Estas son las marcas que retrasan sus planes de electrificación

La dinámica de la industria está experimentando otro giro inesperado. Si bien en 2022-2023 vimos el auge de las nuevas hojas de ruta hacia el coche eléctrico y la ambiciosa agenda de electrificación, ahora nos encontramos con una realidad totalmente diferente marcada por una demanda inferior a la esperada. Alguna que otra marca que había apostado todo al verde se enfrentan a una "repensada" de sus planes para prolongar la vida útil de los motores de combustión.

Por este motivo, varios fabricantes están revaluando sus cronogramas de transición hacia vehículos eléctricos. Esta revisión ahora tendrá consecuencias para implantación del coche eléctrico y nos plantea, a los usuarios, preguntas sobre el futuro de los motores de combustión interna. Con la Unión Europea presionando hacia una prohibición total de los motores de combustión interna para 2035, el panorama actual nos presenta una nueva resistencia o una nueva esperanza, según como se mire, en la industria. En este artículo y con carácter informativo, os hacemos un resumen de la normativa y os contamos la situación de varios fabricantes.

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Antes de explorar las estrategias de las marcas, es fundamental contextualizar el debate en el marco regulatorio impuesto por la Unión Europea con el paquete “Fit for 55”. Este conjunto de propuestas legislativas, presentado por la Comisión Europea en julio de 2021 (aprobado entre febrero y abril de 2023), tiene como objetivo principal reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, comparado con los niveles de 1990.

Esta meta es un pilar central del Pacto Verde Europeo, que busca posicionar a la UE como líder global en la lucha contra el cambio climático. El paquete “Fit for 55” se distingue por su enfoque integral y riguroso, abarcando varios sectores clave y estableciendo una serie de medidas que impactan directamente a la industria automotriz:

1. Reforma del sistema de comercio de emisiones (EU ETS): el paquete propone una reforma significativa del sistema EU ETS, que regula las emisiones de gases de efecto invernadero mediante un esquema de cap-and-trade. Entre las principales reformas se incluyen la extensión del sistema para abarcar el transporte marítimo y la reducción más rápida de las asignaciones de emisiones, así como la eliminación gradual de las asignaciones gratuitas en ciertos sectores. Además, se introduce un nuevo sistema de comercio de emisiones para edificios y transporte por carretera, ampliando el alcance del EU ETS y aumentando la presión sobre los sectores emisores.

2. Aumento de la ambición climática: la propuesta incluye un incremento en el objetivo de reducción de emisiones en los sectores cubiertos por el EU ETS, elevando la meta del 61% al 62% para 2030. Esta mayor ambición refuerza la necesidad de que las empresas, incluidas las automotrices, adapten rápidamente sus estrategias para cumplir con los requisitos de emisiones más estrictos.

3. Fondo de Modernización y Fondo de Innovación: el paquete también prevé un aumento en el financiamiento para el Fondo de Modernización y el Fondo de Innovación, destinados a apoyar a los sectores y regiones en transición hacia una economía baja en carbono. Estos fondos están diseñados para facilitar la inversión en tecnologías limpias y la modernización de infraestructuras, proporcionando un incentivo adicional para la adopción de vehículos eléctricos y otras soluciones sostenibles.

4. Implementación del CORSIA: el paquete establece la integración del esquema global de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA) dentro del sistema EU ETS, buscando así alinear el sector de la aviación con los objetivos climáticos de la UE.

5. Objetivos de reducción sectoriales: además del transporte y la energía, el paquete aborda las emisiones en otros sectores clave, incluyendo la agricultura y la gestión de residuos, con el fin de garantizar una reducción de emisiones holística y coherente a lo largo de toda la economía.

Después de este resumen en cinco puntos os detallamos estas marcas que están retrasando sus planes de electrificación:

Audi ha revelado que podría retrasar su objetivo de convertirse en una marca 100% eléctrica para 2033. Gernot Döllner, CEO de Audi, ha señalado que la empresa ajustará su estrategia si se retrasa la prohibición de motores de combustión interna. Aunque Audi planea lanzar 10 nuevos modelos eléctricos para 2026, la demanda actual de estos vehículos ha llevado a la marca a continuar desarrollando motores de combustión y sistemas híbridos.

Bentley ha pospuesto su transición a la electrificación total, extendiendo su objetivo de 2030 a 2033. Además, el lanzamiento de su primer modelo eléctrico, inicialmente previsto para 2025, se ha retrasado hasta 2026. Esta modificación refleja una respuesta a los desafíos actuales en el mercado de vehículos eléctricos.

Cadillac había prometido convertirse en una marca totalmente eléctrica para 2030, pero esa decisión está siendo reconsiderada. John Roth, vicepresidente de la compañía, ha indicado que la venta continua de coches de combustión podría mantenerse más allá de 2030 si la demanda de vehículos eléctricos no cumple las expectativas.

Ford ha revisado su enfoque hacia la electrificación debido a una demanda decepcionante. La compañía ha cancelado el lanzamiento de un SUV eléctrico de tres filas y ha pospuesto la producción de un pickup eléctrico. La inversión en electrificación ha sido reducida del 40% al 30%. Ford está ajustando su estrategia para enfrentar la baja demanda y asegurar una transición efectiva hacia los vehículos eléctricos.

Mercedes-Benz ha reorientado su estrategia tras un primer trimestre de 2024 con una caída del 9% en el margen de beneficio. Ola Källenius, CEO de la compañía, ha anunciado que continuará produciendo coches híbridos y de combustión si existe demanda. Esta decisión es una respuesta a la baja en ventas de modelos eléctricos como el EQE y el EQS. La nueva estrategia de Mercedes-Benz se enfoca en aumentar las ventas de modelos de gama alta y diversificar su oferta para no depender únicamente de los vehículos eléctricos.

El gigante japonés ha reducido significativamente sus planes de producción de coches eléctricos, disminuyendo el objetivo a fabricar un millón de vehículos eléctricos para los próximos dos años, en lugar de los 1.5 millones previamente proyectados. Este ajuste refleja una adaptación a la realidad del mercado y una reevaluación de las expectativas de demanda.

La marca sueca, recientemente adquirida por Geely, ha decidido posponer su transición total hacia la electrificación. Originalmente, Volvo había prometido un futuro 100% eléctrico para 2030. Sin embargo, la empresa ahora planea mantener un 10% de sus ventas con motores híbridos ligeros, ajustando su meta de reducción de emisiones del 75% a un rango de entre el 65% y el 75% para 2030. A pesar de este ajuste, Volvo sigue comprometida con su futuro eléctrico, reconociendo que la transición no será uniforme y dependerá del ritmo de adopción del mercado.

La transformación hacia un futuro eléctrico está lejos de ser un proceso lineal. Las marcas líderes, que una vez se comprometieron con una rápida electrificación, ahora deben navegar en un entorno de demanda incierta y expectativas ajustadas. Mientras la Unión Europea impulsa una agenda climática ambiciosa, la industria automotriz enfrenta una encrucijada crítica: equilibrar la transición hacia la sostenibilidad con la necesidad de mantener una oferta diversificada que responda a las realidades del mercado.

La capacidad de estas marcas para adaptarse y gestionar este delicado equilibrio determinará el ritmo de su evolución hacia un futuro eléctrico. Más allá de estas reevaluaciones de las estrategias comerciales y de emisiones por parte de las marcas, tenemos que evaluar muchos otros factores que están afectando a la compra de un coche eléctrico que van más allá del precio. Aún nos falta infraestructura, conocimiento y cómo son los planes y previsiones sobre el sobre el futuro del coche eléctrico. Todo ello, sin contar con los procesos de desguace y reciclaje sostenibles de baterías y componentes de los vehículos del mañana.