En España ya ha empezado la desescalada del estado de alarma. Hasta ahora la movilidad estaba limitada a actividades esenciales como ir al supermercado, a la farmacia, al médico, al trabajo, a cuidar a personas necesitadas… Pero desde hoy lunes 11 de mayo, la mitad de los españoles podrán desplazarse con más libertad porque su provincia o región entran en la fase 1 de la desescalada. La vida empieza a normalizarse muy poco a poco y siempre con una norma clave: mantener el distanciamiento social para seguir luchando contra el coronavirus.
En este contexto, hay voces que se alzan a favor del coche como el medio de transporte más seguro, pero también empiezan a coger fuerza las motos, bicicletas e incluso los patinetes para distancias más cortas. Es un hecho que se va a producir un fuerte incremento de los desplazamientos, especialmente en las grandes ciudades. ¿Cómo será la movilidad tras el confinamiento?
El vehículo privado se impone al transporte público
Con las normas de distanciamiento social, el transporte público sólo va a poder absorber una parte de la demanda en las primeras fases, por lo que un elevado número de usuarios que solían utilizar este medio de transporte ahora tendrán que buscar medios alternativos. El miedo al contagio hace que el coche se imponga como el medio de transporte preferido. Según una encuesta del RACE, el 20% de personas que utilizaba el transporte público van a pasar al vehículo privado y uno de cada cuatro que solían ir al trabajo andando también va a utilizar el coche.
María Lidón, secretaria general de la Dirección General de Tráfico (DGT) lo dice claro, “el transporte privado no puede sustituir a todo el transporte público porque es el medio más accesible, aunque ahora mismo su uso es contraproducente para la expansión del virus”, explicaba en un encuentro digital organizado por Pons Seguridad Vial. Igualmente, la crisis sanitaria está afectando negativamente al uso de los servicios de vehículo compartido como el carsharing o motosharing por el miedo al contagio.
La realidad es que no se pueden llenar las ciudades de coches porque se van a colapsar con atascos y porque supone un perjuicio a la calidad del aire, y es en este punto donde los vehículos de dos ruedas tienen una buena oportunidad para aumentar seguidores. No sólo se va a producir un aumento de coches, también de motos, patinetes, pero sobre todo de bicicletas.
El Gobierno anima a usar la bicicleta
El Gobierno, a través de Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ya ha enviado una carta a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para que desde los ayuntamientos se potencie el empleo de la bicicleta como alternativa de transporte limpio y sostenible. Propone más servicios de bicisharing, ampliación de zonas peatones y ciclistas, corredores en zonas periurbanas, reforzar la intermodalidad con más facilidades para subir la bicicleta en el metro o tren, promover aparcamientos seguros en centros de trabajo y estaciones… Pero, ¿puede todo el mundo moverse en bici?
El 72% de los hogares españoles disponen de por lo menos una bicicleta, según datos del Barómetro de la Bicicleta 2019. Además, el 51% de las personas de entre 12 y 79 años utilizan la bicicleta con alguna frecuencia. “La mayor parte de los desplazamientos cotidianos son de menos de 10 kilómetros, por lo que son potencialmente ciclables, si bien en muchas ocasiones la falta de una infraestructura segura condiciona la posibilidad de realizar el viaje en bicicleta. Por otro lado, desde que la bicicleta eléctrica irrumpió en el mercado se han eliminado las principales barreras que pueden condicionar el uso de la bicicleta: distancias, pendientes, estado físico, sudoración...”, explica Antoni Poveda Zapata, presidente de la Red de Ciudades por la Bicicleta, vicepresidente de Movilidad, Transporte y Sostenibilidad del Área Metropolitana de Barcelona y alcalde de Sant Joan Despí. Pero claro, por lo que cuesta comprar una bicicleta eléctrica, hay quien prefiere invertir en una moto. Incluso, hay que sumar que no todas las ciudades tienen una orografía amigable para moverse en bici.
Las ciudades no están preparadas para motos y bicis
Para la Red de Ciudades por la Bicicleta, aumentarán las personas que se pasen a la bicicleta siempre que las administraciones generen espacio seguros, directos y conectados, mientras que las personas menos activas o en peor condición física optarán por el patinete u otro vehículo de movilidad personal (VMP). “En caso de distancias superiores a los 10 kilómetros, la combinación bicicleta y tren es muy conveniente, pero para eso es necesario ofrecer espacios seguros de aparcamiento en las estaciones”, comenta su presidente Antoni Poveda.
Y aquí encontramos uno de los hándicaps para el auge de la bicicleta, la gran falta de aparcamiento para vehículos de dos ruedas. “Si van a aumentar los desplazamientos de bicicletas, ciclomotores y scooters, un punto clave son los aparcamientos y las ciudades hoy por hoy no están preparadas. Está prohibido anclar las bicis con candados y también aparcar las motos en las aceras por lo que hay que darles una alternativa”, se lamenta José María Riaño, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (Anesdor).
Las necesidades de movilidad son muy variadas y la distancia a recorrer es un factor clave. “Nuestro concepto es usar el vehículo lo más ajustado a tus necesidades y en este sentido la moto abarca un rango de distancia más amplio para áreas metropolitanas de la periferia que no se pueden resolver a pie o a bici”, explica Riaño.
Cómo garantizar la seguridad de todos los usuarios
“Desde luego que los vehículos de dos ruedas son una solución muy interesante para desplazamientos medianos en el centro de las grandes ciudades, pero ahora sería necesario también garantizar la seguridad de los usuarios de estos vehículos con espacios reservados, sobre todo en las arterias más importantes de las grandes ciudades”, nos dice Francisco Valencia, director general de la Fundación Línea Directa.
“Es el momento de seguir avanzando hacia una movilidad más segura, sana y sostenible y, al mismo tiempo, de reconocer, en un momento tan excepcional, el papel de todos los modos de transporte, incluido del vehículo particular, una de las alternativas con menor riesgo de contagio del virus”, señala Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre. Desde esta Fundación, y ante un posible incremento del uso de la bicicleta, el patinete eléctrico y los desplazamientos a pie, piden reforzar las medidas de seguridad.
Muchos peatones invaden las calzadas aumentando el riesgo de atropello
Estos días estamos siendo testigos como la falsa sensación de seguridad que dan las calles vacías también puede ser el origen de muchos incidentes para los peatones, que muchas veces no caminan por el lugar adecuado o, simplemente cruzan en rojo porque no hay vehículos. “El hecho de que en la acera haya muchas personas tampoco es excusa para invadir la calzada sin más. Del mismo modo, los conductores deben evitar caer en la tentación de superar los límites de velocidad o no respetar los semáforos por el hecho de haber menos tráfico”, explica Monclús.
El teletrabajo y la flexibilidad horaria, claves
La previsión es que con la entrada en la fase 1 de la desescalada se produzca un incremento de los desplazamientos a pie, en coche, en motocicleta, en ciclomotor, en patinete… Aun así, desde el RACC no tienen tan claro que vayamos hacia un colapso circulatorio. “Hay otras fuerzas que empujan hacia una menor movilidad general, como son la prolongación del teletrabajo en aquellos empleos que lo permitan, o los mismos ERTE que han dejado a cientos de miles de trabajadores con jornadas mucho más reducidas o directamente en el paro”, señala Lluis Puerto, director de la Fundación RACC.
Tanto el teletrabajo, como la flexibilidad horaria van a ser fundamentales en lo que estamos llamando la nueva movilidad porque va a permitir evitar aglomeraciones en las ciudades en horas punta. En este sentido, las empresas tienen mucho que decir para facilitárselo a sus trabajadores. Para Concepción Martín de Bustamante presidenta de la Asociación Española de Servicios de Prevención Laboral (AESPLA) “el teletrabajo ha llegado para quedarse. Si se potencia el uso de la bici se facilita el acceso laboral a jóvenes o personas con menos recursos que no se pueden permitir un coche o una moto, aunque es cierto que tenemos un grave problema de aparcamiento a pesar de que algunas empresas permiten aparcar vehículos de dos ruedas en sus garajes”, comenta.
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Nos hemos dado cuenta de que podemos hacer muchas más cosas sin necesidad de desplazarnos
“Ciudades y empresas deben incorporar en sus planes de movilidad un nuevo factor, el de la seguridad sanitaria. Nos hemos dado cuenta en esta situación que podemos hacer muchas más cosas sin que sea necesario desplazarnos, por ejemplo, con las reuniones por videoconferencias, y esto es un factor muy a tener en cuenta para responder al ‘cómo nos movemos’ o “’por qué nos movemos’”, analiza Agustín Galdón, experto en movilidad y seguridad vial y director de la empresa Tráfico y Tránsito.
“Estamos ante una oportunidad histórica para reforzar tanto la movilidad de barrio, y disfrutar más de nuestro entorno, como la movilidad de la España vaciada, ya que gracias al teletrabajo se puede fomentar la estancia en zonas rurales”, explica Ramón Ledesma, asesor en la consultora Pons Seguridad Vial.
Es momento de reestructurar la movilidad
Los expertos consultados coinciden en que la reordenación de los desplazamientos va a ser imprescindible para gestionar con seguridad y eficacia la movilidad durante la fase de desescalada. “El nuevo urbanismo del desconfinamiento conlleva redibujar calles y planes urbanísticos en los que será obligatorio la ampliación de las aceras. Ahora mismo los frentes abiertos en movilidad son muchos y hay que trabajar a contra reloj para poder ir solventando este nuevo panorama al que nos enfrentamos en el que la movilidad dibuja un escenario completamente distinto al que conocíamos”, afirma Francisco Valencia desde la Fundación Línea Directa.
Desde Pons Seguridad Vial proponen como medidas limitar a 50 km/h la velocidad de circulación de las rondas urbanas y de los trayectos de accesos entre rondas interurbanas y urbanas para garantizar la protección de los vehículos de dos ruedas; habilitar los arcenes de dichas vías para que circulen bicicletas y ciclomotores a una velocidad limitada a 30 km/h o habilitar carriles 30 km/h en grandes ejes interiores de las ciudades para estos vehículos de dos ruedas, entre otras medidas. De momento estamos siendo testigos de la ampliación de espacios para peatones y creación de más carriles para usuarios de dos ruedas en muchas de las ciudades españolas.
El calmado del tráfico destaca como una de las medidas más solicitada para garantizar la convivencia de los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas, motoristas y usuarios de patinetes) con el resto de vehículos. “El riesgo de morir en moto es 17 veces mayor que con un coche. Una velocidad baja es el airbag del vulnerable y ahorraremos accidentes sobre todo en el transporte laboral”, explica Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial. De hecho, la DGT ya tiene preparada la norma que reducirá la velocidad de 50 a 30 km/h en todas las calles con un único carril por sentido. España se convertirá así en el primer país con velocidad 30 en toda España.
¿Están en peligro los logros conseguidos en seguridad?
Si algo está claro es que, con un aumento del tráfico, aumentará la siniestralidad. Con una caída del tráfico entre el 65-70% de media desde que entró el estado de alarma –con picos por encima del 90% algunos días-, los accidentes en abril se redujeron un 62,32% y los fallecidos un 59,46%, comparando los datos con el mismo período de 2019. Concretamente durante el estado de alarma el porcentaje de conductores que circulaban con exceso de velocidad ha aumentado un 39%, según datos de la DGT.
El miedo al contagio y las preocupaciones provocan una pérdida de atención en la conducción y si a esto le unimos una velocidad de circulación inadecuada o el uso del teléfono móvil, el riesgo de siniestralidad está garantizado. En este reportaje sobre cómo afecta el coronavirus a la conducción te doy más detalles.
“Tenemos que recuperar el hábito de conducir. Muchos conductores llevan tiempo confinados y se van a encontrar atascos y reacciones agresivas fruto del estrés y del miedo al contagio. Es recomendable planificar con más tiempo los trayectos al trabajo para hacerlo sin estrés y sin asumir riesgos”, explica Antonio Lucas, director de Seguridad Vial del RACE. Y cuidado con los principiantes que elijan un vehículo de dos ruedas para desplazarse, bicicleta o moto. “Hay que fomentar el uso de equipamiento de protección y facilitarles acceso a una sencilla formación”, advierte José María Riaño desde Anesdor.
También es momento de poner a punto un vehículo que ha estado muchos días parado, neumáticos, niveles de líquidos, batería… El mantenimiento de los vehículos es importante, pero sobre todo lo preocupantes es que más del 60% de los vehículos que circulan en nuestro país tienen más de 10 años, según datos de la DGT. “Es cierto que si la crisis es profunda y duradera, se venderán menos coches y los que haya estarán peor mantenidos”, matiza Lluis Puerto desde el RACC.
Hacia una movilidad sostenible
La reducción del tráfico ha supuesto una mejora de la calidad del aire sin precedentes. Está claro que no podemos dar un paso atrás y hay que aprovechar este momento para seguir apostando por la movilidad sostenible. En este sentido trabaja la administración dando más espacio a las bicicletas, patinetes, motos y peatones. Pero el coche también es necesario para una parte de la población y para ciertos desplazamientos, más ahora que es el medio de transporte más seguro ante el contagio. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, los vehículos electrificados jugarán un papel importante cuando la población tenga acceso a ellos con más ayudas a la compra o bajadas de precio.
A la ya de por sí difícil ecuación de la sostenibilidad hay que añadir el parámetro del distanciamiento social. “Si alguna persona deja de usar el transporte público, que lo sustituya por medios sostenibles, como andar, usar la bicicleta, subirse a un automóvil, a ser posible con etiqueta cero, o compartir coche de algún compañero de trabajo usando mascarilla y respetando las normas de higiene”, explica Jesús Monclús, desde la Fundación Mapfre. “También es justo admitir que, en esta situación transitoria, casi de guerra, el uso del vehículo particular tiene más sentido en algunas ocasiones que antes de la crisis, aunque no toda la población tiene vehículo particular ni todos los coches disponen del espacio suficiente para circular al mismo tiempo, por no hablar del aumento general de la contaminación”, añade.
Tenemos una oportunidad para decidir cómo queremos que sea la movilidad en las ciudades
Estamos ante una oportunidad para decidir cómo queremos que sea la movilidad en nuestras ciudades. Ayuntamientos, peatones, conductores, ciclistas, empresas… todos nos enfrentamos al reto de la nueva movilidad. “Es el momento de la movilidad responsable, de poner más cuidado todavía en cómo nos desplazamos”, opina Ramón Ledesma desde Pons Seguridad Vial.
Para concluir me quedo con esta reflexión del experto en movilidad Agustín Galdón, “está claro que el espacio de las ciudades es limitado y en muchos casos además hay que gestionar no solo la forma en que se utiliza sino además el número de personas que lo pueden utilizar. Creo que en este tiempo hemos aprendido a optimizar nuestros desplazamientos y esto sin duda es un aprendizaje muy valioso que merece la pena no olvidar porque lo tendremos que poner en práctica a partir de ahora”.