la consola central, no en las puertas. Esto es así porque, no lo olvidéis, este coche puede descapotar por completo, incluso desmontando las puertas.

El Bronco, a diferencia de su rival, equipa entrada y arranque sin llave. También trae de serie climatizador bizona, cargador inalámbrico y un dial con el que se activan los diferentes programas de conducción y también la reductora, de forma electrónica, no por palanca como en el Grenadier.

El bloqueo del diferencial central, el del diferencial trasero, la desconexión del control de estabilidad y la activación del sistema Trail Turn Assist, para mejorar el radio de giro, se activan mediante estos pulsadores en el salpicadero. Todo de forma eléctrica, también. Como el freno de mano, que tampoco es de tipo palanca.

El interior del Ford Bronco quizás es menos espectacular que el del Grenadier y se ve peor acabado, hay mucho plástico duro por todas partes, de aspecto algo pobre. Está en línea con el standard que se pide de mercados como el estadounidense.

Las plazas traseras del Ford Bronco destacan por la distancia entre filas, muy buena. También hay mucho espacio al techo y mucha anchura. Equipa un apoyabrazos, bolsas en los respaldos de la primera fila, 2 tomas USB, pero curiosamente la toma de enchufe es de tipo americano, de tres polos planos. Se necesita un adaptador… y tampoco hay rejillas de ventilación. Dos puntos a revisar. El pasajero central debe lidiar con el ancho del túnel central, típico en un TT de este estilo. Por cierto, mirad cómo se mueve el cofre, no se ve demasiado robusto, la verdad.

Las plazas traseras del Ineos Grenadier destacan por la altura al techo, va más que sobrado. El resto de medidas son prácticamente idénticas a las del Ford, por lo que hay espacio de sobras. Debajo de la banqueta encontramos, entre otras cosas, una caja de fusibles y la batería auxiliar. El pasajero central también tiene que soportar un túnel de transmisión entre las piernas. No hay reposabrazos ni bolsas en los respaldos, pero sí rejillas de ventilación, dos tomas USB y un enchufe de 230 V, de tipo europeo. Los acabados del interior de las puertas también son mejores que los del Bronco.

A la hora de cargar bultos, hay que hacer un sobreesfuerzo para superar la altura del plano de carga, muy grande en los dos, especialmente en el Grenadier, que se va a 90 centímetros del suelo.

A pesar de ser vehículos de 5 metros de largo, no esperéis un maletero gigante.

En el Ford Bronco, la capacidad es de 504 litros, que puede ampliarse a 1780 litros abatiendo la segunda fila.

En el Grenadier hay más espacio de carga: son 2035 litros de capacidad máxima, y la capacidad mínima, aunque no disponemos del dato oficial, se ve superior.

El Grenadier puede montar rieles en el suelo, para colocar ganchos. Encontramos hasta 12 en total, no está nada mal. También hay un conector de 12 voltios, y bajo esta tapa, un enchufe de 230 voltios.

Por su parte, en el maletero del Ford Bronco encontramos detalles como una toma de 12 voltios, y 4 ganchos para sujetar la carga.

Antes de analizar cómo van fuera de carretera, miremos cuáles son sus ángulos característicos:

El Ford Bronco, en esta versión Outer Banks, tiene un ángulo de entrada de 38,1 grados, de salida de 31,4 grados y ventral de 21,9 . La altura libre es de 26,1 centímetros.

El Ineos Grenadier cuenta con una altura libre de 26,4 centímetros, prácticamente la misma que la del Bronco; un ángulo de entrada de 35,5 grados, inferior; de salida de 36,1 grados, superior; y central de 28,2, también algo superior. La altura de vadeo ese la misma en los dos: 80 centímetros.

En el Ineos encontramos una transmisión integral permanente, con bloqueo de diferencial central, además de diferencial trasero y delantero también bloqueables.

El Ford Bronco, por el contrario, monta una transmisión 4x4 de tipo parcial. Es decir, no tiene diferencial central y solo podemos conectar la tracción integral fuera del asfalto. Cuenta con reductora y bloqueo de diferencial central y trasero. No tiene diferencial delantero bloqueable.

Pero tened en cuenta que hay otra versión del Ford Bronco, la Badlands, con transmisión integral permanente de reparto automático, más un diferencial delantero bloqueable, una configuración muy similar a la del coche británico.

Para ser justos, hicimos que los dos coches afrontasen los obstáculos del circuito Cattrial Park con las mismas armas, y en las mismas circunstancias. Es decir, con la reductora insertada y solo bloqueando el diferencial trasero si fuese necesario.

También aprovechamos sus programas específicos para todoterreno. En el caso del Ford Bronco, a través de su Terrain Management System, optamos por el modo Rocas. Por otro lado, en el Ineos Grenadier optamos por activar, mediante este botón en la consola del techo, el único programa disponible, el off-road.

Empezamos forzando un cruce de puentes, en un paso con agujeros de unos 70- 80 centímetros de alto.

El Ford Bronco avanzó sin dificultad, eso sí, perdiendo alguna de sus ruedas contacto con el terreno. Pero lo hizo con mucha progresividad, y al volante se percibió cómodo.

El superior ángulo ventral del Ineos Grenadier, que no la altura libre, hizo que en el mismo paso no tocasen sus estribos. El Grenadier también pasó con mucha comodidad y copió muy bien el terreno gracias a su buen recorrido de suspensión.

El siguiente obstáculo fue una fuerte pendiente, con posterior bajada en picado y giro a derechas.

El Ineos subió con facilidad, tiene unos buenos neumáticos, con mucho taco, que agarran sin problemas. Pero al volante se nota bastante pesado, y grandote, más que el Ford.

El giro de derechas, aunque lo hizo correctamente, puso en evidencia uno de sus puntos débiles: su largo radio de giro, que obliga a hacer maniobras en los pasos más estrechos.

El Ford Bronco sorprendió por la facilidad que trepó hasta la cima, empujado por un motor de gasolina que empuja muchísimo, que es todo suavidad, elasticidad y par a bajas vueltas. Pesa bastante menos que el Grenadier, y eso se nota.

El Bronco se mueve mejor entre árboles, gracias a su menor radio de giro.

Concretamente, gira en 12,2 metros frente a los 13,5 que necesita el Ineos. Además, el Ford puede hacer que ese radio de giro sea menor. Cuenta con un sistema, el Trail Turn Assist, que se activa con un pulsador en el salpicadero, y que automáticamente frena la rueda interior para reducir el radio de giro hasta en un 40%.

Acabamos la prueba con un paso de agua y barro, bastante profundo, con una salida complicada por un pequeño cortado vertical, que costaba superar debido a lo resbaladizo del terreno, Con todos los programas off road activados, en el caso del Bronco el de barro, el bloqueo central y el bloqueo del diferencial trasero, ninguno de los dos pudo salir de la poza por sí solo.

Para superar el obstáculo era necesario contar con un diferencial delantero bloqueable, que solo tenía el Ineos. Este elemento, que el Grenadier trae de serie, también lo podemos encontrar en Bronco en el acabado Badlands, tenedlo en cuenta.

En definitiva, con el diferencial delantero bloqueado, el Ineos uperó el último tramo de la charca sin problema. A veces, en todoterreno, un pequeño detalle marca la diferencia.

Este comparativo, entre otras cosas, nos ha mostrado que el Ford confía un poco más en la electrónica que el Ineos. Por sus programas de conducción off-road, por el automátismo de su sistema de conducción a un solo pedal o por el Trail Turn Assist. El Grenadier, en cambio, tiene unas transmisiones más al viejo estilo, más simples y mecánicas, exceptuando el programa off-road.

Con o sin electrónica, los dos son excelentes TT para pasar un rato divertido en la montaña. Siempre con respeto, o poniéndolos a prueba en circuitos especializados como el de Trial 4x4.cat.

El inconveniente es que hay que hilar muy fino, porque golpear la carrocería en todoterrenos que cuestan 88.552 euros en el caso del Ford Bronco Outer Bank, o 93.930 euros en el caso del Ineos Grenadier TrialMaster que os hemos mostrado, duele bastante.