Tras un lustro desde la presentación de su prototipo, el AM-RB 003, Aston Martin ha desvelado, por fin, los detalles de la versión definitiva de su nuevo superdeportivo, el Valhalla, marcando un hito en la historia de la marca británica. Según su fabricante, este vehículo híbrido enchufable con motor central combina tecnología de Fórmula 1 y un diseño muy innovador para ofrecer "una experiencia de conducción excepcional".
Con especificaciones que rozan las de un "hypercar", el recién presentado Valhalla redefine los límites del lujo y la ingeniería automotriz, en palabras de la compañía que lo ha desarrollado. Todavía se desconoce su precio, aunque una producción que estará limitada por debajo del millar de ejemplares invita a pensar que será muy alto. Eso sí, en España recibirá la etiqueta Eco de la DGT y no la Cero, ya que su autonomía en modo eléctrico se queda en 14 kilómetros.
Diseño revolucionario y tecnología de la F1
El Valhalla es el primer Aston Martin de fabricación en serie con motor central y modo de conducción 100% eléctrico. Su corazón, un motor de gasolina V8 biturbo con 4 litros y origen AMG, genera 828 CV y queda complementado por tres motores eléctricos que aportan 251 CV adicionales hasta sumar un total de 1.079 CV y conceden tracción integral. Este sistema permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y una velocidad máxima de 350 km/h.
La aerodinámica activa, desarrollada en colaboración con Aston Martin Performance Technologies, permite generar más de 600 kg de carga aerodinámica a 240 km/h. Este sistema optimiza la estabilidad y el agarre, mientras que el de frenado regenerativo aumenta la eficiencia y prolonga la autonomía eléctrica. En total, el rango de alcance eléctrico llega a los 14 kilómetros. La transmisión es una DCT (doble embrague) de 8 relaciones diseñada para maximizar el rendimiento.
La arquitectura del chasis de fibra de carbono, inspirada en la F1, proporciona ligereza y rigidez estructural elevadas, aunque se declara un peso total de 1.655 kg. Combinada con suspensión avanzada y frenos carbocerámicos, se dice que ofrece grato equilibrio entre comodidad en carretera y precisión en pista. Para el segundo caso, incluye una función DRS como en los coches de carreras de la categoría reina del automovilismo.
Otro aspecto relevante del producto en cuestión es el sistema IVC (Integrated Vehicle Dynamics Control), que coordina todos los elementos anteriores (algunos "por cable") para que el manejo sea óptimo en cualquier situación. Finalmente, para dar marcha atrás, sólo se accionan los motores eléctricos delanteros y, para el acceso o salida de la cabina, se ha optado por instalar unas puertas "de tijera" que se abren verticalmente.
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Redefinición de la excelencia automovilística
Para la marca, el interior del Valhalla refleja un enfoque minimalista y centrado en el conductor. Unos asientos de fibra de carbono, un volante inspirado en la F1 y un sistema de visualización de última generación, aseguran "una experiencia inmersiva". Además, la personalización a través del programa "Q by Aston Martin" permite a los clientes más exigentes (usuales) adaptar cada detalle del vehículo a sus preferencias.
Con una producción cerrada a 999 unidades y las primeras entregas programadas para 2025, el Valhalla no solo será un escaparate de tecnología y aspecto, sino también un testimonio de la ambición de Aston Martin por liderar en innovación y exclusividad en el segmento de los "supercars", cada vez más potentes y electrificados. Al igual que hizo con el Valkyrie, ¿se hará Fernando Alonso con uno de esos pocos ejemplares?
En palabras de Adrian Hallmark, quien es el actual CEO de Aston Martin, este Valhalla representa una combinación única de prestaciones de "hypercar" con la manejabilidad de un deportivo cotidiano. Tan claro lo tiene que hace sospechar que tal modelo puede establecer un nuevo estándar en la evolución del automovilismo de lujo y altísimas prestaciones, pero de momento la casa de Gaydon tiene que demostrar todo ello.
Esta chulo.