De doble cara
Cuando probé el Audi S3 me pareció un coche extraordinario por su efectividad en todo tipo de vías, prestaciones, calidad y, también, por su polivalencia. Un coche que permitía disfrutar de las cualidades de un deportivo, o conducir relajadamente en un uso cotidiano. Ahora, a los mandos del nuevo RS3 Sportback las mismas sensaciones se multiplican y, en algunos aspectos, mejoran.
Sí, el Sportback, con su carrocería “familiar” de cinco puertas, es más largo, algo más ancho, un poco más alto y pesa 105 kg. más, pero dinámicamente es, como ocurre con el tres puertas, sensacional. Si a eso le añadimos un aumento de potencia de 27 cv respecto al anterior RS3 -que le otorga una potencia total de 367 cv y que le ha permitido liderar, en lo que a potencia se refiere, el grupo de compactos deportivos hasta la llegada el pasado otoño del rediseñado y potenciado Mercedes-AMG A 45 4MATIC-, no es difícil pensar que estamos ante un “aparato” que no va a decepcionar a nadie.
Deportivo y confortable
Estéticamente, el RS3 Sportback demuestra lo que es. Un coche elegante pero con clara vocación deportiva. Para darse cuenta de ello, basta con fijarse en el blade que cruza el frontal -encajado en ambas tomas de aire laterales- en el sobredimensionado paragolpes delantero o en la parilla singleframe con el logo ‘quattro’ en la parte inferior -opcional-.
De perfil, las aletas delanteras ensanchadas, las marcadas taloneras, detalles como las carcasas de retrovisores con terminación aluminio mate, el amplio spoiler trasero de techo y las llantas específicas de 19” llaman la atención de todo aquél que lo ve pasar.
Por su parte, la zaga presenta un difusor de color negro con molduras de aluminio y dos salidas de escapes ovales que le dan un aspecto deportivo pero sobrio al mismo tiempo. Sobre el portón no falta el logotipo RS3.
El habitáculo está presidido por el color negro y los detalles RS. Los asientos deportivos están tapizados en piel Nappa Fina con costuras de color gris. El volante es de cuero y Alcantara, -desafortunadamente para mi, chato en su parte inferior- mientras la palanca de cambio -situada en la consola central- tiene un diseño deportivo.
Los relojes del cuadro de instrumentos son negros, las agujas rojas y la numeración blanca. La información al conductor se completa con un indicador de presión de turbo, indicador de la temperatura de aceite y cronómetro. Los pedales y reposapiés son de acero inoxidable y los paneles de puerta llevan franjas de Alcántara. Los embellecedores son de diseño 3D “Black”, opcionalmente en aluminio Race o fibra de carbono.
Los asientos delanteros son cómodos y recogen bien lateralmente, mientras los traseros disponen de una correcta distancia para las piernas aunque, como es habitual en la mayoría de vehículos, la plaza central es menos confortable y tendrá que compartir espacio con el túnel central. El maletero de 380 litros puede llegar hasta los 1.220 litros de carga si abatimos los respaldos traseros.
Calidad, equipamientos y opciones
Como nos tiene acostumbrados la marca, la calidad de acabados es alta y en el interior del RS3 Sportback se ve reflejado en la mayoría de sus componentes. De serie dispone de sistema parking plus y MMI radio. Tampoco faltan elementos de seguridad como los airbag, control de estabilidad –ESC- control de tracción -ASR+EDS-, control de presión de los neumáticos, asistente de frenada de emergencia –SAFE- y frenado anti-colisiones múltiples y arranque en pendiente, entre otros. De serie también dispondremos del Audi drive select, control de velocidad, suspensión deportiva, tracción total, Start-Stop, conexión AUX, conexión Bluetooth para teléfono móvil, sonido Audi Sound System -180 W- y pantalla a color de 5.8", entre los principales elementos.
La lista de opciones es amplia y, en mi opinión, cara. Veamos. Además de la posibilidad de dotar a nuestro Audi con elementos opcionales individuales, la marca ofrece los ya típicos “paquetes” para tener el coche a nuestro gusto. Uno de los más costosos es el MMI navegación plus con MMI Touch que está compuesto por Navegación mediante disco duro, MMI Couch y pantalla a color de 7". Este paquete tiene un coste de 2.540 €. El Paquete de asistencia al conductor está dotado de control de crucero adaptativo, Audi active lane assist y asistente para las luces de carretera. El conjunto tiene un precio de 570 €. El Paquete navegación propone lector de tarjetas SDHC adicional, Audi Music Interface y navegador básico por un precio de 1.095 €. Tampoco son económicos algunas opciones individuales como el techo eléctrico acristalado -1.400 €- la pintura Audi Exclusive -2.920 €-, la suspensión Audi Magnetic Ride -1.245 €- o el Audi Connect -acceso a Google Earth- por 635 €.
Algunas cifras del RS3 Sportback
Como hemos comentado anteriormente, el RS3 mantiene el mismo propulsor 2.5 TFSI de cinco cilindros en línea pero con 367 cv a 6.800 rpm y un par máximo de 465 Nm desde 1.625 rpm. hasta las 5.500 rpm. Ligado a una caja de cambios de doble embrague S-Tronic de 7 velocidades con launch control -único tipo de cambio para esta versión- el RS3 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y alcanzar los 250 km/h -que pueden ser 280 km/h con un coste 1.905 €-.
Las vías son más anchas -1.599 mm en el eje delantero y 1.514 mm en el trasero- mientras las suspensiones deportivas -McPherson para la delantera y de cuatro brazos para el tren trasero- hace que sea 25 mm más bajo que un Sportback “normal”. Dispone de unos discos de freno de 370 mm de diámetro que, opcionalmente, puede ser cerámicos, ofreciendo mayor rendimiento en conducción deportiva.
Como hemos mencionado en el apartado de las opciones, puede equipar suspensión adaptativa, integrada en el sistema de control de estabilidad Audi drive select, que incluye los modos Comfort, Auto, Dynamic e Individual. Por supuesto, cuenta con la tracción permanente quattro, que distribuye el par entre los ejes delantero y trasero de forma muy rápida en función de las necesidades en cada momento, y dispone del sistema Torque Vectoring que hace que el comportamiento del tren delantero sea aún más eficaz, frenando ligeramente las ruedas interiores, permitiendo a las exteriores transferir más par a la carretera.
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Bien para todo
En mi opinión, una de las mayores virtudes que ofrece esta versión es su polivalencia. Si hablamos de potencia y prestaciones es evidente que dispondremos de un coche “muy serio” en ese aspecto. Y si de lo que se trata es de viajar con comodidad, de disponer de un vehículo con acabados de calidad o de un coche para utilizarlo cotidianamente, el RS3 también nos sirve.
A pesar que de que el tarado de suspensión es más firme que en las otras versiones, la elasticidad del motor, una dirección suave y un tacto general exquisito, hacen posible que sea un vehículo muy agradable de conducir en el día a día. Audi cifra el consumo medio en 8,1 litros de media –mejorando en casi un litro el de la anterior versión- pero nosotros no fuimos capaces de bajar de 9,7 litros, “con cuidado”.
Pero no nos vamos a olvidar que estamos hablando de un coche con 367 cv, con tracción total y todos los elementos para hacernos disfrutar en conducción deportiva. Además de por su estética, nada más ponerte en marcha te das cuenta de que “el asunto va a estar divertido”. En modo Dynamic cambia el sonido –que ya es “bonito” cuando los subes de vueltas en configuración normal-, la respuesta al acelerador es inmediata, la suspensión se endurece, el tacto de la dirección es más preciso y la respuesta del cambio es mucho más rápida y contundente. Con ello, el RS3 Sportback ofrece “su lado oscuro” que tanto nos gusta a los que disfrutamos con coches de este tipo.
La potencia entra con fuerza, el cambio es suficientemente rápido como para no perder efectividad -sólo reduciendo en una conducción al límite en circuito echaremos en falta mayor rapidez- y su estabilidad y tracción es, sencillamente, tremenda.
Rápido pero no radical
Durante nuestra prueba, el RS3 nos hizo disfrutar al máximo, especialmente en zonas viradas en las que nos demostró todo su potencial. Es rápido en el paso por curva, ofrece una capacidad de tracción excepcional y, aunque no es extremadamente ágil en el cambio de trayectoria, permite “pasar” las enlazadas a buena velocidad.
Con el tarado “duro” de suspensión es una gozada entrar en los virajes. Gira plano, el morro entra sin titubeos al vértice de la curva -aunque el subviraje hace acto de presencia por demasiado peso en el eje delantero-. La electrónica hace un buen trabajo y permite “mover” de un modo eficaz los 1.595 kg que pesa.
Pero con todo, el RS3 no es un coche radical, al contrario. Te permite ir muy rápido -más de lo que en un principio parece-, en las curvas medias y rápidas muestra gran estabilidad y transmite una sensación de seguridad muy elevada.
El cambio acompaña a todo el conjunto con una respuesta rápida cada vez que accionamos las levas situadas en el volante y uno acaba yendo más deprisa de lo que parece. Y eso ocurre porque le RS3 no es exigente con el conductor. Al contrario. Es fácil de conducir, muy estable y sin ninguna reacción radical.
La zaga “se mueve” poco, -muy poco diría yo- la dirección es directa pero suave y el motor no “explota” en ningún momento. De hecho, la respuesta de motor a bajo régimen era más inmediata en la anterior versión. En ésta, existe un intervalo de respuesta -pequeño pero que se nota- que hace que parezca menos “potente” en esa zona. Pese a ello, sube de vueltas enérgicamente hasta alcanzar la potencia máxima, poco antes de que la aguja marque las 7.000 rpm. Nada que objetar de los frenos, gracias a un buen mordiente y a una gran resistencia a la fatiga.
Para quedárselo
Tras la prueba, no me ha quedado duda que el RS3 es una muy buena opción entre los de su segmento. Tiene una estética -a mi gusto- atractiva, un motor potente y, sobre todo, es fácil de conducir, rápido en zonas viradas y estable -con un aplomo altísimo- en todo tipo de vías.
Si queremos disfrutar su carácter deportivo, lo haremos y lo pasaremos muy bien. Pero si además queremos, o necesitamos, tener un compacto para cada día, de calidad y que nos permita utilizarlo con otros fines, el RS3 también puede ser tu coche. Es para quedárselo aunque, eso sí, los 59.800 € que cuesta de serie me lo está poniendo un poco difícil...
no es otra cosa que una mierda de Golf R con otro motor y otra suspension.
Ni puta idea