Con "h" de hidrógeno
Durante la presentación que Audi organizó para la prensa especializada del mundo del motor en Madrid, donde pudimos conducir el nuevo Audi Q7 e-tron 3.0 TDI quattro, tuve el placer de subirme al volante del Audi A7 Sportback h-tron quattro. Se trata de un modelo Fuel Cell que combina una pila de combustible de hidrógeno con una batería híbrida y dos motores eléctricos que impulsan a las cuatro ruedas. Por el momento se trata de un vehículo prototipo en fases de desarrollo.
Hasta la fecha Audi cuenta en España con el Audi A3 Sportback e-tron como único modelo híbrido enchufable de su gama, un modelo que probamos hace unos meses y que os lo presentamos con una excelente videoprueba realizada por nuestro Director Editiorial, Joan Dalmau, de imprescindible visualización: Videoprueba Audi A3 Sportback e-tron.
En unos meses llegará el Audi Q7 e-tron 3.0 TDI quattro y más adelante podría anunciarse la fecha de lanzamiento del nuevo Audi A4 Avant g-tron (aún por confirmar) impulsado por gas natural o Audi e-gas.
Ahí no queda la cosa puesto que parece que la marca tiene prácticamente lista la versión h-tron del A7 Sportback, una variante híbrida enchufable que utiliza el hidrógeno como fuente de carburante –de ahí la “h” en el nombre del modelo- para la pila de combustible, una combinación que redunda en cero emisiones y que sólo expulsa vapor de agua por el tubo de escape de plástico, para reducir el peso del modelo.
La pila de combustible se instala bajo el capó, en la zona que se destinaría normalmente al motor de combustión, y está formada por más de 300 células individuales que, en conjunto, forman lo que conocemos como la pila. Esta pila de combustible transforma el hidrógeno en energía eléctrica.
La batería es la misma que utiliza el Audi A3 Sportback e-tron, con una capacidad de 8,8 kWh, y se sitúa debajo del piso del maletero. Esta batería es capaz de acumular la energía que se recupera mediante la retención y la frenada y puede recargarse en una toma de corriente doméstica de 230 V en cuatro horas o en dos horas si se utiliza un enchufe o toma de potencia industrial de 360 V.
La pila de combustible y la batería de iones de litio operan con una tensión diferente, por lo que es necesario utilizar un convertidor de corriente DC/AC para igualar la tensión. La unidad de electrónica de potencia del vehículo convierte la corriente continua de la pila y la batería en corriente alterna que alimenta a los dos motores eléctricos, situados uno en cada eje, y que proporcionan tracción a las cuatro ruedas –quattro- sin la necesidad de usar un eje de transmisión.
Son motores síncronos de excitación variable y cada uno de ellos tiene una potencia de 85 kW (115 CV hecha la conversión) o 114 kW (153 CV) cuando se eleva el voltaje de forma puntual. Cada motor añade 270 Nm de par máximo para una cifra total de 540 Nm en combinación y se asocian a trenes de engranajes planetarios con una única relación de transmisión.
Pese a contar un mayor peso (1.950 kg) respecto a las versiones de combustión estándar, diésel o gasolina, el Audi A7 Sportback h-tron logra un registro en la aceleración de 0 a 100 que para el crono en unos más que aceptables 7,9 segundos para alcanzar una velocidad punta de 180 km/h. Todo ello, recordemos, con cero emisiones.
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Monta cuatro tanques de hidrógeno distribuidos en el túnel central, por delante del eje trasero y debajo del maletero que pueden albergar una carga de 5 kg de hidrógeno a una presión de 700 bar, lo que le proporciona una autonomía cercana a los 500 kilómetros antes de volver a repostar; precisamente una acción que se lleva a cabo en no más de tres minutos siempre y cuando tengamos la suerte de encontrarnos con algún surtidor. El consumo de combustible es de aproximadamente 1 kg de hidrógeno cada 100 km.
Además hay que recordar que también puede funcionar en modo EV -completamente eléctrico- con la potencia suministrada por la batería, que le otorga otros 50 kilómetros adicionales de autonomía.
Apenas pude conducirlo en un pequeño recorrido de apenas cinco kilómetros que nos propuso la organización y, eso sí, con un ingeniero de Audi al lado para explicarnos las principales diferencias respecto al A7 convencional y ya de paso vigilar que no me excediera con el acelerador para preservar la mecánica de su nueva criatura en fase prototipo.
Al volante la principal diferencia radica en el cuadro de instrumentos, donde se ha sustituido el clásico cuentarrevoluciones por un círculo con grafía independiente basada en el sistema híbrido. También se añaden gráficos en la pantalla central donde se puede observar el esquema del flujo de potencia y dos indicadores en los extremos correspondientes al nivel del hidrógeno restante en los tanques y a la carga de la batería.
Al volante se percibe como un coche muy suave en su funcionamiento, sin vibraciones, donde el mayor ruido que se escucha es el de la rodadura y el del viento golpeando los retrovisores. Es cierto que al acelerar un poco más de lo normal se oye una especie de soplido en la zona trasera del coche. Según el ingeniero que me acompañaba en este paseo es debido a que la unidad que probamos aún no estaba afinada correctamente.
Mediante la palanca del cambio se puede variar entre la posición D y la S, más deportiva en el segundo caso y que, a su vez, proporciona un mayor poder de recuperación de la energía en retención o en frenada. Puesto que el total del par motor se entrega desde el primer momento que se pisa el acelerador las reacciones son mucho más rápidas que en un coche impulsado por un motor de combustión interna.
La actuación de los frenos se realiza de forma eléctrica, es decir, al pisar ligeramente el pedal del freno los motores funcionan como alternadores que recogen la energía cinética del vehículo y la convierten en energía eléctrica para recargar la batería. En el momento que se precisa de una mayor fuerza de frenado se activan los cuatro frenos de disco.
El Audi A7 Sportback h-tron supone una evolución lógica de los vehículos experimentales Audi A2 H2 (2004) y Audi Q5 HFC (2011), dos modelos que también se impulsaban por una pila de combustible de hidrógeno. Cuando llegue al mercado, si es que llega, puesto que aún no tiene fecha de lanzamiento, se encontrará con dos contrincantes de los que ya hemos hablado en más de una ocasión que utilizan un sistema muy similar. Hablamos por supuesto de los Honda FCV y Toyota Mirai, ambos impulsados también por una pila de combustible de hidrógeno.
Si se busca eficiencia ¿por qué no se pone carenado a las ruedas? ¿Por qué no se baja la carrocería? ¿Por qué no se buscan diseños aerodinámicos de verdad? ¿Por qué no se usan llantas de menos diámetro y mucho más estrechas? ¿Por qué no se usan en los diseños entradas de aire para radiador justas y no para un motor V12 de F1? ¿Por qué no se rebaja el peso de los vehículos para volver a la senda de los 1000kg en un compacto? En los años 80 los concept car del Renault Megane, Ford Probe, etc. ya iban encaminados. ¿Por qué de repente hace 5 años hubo un boom tan estrepitoso del SUV en España?