Lotus en su día fue todo un referente en materia de deportividad. Los coches creados por Colin Chapman dominaban en las pistas, desde el GP de Mónaco de F1 a las 500 Millas de Indy, y sus deportivos ‘de calle’ eran muy valorados: no tenía motores muy potentes, pero en contrapartida eran muy ligeros. Chapman, el mejor ingeniero de la historia de la F1, tenía muy claro que no importaban los caballos sino el peso.
Lo reflejan todavía su producción actual -los Evora, Exige y Elise- que acusan ya el paso de los años y las difentes vicisitudes de sus últimos propietarios, primero Romano Artioli -el hombre que también recuperó Bugatti antes de venderla a Audi- y después de los malayos de Protón.
El renacimiento de la marca comienza con el Evija, un auténtico hypercar por prestaciones, potencia, por precio, por exclusividad…. ¡y además eléctrico! 2.000 CV, 2 millones de euros y sólo 130 unidades disponibles. Y todo aderezado con la característica clásica de Lotus: ligereza.
Es cierto, 1.640 kg. es mucho más que lo que pesa el Walkyrie de Aston Martin, posiblemente el Hypercar más deseado en este momento, pero en contrapartida tenemos el doble de potencia. El sobrepeso se debe precisamente al hecho de ser eléctrico, al peso del pack de baterías. Éste tiene 70 kWh de capacidad, suficientes para una autonomía de 400 km según las normas WLTP. Y además puede recargarse en 8 minutos con un hypercargador de 800 Kw o bien se puede obtener el 80% de energía en sólo 12 minutos con los supercargador públicos de 350 kW.
La marca ahora pertenece al grupo chino Geely. Éste sueña con expandirse en el mercado occidental, pero en lugar de hacerlo con marca propia quiere, al menos por el momento, a través de marcas que ya tienen prestigio. Es dueña de Volvo y a través de la firma sueca está en proceso de lanzar Polestar, dedicada básicamente a coches eléctricos.
Con el Lotus quiere mostrar que tiene, además tecnología avanzada. Puede que los productos Lotus estén acusando que tienen ya más de 10 años en el mercado, pero la rama de ingeniería de Lotus es avanzadísima en temas de tracción eléctrica, de estructuras y materiales ligeros, etc. La compra por parte de Geely no fue un capricho sino una adquisición de tecnología.
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Lo interesante está en su chasis. La célula central es en fibra de carbono. No sólo incorpora los anclajes de los subchasis delantero y trasero sino que está moldeada para que, además de asegurar protección a los ocupantes y tener función de chasis, tenga simismo función aerodinámica. El piso tiene la forma justa para crear el efecto Venturi, hacer que al aire que pasa entre él y el asfalto cree ‘efecto suelo’.
Grandes aberturas delante y atrás canalizan la circulación del aire. Las traseras no sólo aseguran la refrigeración de baterías y motores sino que contribuyen a crear apoyo aerodinámico. Por supuesto, tiene un generoso alerón posterior móvil, que además tiene un sistema DRS como los F1.
El interior es minimalista, todo enfocado hacia el conductor y la conducción. No hay detalles de lujo o equipamientos que no sean indispensables. El coche está pensado para garantizar emociones. Es capaz de superar los 350 km/h y acelerar de 0 a ¡300! en apenas 9”; 3” bastarían para superar los 100 km/h y 6” para llegar a los 200.
Este es un primer paso antes de lanzar la verdera gama Lotus, sedans y SUV, aunque también se espera algún deportivo más asequible. Por cierto, deben ser eléctricos.
No me convence absolutamente nada por ese precio tan desorbitado. ¿Cuál es la fiabilidad a largo plazo de este vehículo? Se supone que un es un coche para todos los días o casi todos, si es así ¿Cuál es la durabilidad de su capacidad de recarga si no se utiliza? En lo demás vehículos cambias la batería y poco más si no los utilizas y listo. Pero supongo que quien disponga de ese dinero para un coche así le importa poco su durabilidad.
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