Probamos la cuarta generación del Audi RS4 Avant, uno de los familiares más deportivos del mundo. Animado por un motor V6 biturbo de 450 CV es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y alcanzar los 280 km/h de punta. Encima, sólo cuesta 96.900 euros, 3.000 euros menos que un RS5 con tres puertas más y un maletero mucho más grande.
El cambio más destacado con respecto a su antecesor es la pérdida del motor V8 atmosférico de 4,2 litros en pro de un 6 cilindros en V de sólo 2,9 litros. El nuevo propulsor entrega la misma cifra de potencia durante mucho más tiempo y 170 Nm más de par, concretamente 600 Nm de 1.900 a 5.000 rpm.
Saga RS4
Antes de entrar en materia echamos un breve vistazo a la saga que ha llevado a Audi Sport hasta el nuevo RS4 Avant. En esta presentación la firma de deportivos de Audi organizó una exposición con las anteriores generaciones del RS4, así como con el 80 RS2 Avant, el pionero en este segmento de los familiares ultra-deportivos.
Entre 1994 y 1995 sólo se fabricaron 2.891 unidades del exclusivo 80 RS2 Avant desarrollado de forma conjunta con Porsche. Además de ser fabricado por Porsche en Stuttgart, usaba frenos, llantas, retrovisores e intermitentes del Porsche 911 RS 964 todo combinado con el motor 5 cilindros turbo del Audi quattro de rally con 315 CV.
El primer RS4 Avant (B5) de 1999 estaba animado, al igual que el nuevo (B9), por un V6 biturbo. Aquella mecánica desarrollada por Cosworth tenía 2,7 litros y anunciaba 380 CV, 100 CV más que el S4 del momento.
Las otras dos generaciones de este familiar ultra prestacional, B7 y B8, estuvieron animadas por un V8 de 4,2 litros atmosférico derivado del de la limusina V8 (1988-1994) que sonaba como los ángeles. En el B7 declaraba 420 CV y en el B8 450 CV.
Verde que te quiero verde
En esto de los colores cada uno tiene su criterio. A mi gusto el verde Sonoma Green le sienta como anillo al dedo al RS4 Avant. Aporta un grado de originalidad extra a un coche ya de por si especial.
Estéticamente recuerda bastante al RS5 Coupe que este mismo año probamos en Andorra. De hecho luce los mismos detalles de diseño inspirados en el Audi 90 IMSA GTO que compitió a finales de los 80 en Estados Unidos.
Dentro de sus aletas, 30 mm más anchas que las del modelo precedente, luce unas espectaculares llantas de 20” que son de serie. Estos pasos de rueda son todavía más marcados y musculosos que los del RS5.
Lejos quedan aquellas dimensiones ultra-compactas del 80 RS2 Avant (4.496/1.702/1.397 mm). El RS4 B9 mide 1,86 metros de ancho, 1,4 metros de alto y 4,78 metros de largo. Es 62 mm más largo, 12 mm más bajo y 16 mm más ancho que el B8.
Delante salta a la vista un nuevo singleframe, mientras que en la trasera encontramos un alerón y un difusor más grandes que los del modelo anterior. Eso sí, se mantiene una de las señas de identidad de los RS, las dos salidas de escape ovaladas.
La unidad que probé contaba con tapicería de cuero con costuras en contraste verde, uno de esos acabados que Audi exclusive ofrece en su casi infinito catálogo de personalización.
Estos asientos son cómodos a la vez que ofrecen un buen nivel de agarre. La segunda fila es mucho más espaciosa y confortable que la del modelo anterior, destacando el notable incremento para las piernas de los pasajeros traseros.
Virtual cockpit, lo último en conectividad y un sistema de navegación como Dios manda con Google Earth lo actualizan en lo que a infoentretenimiento se refiere. El modelo anterior había quedado muy anticuado en estos campos.
Pocos deportivos de la talla del RS4 pueden alardear de un maletero de 1.510 litros de capacidad. Bueno, esa capacidad lo conseguimos al abatir la segunda fila. Con 5 plazas nos tenemos que conformar con unos respetables 505 litros.
¡Menudo aparato!
Lo que más me impacto de su motor es la fuerza con la que entrega todo su potencial. En la carretera secundaria donde lo probamos había escasos tramos en los que pudieras llegar a abrir gas a fondo durante más de 3 segundos.
Tal es la capacidad de empuje que devora las rectas como si nada. Tanto la su brutal patada como la voracidad con la que sube de vueltas me recordaron y mucho al motor del Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. Ambos aportan sensaciones de verdadero súper-deportivo.
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Poco tiene que ver con el RS5 a la hora de transmitir. Mientras que este último filtra demasiado todo y no termina de emocionar, el RS4 Avant es todo lo contrario. En todo momento sientes lo que está pasando y, ¡de qué forma!
Da lugar a una experiencia de conducción envolvente, no sólo comunica mejor las reacciones también el sonido. Tras la experiencia del RS5 no me esperaba esto y es genial encontrarte con una sorpresa así de agradable.
El V6 biturbo de 2,9 litros declara 450 CV de 5.700 a 6.700 rpm y 600 Nm de 1.900 a 5.000 rpm. Vamos que no para de empujar a lo largo de todo el rango de revoluciones. El RS4 Avant es de esos pocos coches que tras un buen rato de acelerar a fondo en un tramo de montaña, una vez paras te sigue quedando esa sensación de movimiento en el cuerpo y en la mente.
La caja de cambio S tronic de 7 relaciones con doble embrague del modelo anterior desaparece en pro de un automático con convertidor de par. Y esta nueva caja no es otra que la ZF de 8 relaciones que parece omnipresente ya a día de hoy. En modo automático es una delicia mientras que en manual es manual de verdad, con una respuesta ultra-rápida y permitiéndote apurar hasta donde quieras. ¡Bravo!
Para detenerlo a tiempo cuenta con discos perforados de 375 mm delante y 330 mm detrás, delante con pinzas de 6 pistones. En un uso intensivo en secundaria terminan por sufrir un poco, pero para ser de acero aguantan mucho.
La opción de los cerámicos con discos de 400 mm de diámetro y pinzas de 6 pistones cobra mucho sentido si tenemos pensado disfrutarlo a menudo en carreteras de montaña o en Autobahn. Para todo lo demás los de acero son más que suficientes.
De serie equipa una suspensión que lo hace 7 mm más bajo que un S4. Opcionalmente podemos decantarnos por el Dynamic Ride Control, una suspensión pilotada que nos permite endurecerla o suavizarla con el botón del drive select.
Mediante el drive select el coche cambia por completo. En Comfort es realmente cómodo, apenas hay coches con llanta 20” y tan poco recorrido de suspensión que filtren tan bien los baches. Por el contrario, en el Dynamic pasamos a disfrutar de un chasis ultra-rígido, una tabla vamos.
No aparenta para nada los 1.790 kilos que declara sobre la báscula. Es 80 kilos más ligero que el RS4 B8 pero parece que lo sea mucho más. Esto se nota mucho a la hora de inscribirlo en el viraje. Antes sufría una enorme tendencia al subviraje que se ha visto reducida en gran medida.
Si optamos por el diferencial trasero deportivo podemos minimizar todavía más este subviraje. Se encarga de repartir el par entre ambas ruedas posteriores, aportando así más par a la rueda exterior en aceleración para así ayudarnos a salir de la curva con mayor agilidad.
El sistema de tracción integral quattro está enfocado principalmente al eje trasero. En conducción normal el diferencial mecánico central manda un 60% de par detrás y el 40% restante delante. En función del tipo de pérdida de tracción que suframos puede llegar a mandar un 70% delante o un 85% detrás.
La dirección dinámica cuenta con una calibración específica RS. Al salir a fondo de una curva y mantener el acelerador hasta el final de su recorrido el tren delantero sufre algo de lo que los británicos llaman “torque steer”. La potencia del motor termina por mover la dirección de modo que tienes que sujetar bien el volante para mantenerlo en la trazada.
En resumidas cuentas
96.900 euros me separan de él. Hoy en día escasean los deportivos que emocionan, los hay muy rápidos pero, ¿de qué te sirve tener los mejores registros si no disfrutas al volante?
Con el RS4 Avant puedes pasártelo como un verdadero enano y al mismo tiempo disfrutas de un coche cómodo, muy bien acabado con un maletero enorme. Es tan adictivo que ahora mismo ya estoy pensando cuándo podré volverlo a conducir otra vez. Espero que sea pronto…
Seré un romántico, pero como el RS4 en carroceria B5.... ninguno