Hace tiempo que el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio llegó al mercado para cumplir los sueños de aquellos que aún esperaban que Alfa Romeo mantuviese vivo el espíritu más genuino de la marca, en un sector cada vez más agitado por la necesidad de una movilidad más sostenible y responsable.
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Pero cuando se habla de pasión, la razón no entiende y así es como nació esta berlina deportiva que pronto se ganó el respeto de los más puristas. Eso fue en 2015 y aunque han pasado ya 7 años, ‘restyling mediante’, la leyenda del Giulia QV sigue más viva que nunca, especialmente la del emblema que le convierte en la versión más deseada, el Quadrifoglio Verde.
Han pasado 100 años desde que el piloto Ugo Sivocci decidiera añadir a su Alfa Romeo Targa Florio, en la prueba que daba nombre al coche, un trébol verde en busca de suerte para remontar en la clasificación. Y lo consiguió, alcanzando la victoria en la edición de la Targa Florio de aquel año y ganándose el respeto del mismísimo Enzo Ferrari. Era 1923.
A partir de entonces, Sivocci decidió que dicho trébol le acompañaría en sus coches; pero el fin de semana del 9 de septiembre, cuando se dispuso a participar en el Gran Premio de Monza con el Alfa Romeo P1, lo hizo sin su Quadrifoglio Verde. El coche no estuvo a la altura, la meteorología no acompañó y en una de las salidas a pista del piloto, perdió el control del monoplaza, sufriendo un fatídico accidente que acabó con su vida.
La superstición inundó entonces los cuarteles de Alfa Romeo, que pronto se dio cuenta de la ausencia del trébol, y fue así como decidieron que todos los coches de carreras de la marca lo llevarían a partir de entonces. También eliminaron de él el cuadrado que lo enmarcaba, sustituyéndolo por un triángulo que dejaba claro que Ascari, Ferrari y Masetti habían perdido a su cuarto pilar.
Fue un bonito homenaje, sin duda, y también lo es que hoy en día tanto el Giulia QV como el Stelvio lleguen con una edición especial para conmemorarlo. Volamos hasta París con el objetivo de ponerlos a prueba en un circuito tan relevante para la marca como desolador: el Circuito de Montlhéry.
Alfa Romeo Giulia QV Centenario: a prueba en Montlhery
Cuando llegas a un circuito suelen agolparse en tu cabeza momentos emblemáticos que han marcado su historia y el de Montlhery, como todo en este viaje, está cargado de simbolismo. En él falleció uno de los pilotos de Alfa Romeo en 1925, Antonio Ascari, dejando de nuevo el pasado de Alfa Romeo marcado por la tragedia, hasta tal punto de que decidieron no volver a competir en él.
Por eso, estar acompañando a la marca en ese lugar, para poner a prueba un modelo emblemático, te hace sentir privilegiada. Estamos bendecidos por el trébol y hay que honrar a los ancestros.
El Alfa Romeo Giulia QV en su versión 100 aniversario se distingue por algunos rasgos estéticos, pero también los hay mecánicos; visualmente, lo reconocerás por las pinzas de freno doradas con llantas de 19 pulgadas, un enorme difusor, el emblema del Quadrifoglio con un marco dorado con las fechas 1923-2023 inscritas, retrovisores laterales en fibra de carbono, costuras doradas en el interior y un bordado especial por los 100 años en el salpicadero y colores específicos para la carrocería, como el verde Montreal, y faros Full-LED Adaptative Matrix 3+3.
Como comentaba, también hay cambios mecánicos, pues a las versiones Quadrifoglio 100 Aniversario Special Series les han añadido 10 CV, por lo que de su motor V6 de 2,9 litros, asociado a un cambio automático de 8 velocidades, ofrece ahora 520 CV de potencia.
¿Lo necesitaba? Puede que no. ¿Es innecesario? Tampoco. Salimos a pista con el Giulia Quadrifoglio Verde en primer lugar. Montlhery es un circuito muy técnico: cambios de nivel, curvas ciegas, un asfalto deteriorado y sobre todo, el peso de un pasado que se cobró la vida de Ascari. Con todo esto, sabes que van a ser unas vueltas exigentes.
Tras una primera vuelta de reconocimiento a la pista, nos dan vía libre para exprimir a fondo lo que ofrece esta berlina. Y sorprende la respuesta inmediata que te da… Cuando uno no conoce una pista siempre intenta tomárselo con cierto respeto, pero es tan afinado el comportamiento del Giulia que te anima a ir rápido incluso cuando aún te estás familiarizando con el trazado.
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Tiene un nervio extraordinario, que te invita a avanzar rápido para llegar a la siguiente curva y devorarla con una sorprendente agilidad. Su reparto de pesos 50/50 y el torque vectoring, junto a toda la aerodinámica activa, contribuyen a que el comportamiento del chasis sea tan dinámico en todas las condiciones.
El bramido del V6 te incita también, con la melancolía de estar escuchando una melodía en peligro de extinción, y acabas mimetizándote con el coche y con la pista en apenas unos minutos. Y miras por el retrovisor para ver a otro compañero siguiendo tu trazada y ves entonces a tus espaldas el legado de una de las marcas de coches deportivos con más pedigrí de la historia italiana. Veinte minutos rodando con él saben a poco; es uno de esos momentos que enganchan…
Tras cuatro vueltas al circuito francés bajo un bochorno infernal, llegamos de nuevo al pitlane para cambiar al otro protagonista, el Alfa Romeo Stelvio QV Centenario, que llega con los mismos retoques que el Giulia.
Dinámicamente también sorprende y lo hace además con argumentos de peso; en 2017 se convirtió en el SUV más rápido en Nürburgring y a pesar de ser un SUV, consigue mantener las inercias bajo control para que puedas sacar el máximo provecho a su deportividad sin que su constitución le penalice. Aun así, y bajo criterio personal, el Giulia me sigue pareciendo mucho más especial en la pista, llegándote a plantear si tú le llevas a él o él te lleva a ti. Mágico.
‘Road to Le Mans’ a bordo del Giulia QV 100 Aniversario
Aprovechando nuestra visita a Francia y la celebración de Le Mans Classic, tras nuestra jornada de pruebas en el Circuito de Montlhery emprendimos camino hacia Le Mans; la edición Classic, que se celebra cada dos años, es especial por sí misma, pero cuando tiene lugar en el año del 100 aniversario, todavía más.
De buena mañana llegamos a la pista, donde nos esperaba un desfile espectacular a bordo del Alfa Romeo Giulia QV de los 100 años… Dos vueltas al trazado donde se celebra la carrera de resistencia más dura del mundo son insuficientes para satisfacer el ansia de velocidad, pero más que suficientes para descubrir que esta berlina está hecha para competir.
Se siente libre y salvaje en una pista tan rápida, donde casi todo el tiempo puedes ir con el pedal a fondo… Aunque hay que ser valiente para hacerlo cuando estás rodando al mismo tiempo entre algunos de los clásicos más especiales de la marca italiana, como pueden ser el Giulia Sprint GT o el impresionante one-off Alfa Romeo SWB Zagato, pilotado por el mismísimo Andrea Zagato, creado sobre la base del Alfa Romeo Giulia GTAm y diseñado con la ayuda del diseñador jefe de la compañía, el español Alejandro Mesonero-Romanos.
Quizá Le Mans no ha sido el lugar donde más ha brillado la marca italiana, pero con el espíritu de superación que esconde Alfa Romeo, reflejado en su logo, sí que ha conseguido hacer brillar en numerosas ocasiones sus creaciones, tales como el Alfa Romeo 8C o el Alfa Romeo Tipo 33, entre otras criaturas que se dieron cita en el Circuito de La Sarthe, para someternos a una especie de Síndrome de Stendhal al observar tanta belleza junta.
De camino al aeropuerto después de dos días de circuito se me dibuja una sonrisa al recordar todo lo vivido. Alfa Romeo, como tantos otros fabricantes, tendrá que adaptarse a las exigencias de sostenibilidad y eficiencia que se demandan, pero habiendo sido capaces de crear algo como el Alfa Romeo Giulia y el Stelvio, estoy convencida de que sabrán mantener viva la ilusión de los alfistas y apasionados del motor.
Despegamos, miro al frente y veo el horizonte; empiezo a imaginar un futuro que nos permita volar hacia nuevos circuitos en los que soñar a bordo de coches que, dentro de otros 100 años, sigan recordando este presente como algo memorable. Cuando ponemos los pies en la tierra, sigo en las nubes por todo lo vivido. Supongo que es así como descubres el alma de los coches. Su espíritu te ha invadido para siempre.
El coche es increíble. La cantidad de gentuza que ha comentado nada del coche también
Si tu ves normal y profesional lo del casco..... no sé que entiendes por gentuza
Gentuza es quien es capaz de llamar así al resto de foreros sin conocerlos de nada.