El pasado 30 de enero Mercedes-Benz dio el pistoletazo de salida a tres Clase B F-Cell que darán la vuelta al mundo en 125 días. Es la denominada F-Cell World Drive, el primer viaje alrededor del mundo con vehículos eléctricos propulsados por pila de combustible. El objetivo es demostrar que la tecnología de pila de combustible es idónea tanto para un uso diario como para largos viajes. Después de conducir brevemente una de estas unidades, no dudamos en absoluto que están preparadas para llevarnos allí donde nos propongamos. Ofrecen las ventajas de cualquier coche eléctrico en cuanto a suavidad de marcha, economía y respeto medioambiental, con el añadido de su superior autonomía: 400 kilómetros. El objetivo de la F-Cell World Drive también es promocionar el desarrollo de una red mundial de gasolineras con surtidores de hidrógeno. Y es que ésta es la verdadera incógnita que se cierne sobre esta tecnología de futuro. Porque aunque el coche vaya de maravilla, si no tenemos dónde repostar no podremos ir a ningún lado, y las infraestructuras hoy en día todavía están en pañales. A pesar de ello, la breve toma de contacto con un Clase B Fuel Cell nos ha demostrado una vez más que los vehículos con propulsión por pila de combustible pueden perfectamente tener su hueco en el mercado, como lo van a tener los híbridos, los eléctricos e incluso los que funcionan por GLP. Vamos, sin duda, a un futuro donde competirán varias tecnologías de propulsión por ganar el favor del gran público. La tecnología Fuel Cell está lista, como demuestran estos Clase B que durante unos días han rodado por carreteras españolas.
Diseño
Dejando de lado el estridente verde limón que Mercedes-Benz ha escogido para decorar las tres unidades del Clase B Fuel-Cell que van a dar la vuelta al mundo, pocas cosas más sorprenden del coche en su aspecto exterior. Se trata de un Clase B estándar, adaptado a la nueva tecnología de propulsión eléctrica con pila de combustible. Sólo si abrimos el capó (en el frontal se sitúa el motor eléctrico) o levantamos la tapa del depósito de combustible (la boca de de combustible adopta una extraña forma, la obligada para inyectar el hidrógeno a alta presión) veremos que no se trata de un coche convencional.
Habitabilidad
En el interior tampoco se observan cambios a simple vista. Hay espacio en todas las plazas e incluso el maletero, que suele ser un lugar muy sacrificado por norma general en este tipo de coches por la presencia de las baterías, tiene un buen tamaño. De hecho, todo el grupo de baterías y los depósitos de hidrógeno se sitúan en el piso. De esta manera, no se limita la capacidad del habitáculo y ayuda a mantener bajo el centro de gravedad, favoreciendo la estabilidad.
Y es que este Mercedes-Benz Clase B Fuel Cell no está en absoluto limitado para un uso cotidiano o en familia: cuatro plazas de asiento y una capacidad de 416 litros para equipaje. Los acabados interiores ofrecen la calidad y el confort habitual en un Mercedes: tapizados de cuero, asientos con calefacción, climatización automática o sistema COMAND con pantalla en el centro del salpicadero, entre otros.
Mecánica
El propulsor del Clase B Fuel Cell es un motor eléctrico de 100 KW/136 CV que ofrece un elevado par motor de 290 Nm. Mercedes afirma que con este motor el Clase B Fuel Cell ofrece el placer de conducción y el dinamismo de un motor de gasolina de 2 litros. Como en un coche eléctrico convencional, el motor recibe la energía de una potente batería de ion-litio . Pero esta batería no recoge la energía eléctrica de una fuente externa, sino de la propia pila de combustible, que es el corazón de la tecnología Fuel Cell. La pila de combustible se encarga de transformar el hidrógeno (que se almacena en varios depósitos en el piso del coche, en forma de gas y a una presión de 700 bares) en energía eléctrica mediante una compleja reacción química. Como consecuencia de esta reacción química se produce electricidad (que se almacena en la batería) y agua (que sale en forma de vapor por el escape). Por lo tanto, para que el coche funcione es necesario repostar sus depósitos de hidrógeno, una tarea que lleva tan sólo tres minutos, según la marca germana. El consumo medio de este combustible en este Clase B equivale a 3,3 litros/100 kilómetros de diesel.
Comportamiento
No es la primera vez que nos subimos a un coche eléctrico, y podemos afirmar que el Mercedes Clase B Fuel Cell goza de las mismas virtudes que cualquiera de sus competidores. Es decir, en marcha es extremadamente silencioso: sólo se oye el rodar de los neumáticos, el viento en el parabrisas y un pequeñísimo silbido del motor cuando damos gas a fondo. También es rápido en aceleración: los 290 Nm de par máximo aparecen desde el primer momento en el que presionamos el acelerador. Esto se traduce en una aceleración instantánea (la espalda y el culo se pegan al asiento) y absolutamente lineal. Ya lo hemos comentado en más de una ocasión: este tipo de coches modificarán nuestro estilo de conducción en ciudad. La aceleración es superior a la de un coche de combustión, sale de los semáforos como una moto, e inconscientemente adaptamos nuestra forma de conducir a este comportamiento característico. Nuestras habituales referencias (revoluciones del motor, sonoridad del mismo) no existen, y la percepción de velocidad es diferente. A la hora de frenar se manifiesta la típica falta de mordiente inicial de muchos eléctricos que confían en el sistema de recuperación de energía cinética en la fase de frenado. Cuando es necesario frenar con contundencia lo hace, pero el tacto es un poco brusco. Con los 136 CV disponibles bajo el acelerador de este Clase B, podríamos alcanzar los 170 km/h (en autopistas alemanas o en circuito) y hacer unos 385 kilómetros sin repostar.
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Seguridad
El Mercedes- Benz Clase B F-Cell adopta los mismos requerimientos de seguridad que la versión "de calle", que ha recibido 5 estrellas EuroNcap. Pero su condición de vehículo propulsado por pila de combustible nos hace plantear algunas dudas con respecto a su seguridad: ¿Los depósitos de hidrógeno son suficientemente estancos? ¿Serán suficientemente seguros en caso de accidente? ¿La batería está suficientemente aislada?. Para atajar cualquier objeción, Mercedes-Benz ha comprobado la seguridad de cada uno de los componentes específicos del sistema de propulsión del coche, incluyendo los depósitos de combustible. Según la firma germana, han realizado más de 30 ensayos de choque, comprobando, por ejemplo, que en caso de colisión las válvulas de seguridad de los depósitos cierran las conducciones de alimentación de hidrógeno para la pila de combustible y desacoplan los depósitos de los demás componentes del sistema. En caso de incendio, y si los depósitos se calientan por encima del máximo admitido, una válvula regulada por termostato vacía de forma controlada su contenido. Y por lo que respecta a la batería, ésta se monta en una carcasa de acero de alta resistencia. El sistema de alto voltaje del vehículo se desconecta automáticamente si se detecta una anomalía. Por supuesto, también en el caso de que el vehículo sufra un accidente.
Valoración final
Como ocurre cada vez que nos subimos a un coche que se mueve por electricidad, salimos totalmente satisfechos de su funcionamiento. Este Mercedes-Benz Clase B Fuel Cell no es una excepción. Su rodar, sus prestaciones, el confort de a bordo, la capacidad de su habitáculo y el saber que no contaminamos en absoluto el medio ambiente de forma directa (sí que cabe señalar que de forma indirecta en el proceso de producción del hidrógeno), nos convence totalmente. En el caso de este Mercedes, el hecho de incluir tecnología de pila de combustible es poco más que una anécdota. Una vez a sus mandos se conduce como cualquier otro eléctrico puro y duro. No se percibe demasiado pesado, y es potente y manejable. En su favor juega su mayor autonomía con respecto a la mayoría de eléctricos. En su contra existe la dificultad actual de respostar. En un eléctrico, si es plug-in, un enchufe trifásico o convencional conectado a la red eléctrica puede valer. En este Fuel Cell necesitamos estaciones de repostaje de hidrógeno, hoy en día prácticamente inexistentes. Será necesario desarrollar una infraestructura mínima para poder comercializar estos coches en España. Y si en el caso de los eléctricos la autonomía es el talón de Aquiles, en el Clase B Fuel Cell es la dificultad de repostaje con los medios actuales.
El número no ha sido escogido al azar. 125 son los años que lleva Mercedes-Benz construyendo automóviles, desde que Carl Benz decidió inventar el triciclo motorizado, considerado el primer automóvil de la historia. 125 días serán los que invertirán los tres Clase B F- Cell para dar la vuelta al mundo, atravesando cuatro continentes y 14 países. El pasado 30 de enero partieron desde el museo de Mercedes-Benz en Stuttgart (Alemania) y recorrerán el sur de Europa, cruzarán a América del Norte, seguirán por Australia y de allí pasarán al continente asiático, para dirigirse de nuevo al norte de Europa. Está previsto que a principios de junio los tres Clase B F-Cell lleguen de nuevo a Stuttgart. Se convertirán en los primeros vehículos eléctricos alimentados por pila de combustible en dar la vuelta al mundo. Para Thomas Weber, responsable de I+D en Mercedes-Benz, "con esta singular vuelta al mundo queremos destacar el grado de madurez técnica que han alcanzado nuestros vehículos eléctricos con pila de combustible. Una empresa de esta envergadura sería imposible de realizar con vehículos eléctricos provistos sólo de baterías. Al igual que hace 125 años, cuando se inventó el automóvil, esta evolución conlleva la necesidad de disponer de una infraestructura para el repostaje". Una Sprinter de apoyo
Precisamente el repostaje es la asignatura pendiente en los coches movidos por pila de combustible. La falta de infraestructuras para garantizar un uso masivo de estos vehículos es manifiesta. De cara a un viaje de este estilo, Mercedes-Benz lo ha solucionado teniendo como partner a Linde AG, uno de los mayores proveedores de soluciones de hidrógeno en todo el mundo. Según responsables de Linde AG, actualmente hay 70 estaciones de repostaje de hidrógeno repartidas en 15 países. No obstante, falta elaborar una red de suministro que aprovecha la actual red de gasolineras. Los responsables de la aventura calculan que cada uno de los Mercedes Clase B F-Cell realizará 130 repostajes (400 en total) para dar la vuelta al mundo. Los coches rellenarán los depósitos de hidrógeno en las distintas sedes de Linde AG repartidas por el planeta. Dispondrán de una unidad móvil Mercedes Sprinter equipada con un compresor que permitirá realizar el repostaje "in situ". En aquellos tramos en los que no sea posible acercarse a una base de suministro de hidrógeno, éste se hará de forma externa, mediante botellas. Los Mercedes-Benz Clase B F-Cell son los primeros que han sido fabricados bajo condiciones de producción en serie, aunque en unidades limitadas. Ante la pregunta sobre cuándo podremos ver coches eléctricos alimentados por pila de combustible por nuestras calles y carreteras, la respuesta fue: 2015.
sin duda alguna la mejor forma de usar el hidrógeno es con coches de ahora conservando los mismos motores de exploción y transformarlos para que puedan funcionar con hidrógeno, porque este mercedez y muchos que funcionan con pila de hidrógeno siguen siendo motores eléctricos lo que éstos son alimentados por una pila de hidrógeno que tiene la ventaja de recargarlas llenandolas de hidrógeno en vez de estar esperando (8 horas por ejemplo) recargando las baterías de ion litio de la actualidad.Pero miren todos lo que es un coche que funciona con hidrógeno usando motores combencionales creado por Dani Dingel .