Este año 2023 se celebra el 60 aniversario de uno de los automóviles más reconocibles de todos los tiempos, el coche más famoso conducido por James Bond, el icónico Aston Martin DB5. El DB5 llegó al mercado en 1963 como una evolución del DB4 y logró gran fama a nivel internacional tras aparecer en la película Goldfinger de 1964.
En base a la película Goldfinger se comercializaron numerosos productos bajo licencia, uno de los cuales fue el Aston Martin DB5 de juguete fabricado por la firma británica Corgi. Tal fue el impacto de la película que en 1964 este Aston Martin de Corgi se convirtió en el jugute más vendido del año.
Diseñado por Carrozzeria Touring, su fina carrocería de aluminio estaba montada sobre lo que el carrocero italiano bautizó como la estructura “Superleggera”, un conjunto multi-tubular que le daba sustento.
Al igual que el resto de modelos de la firma británica lanzados a partir de 1947 el DB5 contaba con las siglas “DB”. Unas siglas que hacían referencia al entonces propietario de la marca, Sir David Brown.
Al igual que el DB4, modelo al que tomaba el relevo, el DB5 estaba animado por un motor de 6 cilindros en línea. Esta vez la cilindrada crecía de 3,7 a 4 litros y seguía estando alimentado por tres carburadores SU de doble cuerpo. Declaraba una potencia de 285 CV y estaba asociado a una caja de cambios manual de 5 relaciones suministrada por la firma ZF.
Aston Martin DB5 y James Bond
Ken Adam se encargó de trabajar con el equipo de producción de Goldfinger para proyectar los extras más futuristas posibles para el Aston Martin DB5 de James Bond. Adam se inspiró en sus experiencias en la fuerza aérea británica durante la Segunda Guerra Mundial. Un conjunto de modificaciones que fueron implementadas en la entonces sede de Aston Martin, en Newport Pagnell.
El Aston Martin DB5 de James Bond equipaba dos metralletas Browning tras los intermitentes delanteros, parachoques con extensiones hidráulicas, matrículas giratorias con tres placas distintas (Suiza, Inglaterra y Francia), cuchillas extensibles en las tuercas de las ruedas, generador de humo y un cañón para lanzar aceite tras los pilotos traseros, asiento del acompañante eyectable, protección trasera antibalas extensible, sistema de navegación, radar, teléfono…
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Uno de los 4 coches originales que se usaron en la película y sobreviven se encuentra actualmente expuesto en el Museo Louwman de La Haya (Holanda). Tal es la fama que tiene este modelo que la propia Aston Martin decidió lanzar en 2020 una serie de 25 unidades del DB5 Goldfinger Continuation.
25 unidades completamente nuevas construidas desde cero y no tomando como base DB5 ya existentes. Cada uno de estos nuevos coches fue dotado con reproducciones de algunos de los gadgets que ofrecía el modelo original de la película.
Lo más curioso del caso es que cada uno de estos 25 DB5 Goldfinger Continuation no se puede matricular en Europa ni en Estados Unidos. ¿Quién sabe si sus propietarios los habrán podido matricular en países con un nivel de restricción menos elevado?
Aston Martin los vendió por 3,5 millones de euros la unidad. Una cifra ostensiblemente inferior al valor estimado que alcanzaría hoy en una subasta uno de los DB5 originales que se usaron en la grabación de Goldfinger, cifra que podría situarse en torno a los 25 millones de euros.