Lancia cumple 100 años de historia y para conmemorar este centenario de una marca legendaria se ha preparado una exposición con sedes itinerantes por Europa que pudo verse en julio en Barcelona. En la muestra se combinan por primera vez algunos de los automóviles más representativos de la historia de la marca con elementos del diseño y el estilo tradicional de Italia. Lancia tiene casi cerrado el resto del itinerario de la exposción por Europa: en octubre se instalará en Bruselas, del 6 al 11 de noviembre en Atenas y a partir del 20 de noviembre en Turín.
Cerca de 75 coches de los más emblemáticos de Lancia se dieron cita en Barceona. El más antiguo, un Lambda Torpedo de 1925, aunque el protagonismo recayó en los numerosos vehículos de competición.
Nunca en España, una convocatoria automovilística había conseguido concentrar a tantos coches Lancia a la vez. En total, cerca de 75 unidades de todas las épocas y tipos reunidas el pasado sábado en una concentración organizada dentro del Tour del Centenario que la marca italiana está realizando por toda Europa.
Los vehículos fueron aportados por la propia Lancia y, en su gran mayoría (unos 60), por el Club Lancista Spagnolo que también participó en la organización del evento. La unidad más antigua correspondía a un Lambda Torpedo de 1925, el primer coche del mundo en llevar carrocería autoportante. También se pudo ver un Aprilia de 1936, el último modelo que supervisó personalmente Vincenzo Lancia, fundador de la compañía.
En dicho evento el público pudo apreciar los valores característicos de la marca Lancia (la elegancia, la clase, la distinción y la innovación tecnológica) junto con los del diseño italiano, marcado siempre por una personalidad y una clase indudables: lo que se ha dado en llamar la "Dolce Vita". Una exposición en la que se intentó hacer coincidir dos mundos tan diferentes pero al mismo tiempo tan próximos como son el arte y la tecnología sobre cuatro ruedas de la mano de Lancia con el estilo en el mobiliario, en el cine, en el diseño y en la forma de entender la vida de los grandes genios italianos.
Para ello se combinaron algunos de los automóviles más emblemáticos de la marca Lancia, como son los Lambda, Aurelia, Flaminia, Fulvia, Delta o el recién llegado Ypsilon, con los objetos más variopintos creados por los genios del diseño italiano a lo largo de estos últimos 100 años conformando una interesante exposición del diseño "Made in Italy" del último siglo.
N. R.
Sugerencias únicas En esta exposición lo que se ha buscado ha sido combinar objetos muy diferentes entre sí, pero al mismo tiempo muy relacionados. Hay vínculos entre ellos, pero lo más importante es que cada visitante tiene la oportunidad de analizar, comparar y opinar sobre la relación entre unos y otros, entre los automóviles Lancia y los objetos asociados a estos vehículos.
Es una prolongación, un juego que va desde el pasado al presente pasando por las formas y maneras más sugerentes: a cada coche se le ha asociado un objeto representativo del diseño italiano (el Lambda Torpedo y el Calendario Bilancia de Enzo Mari de 1959, el Aurelia B24 Spider y Sgarsul de Gae Aulenti de 1961, el Flaminia Coupé y la Cupola de Aldo Rossi de 1988, el Delta HF 4WD con el Cubo de Bruno Munari de 1957, etc.).
La relación entre los modelos de Lancia y las piezas de diseño específico ha sido pensada con un paralelismo formal, sensorial, de atmósfera y de calidad El visitante puede echar mano de su propia imaginación y fantasía para revivir los mundos de Lancia y del diseño italiano, para revivir los recuerdos de una época, la parte siempre actual del pasado y la belleza del presente.
La evocación de un mundo de ensueño, basado en un pasado glorioso pero también en un presente y en un futuro prometedor como se plasma en los nuevos Ypsilon bicolor. El mejor testimonio pasa por las imágenes de un video-montaje realizado por Gian Piero Brunetta, un histórico del cine. El video-montaje se ha proyectado en el Fulvia Coupé con una sugestiva escenografia. Presenta al coche Lancia con un papel coprotagonista de algunas de las escenas que han contribuido a crear el éxito del cine italiano en el mundo, definiendo una época de atributos de belleza, libertad y poesía, en una palabra creando el "estilo de vida italiano" como el centro de los paparazzi durante la inolvidable época de la Dolce Vita.
Un repaso a la historia Por lo que se refiere a los modelos de Lancia expuestos, suponen un repaso muy completo a cien años de la automoción desde el punto de vista italiano. En los cinco coches expuestos se repasan algunos de los valores principales de la marca Lancia, de innovación, de diseño y deportividad.
El más antiguo de los vehículos, un Lambda Torpedo, de 1925, es el primer coche del mundo que montó una estructura de carrocería portante, algo que hoy en día llevan todos los vehículos salvo algunos todoterrenos.
Otro de los modelos es el Aurelia B24 que representa una demostración de diseño. De la mano del genial diseñador italiano Pininfarina, fue un vehículo que tuvo una gran acogida en el mercado americano precisamente por ese estilo típicamente italiano. Y también de las manos del genial Pininfarina salió también otro de los vehículos expuestos, el Flaminia Coupé que se lanzó al mercado en el año 1965.
No podía faltar un Fulvia, como representación de la imagen deportiva de la marca Lancia y un vehículo con el que se afianzó su posición en el mundo de los rallyes. Surgió del lápiz de Piero Castagnero y su aspecto ligero y muy deportivo pronto le permitió hacerse un hueco en el mundo de la automoción. Se mantuvo en producción durante once años y con un amplio abanico de versiones.
Las victorias del Fulvia en los rallyes se cuentan por millares y las más sonadas fueron la del Rallye de Montearlo de 1972 con Sandro Munari al volante y en el mismo año la Copa F.I.A. que más tarde se convertiría en el Campeonato del Mundo de Rallyes.
Pero sin duda el principal exponente de deportividad en el mundo de los rallyes está servido con el Lancia Delta Integrale. A partir de un vehículo compacto, los hombres de Lancia supieron sacar adelante un ejemplo de efectividad en las más difíciles carreteras del mundo que marcó una forma de hacer rallyes. El Lancia Delta Integrale era insuperable y hoy en día sigue siendo un icono de la marca. La incorporación de la tracción 4x4 en un vehículo compacto fue una innovación. Cierra la exposición conmemorativa del centenario de Lancia el último exponente de la marca, el Ypsilon. Un vehículo que combina como ningún otro la tecnología de vanguardia y los últimos avances en materia de seguridad con el diseño, el encanto y la calidad de terminación, el ambiente agradable, y un entorno para la conducción y los desplazamientos por carretera inigualados que marcan la diferencia entre los vehículos de Lancia y el resto de automóviles.
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Innovación tecnológica La historia de estos 100 años de Lancia ha estado marcada por la innovación tecnológica desde sus comienzos. El primer Lancia, el denominado Alpha, incorporaba un motor extraordinariamente rápido en su giro para la época, con 1.800 revoluciones por minuto. Innovador fue el Theta de 1913 con la primera instalación eléctrica integrada en un automóvil, como también lo fue el Lambda de 1922, que introdujo la carrocería portante y la suspensión delantera de ruedas independientes. También el primer vehículo monocasco de la historia fue un modelo de Lancia, en concreto el Augusta de 1933.
Otro modelo innovador fue el Aurelia de 1950, el primer coche con motor de 6 cilindros en V a 60 grados y con el cambio detrás junto al diferencial. En el Flavia se incorporaron por primera vez los cuatro discos de freno y los anclajes de los cinturones de seguridad en el año 1960. En el Trevi de 1982 se incorporó por primera vez un compresor volumétrico y en 1986, con el Delta HF 4WD, se puso a la venta un vehículo con un complejo sistema de tracción 4x4 permanente con tres diferenciales.
Italia es diferente y también Lancia lo es, con la tecnología innovadora y la clase que han hecho de ella una marca centenaria y con un más que prometedor futuro por delante.
Las carreras Tras algunas competiciones, normalmente terminadas con victorias, disputadas durante el bienio 1908 1909, Vincenzo Lancia abandona las competiciones automovilísticas y prohíbe expresamente la participación oficial de sus vehículos en las manifestaciones deportivas de la época.
La decisión puede parecer paradójica, dado que el propio Vincenzo era piloto competición y sus comienzos fueron al volante de los coches de carreras de Fiat, pero nace del intento de concentrar todos los recursos de la empresa en el diseño y en la construcción de los coches de carretera. Pero pese a esta prohibición es imposible impedir que corran los particulares con coches de la marca Lancia.
Para ver una participación directa de la Marca turinesa en las competiciones, hay que esperar hasta el año 1951. El joven Gianni Lancia es un aficionado al automovilismo deportivo desde niño. Cuatro vehículos Aurelia B21 particulares, pero con la asistencia oficial de Lancia, toman parte en el Giro di Sicilia y se adjudican los cuatro primeros lugares de su clase en detrimento de los Alfa Romeo 1900, los deportivos por excelencia y los dominadores de la época.
La suerte esta echada. En la Mille Miglia de es mismo año se inscribe un Aurelia B20 coupé prácticamente de serie. Bracco llega segundo, tras los pasos del Ferrari de Villoresi que posee una cilindrada del doble que la del Lancia. También el propio Bracco, junto a Lurani, conquista la victoria de clase en las 24 horas de Le Mans.
El entusiasmo se dispara en la marca. En 1952, Bonetto gana la Targa Florio. Se crea oficialmente la Scuderia Lancia, que tiene por emblema el pequeño elefante al galope. Ahora, el objetivo ya no es ganar a Alfa en la categoría de turismos. Nace el D20 Sport y se apuesta mucho más alto: ahora el adversario no es Alfa Romeo sino la mismísima Ferrari. El palmarés de los años 1953 y 1954 esta repleto de éxitos para Lancia. La gran ambición de Lancia tiene como objetivo directo el máximo exponte de la competición automovilística, la Fórmula 1.
El vehículo de Gran Prix para disputar las carreras de Fórmula 1, llamado D50, es innovador en todos los sentidos, como no podía ser de otra forma en un vehículo de la marca Lancia. El motor es un ocho cilindros en V con el cambio trasero en posición transversal. El piloto principal del equipo es Alberto Ascari. En Montecarlo va en cabeza cuando se sale de la carretera y termina en el mar. Un zambullido tremendo, del que sale milagrosamente ileso. Cuatro días después va al circuito de Monza, donde su amigo y rival Castellotti prueba el Ferrari Sport. Ascari le pide a su amigo poder dar alguna vuelta con este coche. Sale con camisa y corbata. En la tercera vuelta, sufre un espectacular accidente en el que pierde la vida. Es el 26 de mayo de 1954.
La desaparición de Ascari y el simultáneo colapso financiero provocado al menos en parte por unos gastos excesivos para participar en las distintas competiciones lleva a una decisión drástica: el fin de las carreras en Lancia. El 26 de julio de ese mismo año todos los coches, los motores y las piezas de recambio, además de todo el resto de equipamiento del quipo salen hacia Maranello, donados por Lancia a Ferrari. No se derrocharán de ninguna manera. Modificado y potenciado, el D50 (luego Lancia Ferrari) permitirá que Juan Manuel Fangio gane en el año 1956 el cuarto de sus cinco títulos mundiales.
Tras la corta experiencia de la Fórmula 1 y la venta de la empresa a Pesenti, los pilotos particulares son los que vuelven a correr y a ganar devolviendo el prestigio a la compañía italiana. A las victorias en las competiciones de velocidad, se añaden las de los rallyes. Piero Frescobaldi es el primero en el Rally dei Fiori de 1962 al volante de un Flavia. Los responsables de Lancia empiezan a fijarse con atención en este tipo de competiciones, disputadas sobre carreteras normales y tan diferentes a las carreras en circuito.
Es entonces cuando vuelve a nacer la Squadra Corse, con el viejo emblema del pequeño elefante y la sigla HF, es decir High Fidelity. Primero será con el Flavia Coupé y luego con los Fulvia 2C, Coupé y Coupé HF, las victorias se suceden una tras otra: Tour de Corse, Rally de Sanremo (antiguo Rally dei Fiori) y RAC de Inglaterra. En 1972, el Fulvia Coupe 1600 HF llega ya al final de su carrera, pero le ofrece a Sandro Munari importantes éxitos, (por ejemplo en el Rally de Montecarlo) y lleva a Lancia al Campeonato Mundial de Rallyes.
Con el Stratos, Lancia juega el "as acaparador" que le regale la victoria consecutiva de tres mundiales en 1974, 75 y 76. Concebido específicamente para disputar carreras de tipo rallye y construyéndose de él sólo las 400 unidades requeridas para la homologación, el Stratos es una pequeña berlina de motor central, diseñada por Bertone y equipada con el motor de 6 cilindros en V del Dino Ferrari.
En 1979 Lancia vuelve a los circuitos con el Beta Montecarlo Turbo. Durante dos años, 1980 y 1981, conquista el Campeonato Mundial de Marcas. El año siguiente, otra vez se gana en el Campeonato Mundial de Rallyes con el 037.
Tras la experiencia con los superpotentes vehículos del Grupo B y la decisión de prohibir que participen en los rallyes coches con más de 300 CV, Lancia abandona el desarrollo del Delta S4 y apuesta su jugada por los pequeños y eficaces Delta HF 4WD de tracción integral. Nos encontramos en 1987. Durante los siguientes seis años, el Delta HF 4WD y los posteriores Delta HF Integrale e Integrale 16V, dominan la escena de los rallyes. El balance es de seis títulos mundiales de marcas consecutivos, cinco mundiales de pilotos, 46 victorias absolutas de 66 participaciones en competiciones mundiales, además de otras innumerables victorias en competiciones nacionales. Un palmarés difícil de igualar.