Enérgico y polivalente
La marca del óvalo ha puesto al día el Kuga con la llegada de novedades mecánicas y de un aumento del equipamiento. Para conocer esta actualización me he decantado por probar la alternativa 2.0 TDCi más potente de la gama, que ahora pasa de 163 a 180 CV de potencia, y lo he hecho con su versión automática de doble embrague. Esta versión del TDCi más potente va obligatoriamente asociada al sistema de cuatro ruedas motrices, lo que amplía los horizontes del SUV de la firma estadounidense fuera del asfalto.
En cuanto a precio, esta versión se encuentra en una posición intermedia en su segmento, pues cuesta 33.850 de precio base y 38.700 euros, contando los opcionales que incorpora esta unidad concreta. Sin embargo, este segundo precio puede bajar hasta 4.200 euros (34.500 euros) teniendo en cuenta tanto los descuentos que ofrece la marca actualmente como el Plan PIVE. La batalla en el segmento de los SUV compactos es brutal, por lo que el plantel de competidores del Kuga es realmente amplio. Entre ellos se encuentran el Nissan Qashqai, el Honda CR-V, el Hyundai ix35, el Renault Koleos o el Toyota RAV-4 .
Imagen atlética
La actualización recibida por el Kuga hace pocos meses no ha afectado a su apariencia estética, que ya cambió a fondo con la llegada de esta última generación. De hecho, el diseño ha sido, desde el aterrizaje en el mercado de este modelo, uno de los puntos en los que más ha destacado, si bien en esta segunda generación es menos arriesgado. Al repasar su “look”, robusto y atlético, se aprecia un frontal con personalidad gracias a una parrilla inferior contundente y a unas ópticas con cierta agresividad en la mirada.
Hay que señalar que las luces LED de iluminación diurna y los faros bi-xenón con función cornering vienen de serie. Las barras de techo cromadas definen la silueta del vehículo. En esta zona lateral, la línea de cintura ascendente le otorga al coche un mayor dinamismo mientras que la franja cromada en la base de las ventanillas, por un lado, y los cristales traseros oscurecidos, por otro, contribuyen a lograr una prestancia superior.
En lo que respecta a proporciones, hay que recordar que el coche tiene una longitud de 4,52 metros mientras que su altura es de 1,69 m y su anchura, de 1,84 m. Todo ello da lugar a un todocamino de dimensiones muy compactas. Por otra parte, debe señalarse que el color de la carrocería de la unidad probada es nuevo, se denomina Gris Magnetic y que tiene un coste adicional de 550 euros.
Más equipado
La puesta al día del modelo de la marca del óvalo incluye la ampliación del equipamiento de serie en toda la gama, con sistemas como el control de crucero con limitador de velocidad en todas las versiones. Éste puede venir acompañado opcionalmente por el control de crucero adaptativo (900 euros), alternativa que no montaba la unidad que probé. Entre los sistemas que ahora vienen de serie también se encuentra el control de presión de neumáticos.
Otra de las novedades que recibe el Kuga es la posibilidad de activar aplicaciones para Smartphone a través de comandos de voz gracias al sistema Ford SYNC con AppLink, de serie en el acabado Titanium de esta unidad. Gracias a ello, pude comprobar que es fácil escuchar nuestro grupo o cantante favorito mediante Spotify, por ejemplo, sin tener que apartar la vista de la carretera. El listado de equipamiento de serie también incluye airbags frontales, laterales, de cortina y de rodilla en el lado del conductor, control de estabilidad, Ford Vectoring Control, asistente de arranque en pendientes, sistema Ford Help SOS, faros antiniebla, parrilla activa, climatizador automático bizona, sensores de luces y lluvia, volante multifunción y palanca forrados en cuero e indicador de cambio de marcha.
Las posibilidades para completar el equipamiento en clave tecnológica son numerosas. Una de las alternativas más significativas que pude probar la integra el paquete Tech (1.050 euros), que incorpora aviso de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico, Active City Stop y detector de ángulos muertos, entre otros sistemas. Repasando otros opcionales que también monta este Kuga encontramos la tapicería de cuero beige (1.400 euros), la apertura y arranque sin llave Ford Key Free (300 euros), el techo panorámico (1.000 euros), los asientos delanteros calefactados (200 euros) y la Radio Sony CD MP3 con pantalla TFT de 4,2”, nueve altavoces y entrada USB (350 euros). Aunque no estaba incluido en esta unidad, también vale la pena subrayar el portón de apertura con manos libres (600 euros).
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A nivel de habitabilidad, ninguna variación, por lo que el modelo ofrece un puesto de conducción confortable y espacioso, con una posición elevada que ofrece buena visibilidad. A las botoneras de la consola central les haría falta un uso más intuitivo, pero gozan de buena ergonomía en cualquier caso. Dadas las medidas que se encuentran hoy en día en el segmento, la pantalla del navegador sigue siendo pequeña y estaría bien que quedara en una posición más cercana al conductor. La segunda fila es corredera y reclinable, lo que incrementa sus posibilidades en cuanto a modularidad. Aquí pueden viajar dos adultos cómodamente. En caso de ser tres, hay que tener en cuenta que el respaldo de la plaza central es más duro que las laterales. Un importante maletero de 456 litros completa las cualidades habitables del Kuga.
Inyección de potencia y más ahorrador
Bajo el capó es donde aparece una de las novedades más destacables de esta puesta al día del Kuga. Y es que los ingenieros de la firma del óvalo han aplicado una inyección de potencia al turbodiésel de cuatro cilindros en línea 2.0 TDCi, que pasa de los 163 a los 180 CV. Además, también se ha producido una mejora de par motor máximo, aumentando de 340 a 400 Nm, entrega que se produce entre 2.000 y 2.500 rpm. Ello provoca que la respuesta del bloque sea muy buena a bajas vueltas y que mueva aún con más soltura al vehículo. Esta mejora garantiza, además, mayor ímpetu al encarar pendientes prolongadas en ascensión por autopista.
Para esta prueba escogí la versión automática, en la que el motor va asociado a una caja de cambios de seis velocidades Power Shift de doble embrague. Esta transmisión es bastante rápida y realiza los cambios de marcha de forma suave. Además de la posición D convencional, cuenta con un modo Sport que apura más a la hora de subir marchas, realizando el cambio a regímenes más altos para lograr un comportamiento más deportivo. Para tener un mayor control sobre el cambio, la transmisión está dotada de un modo secuencial. No obstante, la forma en que se maneja no me acaba de convencer. Cuenta con dos botones situados en el lado izquierdo del pomo de la palanca, cuyo acceso no es todo lo cómodo que debería.
En materia de prestaciones, los resultados son realmente buenos, pues el vehículo acelera de 0 a 100 km/h en 10,0 segundos y su velocidad máxima es de 200 km/h. En paralelo al aumento de potencia se ha producido una considerable mejora de la eficiencia, debido a un descenso de consumo y emisiones con respecto al motor que conocíamos hasta la fecha. Ahora, esta versión automática, que dispone de sistema Stop/Start de arranque y parada automático, registra unas emisiones de 140 g/km de CO2 y su media homologada de consumo es de 5,4 litros cada 100 km. La media que conseguí tras la prueba fue de 6,7 litros, lo que sigue siendo un buen valor dado que además se trata de la versión con cuatro ruedas motrices.
Cercano a un turismo
Las cualidades dinámicas del Kuga se encuentran entre las mejores del segmento, pues se trata de un SUV que, sobre todo, destaca por su estabilidad. Y es que, al conducir por carreteras de montaña, su impecable chasis se encarga de reducir al mínimo las oscilaciones de la carrocería. De hecho, su comportamiento es tan neutro que se acerca mucho a lo que cabría esperar de un turismo y no de un SUV que, por naturaleza, tiene una mayor altura y evidencia más las inercias.
La suspensión registra cierta firmeza, lo que se percibe principalmente en carreteras en mal estado, pero este aspecto en ningún caso resta confort de marcha al automóvil puesto que copia bien los pequeños baches. Por su parte, la dirección se distingue por su precisión y por un tacto muy directo. Ello, unido a las condiciones dinámicas antes comentadas, da lugar a una conducción fácil y divertida si aumentamos el ritmo por zonas reviradas. Obviamente, sus características deportivas son limitadas pero se posiciona entre los mejores de su clase en este ámbito. Además, pone de manifiesto un considerable aplomo y una muy buena calidad de rodadura al rodar por autopista, lo que hacen de él un buen compañero para largos viajes por estas vías.
Como comentaba antes, esta variante mecánica sólo se ofrece con cuatro ruedas motrices, lo que incrementa sus posibilidades a la hora de abandonar el asfalto. Cuenta con un sistema de tracción integral que, en circunstancias normales, envía el par motor al eje delantero si bien, cuando es preciso, destina parte de la fuerza al tren trasero. El resultado es un destacable nivel de motricidad por pistas sencillas, con grava o incluso nevadas. Sin embargo, no hay que olvidar que no es un todoterreno. Su altura libre mejora la de un turismo pero no permite igualmente afrontar franqueos complicados.
Conclusión
En definitiva, si bien la reciente puesta al día no ha supuesto cambios a nivel estético ni formal en el modelo, sí hay que resaltar el paso al frente que ha dado el motor 2.0 TDCi. Es más potente, responde mejor y encima es más eficiente, cualidades que se agradecen y que llevan al Kuga a moverse con más soltura y a gastar menos. La combinación entre el motor y el cambio automático es muy acertada. El Power Shift no llega al nivel de rapidez y suavidad de un DSG pero brinda unos muy buenos resultados generales. Las mejoras en equipamiento se encargan de completar esta actualización del SUV de Ford, que conserva su versátil habitáculo y su eficaz dinámica, con el valor añadido de la tracción integral (obligatoria, eso sí) de esta variante mecánica.
En cuatro meses con el, plenamente satisfecho. Con los kilómetros ha bajado el consumo a cifras razonables, y las prestaciones son excelentes. El andar en carretera lo veo más que correcto para ser un SUV. El mío es el diésel 180 automático awd.