“Renovar el parque de vehículos con nuevas tecnologías llevaría 20 años”

“El control inteligente de velocidad puede reducir los accidentes en un 20%, el sistema de frenado automático de emergencia podría evitar los 30 ciclistas y 250 peatones que mueren cada año en las ciudades, mientras que el asistente de cambio involuntario de carril evitaría muchos accidentes por salida de vía o frontales”. Así de claro lo ha dicho Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, en representación de la Dirección General de Tráfico (DGT), durante la IV Jornada de Tecnología y Seguridad Vial, organizada un año más en Madrid por la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL) y Carglass España.

Estos datos hablando de España, "si estos sistemas ADAS fueran obligatorios en todos los vehículos, se podrían salvar 25.000 vidas en la Unión Europea en los próximos 15 años". Pero claro, matiza que para conseguir estos resultados habría que renovar el parque de vehículos con estas tecnologías y “esto en nuestro país llevaría entre 15 y 20 años”.

El control inteligente de velocidad, el frenado automático de emergencia y el asistente de cambio involuntario de carril son tres de los sistemas de asistencia a la conducción (ADAS) que la Unión Europea podría hacer obligatorios en los coches a partir de 2022. En la primera mesa de debate, la directora de Tráfico del Gobierno Vasco, Sonia Díaz De Corcuera, mostró su inquietud respecto al rápido avance tecnológico que vive el sector. “Como administración estamos atentos, implementamos nuevas herramientas y tenemos la esperanza de que la tecnología nos lleve a reducir la siniestralidad. Pero a veces tengo la sensación de que la tecnología discurre a una velocidad vertiginosa, y necesitamos pararnos y reflexionar para poder acercarnos a las buenas decisiones”.

El director del Servei Catalá de Tránsit de la Generalitat de Cataluña, Juli Gendrau, va más allá apuntando que estos sistemas ADAS deberían llevarlos todos los vehículos, también autobuses, camiones, furgonetas… y eso, a pesar, de que cree que “se produce una posible relajación de los conductores gracias a estas ayudas. Nuestro comportamiento de conducción es diferente en un coche con estos sistemas que en uno que no los tiene”.

En este sentido, todos han coincidido en afirmar que la formación es fundamental. “Hay que cambiar la legislación para que en la autoescuela haya formación en los nuevos sistemas tecnológicos de ayudas a la conducción. En Cataluña la mayoría de los accidentes mortales son de una generación (40-50) que no ha tenido formación en educación vial en las escuelas”. Hay que añadir cursos de reciclaje, formación en ITV, en concesionarios, talleres… “Llevamos tiempo dándole vueltas a cómo introducir las tecnologías en los exámenes teóricos y prácticos para obtener el carnet de conducir”, comentaba Álvaro Gómez, de la DGT.

Con el lema “La movilidad del futuro es ahora”, el objetivo de esta jornada es reflexionar sobre el papel de las tecnologías en la seguridad vial. “¿A más tecnología en un vehículo, se supone que le corresponde menos accidentes?”, lanzaba la pregunta Luis Montoro, presidente de Fesvial, porque, según apunta, “tenemos demasiada tecnología y, en cambio, pocas reflexiones sobre ellas”.

“No podemos aceptar muertos por accidentes, pero desde un punto de vista económico no siempre es posible. Se han conseguido progresos, pero cada país debe decidir la cantidad que quiere invertir para conseguir estos avances. Por algún motivo la seguridad en la carretera es un tema que carece de voluntad política”. Así de contundente se ha mostrado Robert Nowak, responsable de Asuntos Económicos de la División de Transporte de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas (UNECE).

Como ejemplo puso a Volvo, fabricante sueco que se ha propuesto su propia Vision Zero: que nadie muera ni resulte herido de gravedad en alguno de sus coches para 2020 y para conseguirlo, una de las medidas que va a poner en marcha será limitar la velocidad de sus vehículos a 180 km/h para el próximo año.

Robert Nowak afirma que si un vehículo equipara todos los sistemas de ayuda a la conducción se podrían salvar 1.600 vidas al año, el problema con respecto a la influencia de la tecnología en la seguridad vial es que hay más factores a tener en cuenta, entre ellos los recursos económicos y la voluntad política.

“Vision Zero es un objetivo irracional. Estaríamos hablando de carreteras inmortales"

Mucho más negativo con respecto a conseguir cero accidentes y cero víctimas en las carreteras se ha mostrado Javier Echeverría, filósofo, ensayista, catedrático y vicepresidente de Jakiunde, Academia de Ciencias, Artes y Letras. “Vision Zero es un eslogan, un objetivo irracional porque estaríamos hablando de carreteras inmortales. Es una demagogia”.

Tampoco está de acuerdo con la denominación ‘conducción autónoma’. “Tenemos que hablar de coches heterónomos porque los vehículos no son autónomos, están regulados por las normas impuestas por los humanos. Sin conciencia no hay autonomía”. Igualmente se mostró crítico con las ‘smart cities’ parafraseando a Einstein cuando dijo que “cuanto más inteligentes sean las ciudades, más tontos serán los ciudadanos”. Según Echeverría es necesario humanizar a los robots y pone sobre la mesa un dilema ético: “¿Se va a diseñar un vehículo para atropellar primero a una mascota antes que a una ancianita?”.

Esta IV Jornada de Tecnología y Seguridad Vial también ha contado con una mesa de debate sobre el papel de los medios de comunicación en la seguridad vial con una conclusión a la que también me sumo y es que, además de informar, los periodistas tenemos un compromiso social. Podemos educar para salvar vidas.