El amigo del viento
La firma británica sorprendió a propios y extraños con la presentación en el pasado Salón del Automóvil de Ginebra de la versión descapotable del DBS, denominada Volante. Por fin se acerca el tercer trimestre del año -fecha anunciada para su comercialización- y es el momento de poder admirar en la calle (con un poco de suerte, puesto se estima que ronde los 300.000 euros) alguna de estas auténticas obras de arte de la seducción automovilística. No hay duda que su espectacular estampa conjuga toda la deportividad y las prestaciones de su "hermano", el Coupé, con la carga emocional y la sofisticación de un descapotable. El resultado es una hermosa y exclusiva joya para la que se ha elegido acertadamente un techo de lona de accionamiento eléctrico. El mecanismo de la capota tarda 14 segundos en completar la operación de apertura o cierre y puede realizarse en movimiento siempre que sea a velocidades inferiores a 48 km/h.
Bajo el capó del DBS Volante se esconde un poderoso motor V12 atmosférico de 6 litros de cilindrada que desarrolla nada menos que 517 CV a 6.500 rpm con una cifra de par máximo que se eleva a 570 Nm a 5.750 rpm, aunque el 85% de su fuerza máxima se alcanza ya a partir de las 1.500 rpm. Este bloque de doce cilindros puede estar asociado a una caja manual de seis velocidades o también a la flamante caja automática ZF "Touchtronic 2", también de seis velocidades. Este último cambio se ha estrenado en el DBS Coupé, y cuenta con un modo de funcionamiento deportivo que se encarga de acortar al máximo los cambios de marchas, minimizando también la retención del motor al bajar marchas. Como la versión de "techo cerrado" equipa de serie un diferencial autoblocante mecánico (LSD) y aunque su orientación no es tan prestacional como el DBS Coupé por motivos obvios, (a nivel estructural un descapotable nunca es tan eficaz por la ausencia del techo aunque se trata de uno de los cabrios con mayor rigidez torsional del mercado) el Volante firma unos registros de vértigo: de 0 a 100 en 4,3 segundos con punta de 307 km/h. No está nada mal para un vehículo de 4,72 metros y 1.810 kg (por sólo 1.695 del Coupé) que además es descapotable y cuenta con dos pequeñas plazas traseras en caso de una emergencia.
Entre otros elementos específicamente afinados para esta sugerente versión convertible figura el Adaptive Damping System (ADS), un sistema de suspensión activa combinado con el control de estabilidad (completamente desconectable para los más valientes) que posee dos modos de funcionamiento (Normal y Track) y que adapta la dureza de los amortiguadores al tipo de conducción que se practique y también a las condiciones de la carretera.
La verdad es que la sonoridad de este propulsor a máximo régimen y con el techo abierto debe de ser a buen seguro una experiencia inolvidable para el conductor y sus acompañantes, pero también para cualquier transeúnte que aprecie la esencia de un automóvil de tan aristocrático pedigrí como el que posee Aston Martin. Y es que este modelo, el descapotable número 16 en los 95 años de historia de la firma británica, atesora la última tecnología que aporta la marca junto con el sabor y la tradición de un producto que se fabrica aún de forma casi artesanal en la planta de inglesa de Gaydon.
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Destacamos: Equipamiento exclusivo y sofisticado propio de James Bond
Marca asociada indefectiblemente con el famoso agente secreto, de un Aston Martin se espera quizás un toque de exclusividad incluso mayor que en sus rivales naturales, precisamente porque es la firma elegida por 007; adalid de la sofisticación. El DBS Volante cuenta con llantas de 20 pulgadas y un conjunto de frenos carbono-cerámicos con un diámetro de 398 mm delante y pinzas de seis pistones y 360 mm detrás y pinzas de cuatro pistones. Lógicamente su habitáculo no escatima lujos y en él se han desplegado con profusión los mejores y más nobles materiales empleados en un habitáculo: cuero de alta calidad, fibra de carbono y cómo no un impresionante sistema de sonido Bang&Olufsen BeoSound DBS con 13 altavoces por si la música celestial que emanan sus dos tubos de escape no es suficientemente placentera para nuestros sentidos.
