Con S de Sport, pero diésel
Tiene el honor en ser el primer modelo S de la marca germana con un motor diésel bajo su capó, de nada menos que 313 CV. El Audi SQ5 se ha construido para aquellos que no tienen bastante con un Q5 de 245 CV, que buscan un extra de deportividad o, simplemente, quieren diferenciarse del resto con un SUV que difícilmente puede ser comparado.Sólo el BMW X3 XDrive 35d, también con 313 CV, ofrece unas prestaciones similares, mientras que en Mercedes-Benz podemos optar por el GLK 350 CDI de 265 CV, que en realidad es más parecido a un Q5 TDI de 245 CV que a esta versión potenciada, más deportiva, y también más cara: el SQ5 que veis en las fotos tien un precio de tarifa de 68.780 euros. Así, pues, estamos ante una versión del Q5 que se hace valorar, que también tiene en su PVP un aspecto diferenciador, aunque en este caso no desde un punto de vista positivo. Porque vale 6.880 euros más que un BMW X3 de igual potencia e incluso está por encima del de un BMW X5 XDrive 40D de 306 CV, que es un coche un poco más grande. ¿Puede esto condicionar su compra? Pues sinceramente, creo que no, ya que cuando estamos en estos niveles de precio, lo que de verdad cuenta es que el coche te convenza, te seduzca su conducción, su estética, la calidad de su equipamiento y todo lo que hay detrás del emblema que luce en su frontal. Y en el caso de este Audi, estos valores son muy altos, y están más que asegurados.
Pocos SUV’s hay en el mercado que ofrezcan un nivel de acabados y una calidad de construcción similar al de este SQ5. Estamos ante uno de los todocaminos más refinados y tecnológicamente avanzados, un digno representante del concepto Premium, que tan en boga está actualmente.
Detalles exclusivos
Las diferencias estéticas respecto al Q5 TDI son pocas, pero evidentes: la parrilla tiene un diseño con sus listones en horizontal en lugar de en vertical, y luce el emblema S en un lateral; en la zaga, el mismo emblema y las cuatro salidas de escape identifican a esta versión más potente; y visto de lateral, las bonitas llantas de 21 pulgadas con neumáticos 255/40 R21 (opcionales) marcan una diferencia importante no tan sólo desde el punto de vista estético, sino también de comportamiento.
El Audi SQ5 también tiene una carrocería que se sitúa 30 mm. más baja que la del resto de la gama Q5, lo que permite reducir el centro de gravedad y mejorar la resistencia aerodinámica. Estos detalles le dan un empaque superior, potencian su imagen de SUV de altas prestaciones y le dan un aire de exclusividad innegable.
No es un coche que llame excesivamente la atención. Como la mayoría de Audis, huye de una estética espectacular en favor de la elegancia y la discreción. No es muy corriente conducir un SUV de casi 70.000 euros de PVP y 313 CV, pero eso, a primer golpe de vista, sólo lo sabes tú y algún que otro aficionado a este mundillo. Porque para los no entendidos, bien podría confundirse con un Q5 diésel de inferior potencia y precio. Desde mi punto de vista, este es un aspecto positivo de este modelo. Tal y como están hoy en día las cosas en este país, la discreción es un valor en alza.
Interior cautivador
El primer contacto con el coche atrae. Si alguna vez te has subido a un Audi sabrás de lo que te hablo. La sensación de perfecta terminación, calidad de los materiales, diseño impoluto y ergonomía perfecta te llena desde el momento en el que te pones al volante. Esta versión tope de gama no podía ser menos, y potencia esa sensación de refinamiento y exclusividad con detalles como los emblemas S en las molduras de acceso, volante, pomo de la palanca del cambio y cabezales de los asientos. El olor a piel es otra de las sensaciones presentes desde un primer instante, en este caso debido a la presencia de este material noble en el volante, palanca del cambio, asideros y paneles de las puertas y en los asientos, que lucen una bonita doble costura de contraste en color rojo. También hay molduras imitación carbono en el salpicadero, que contrastan con los remates en aluminio, un material también presente en los pedales.
Podemos ajustar la posición al volante al milímetro, gracias a la regulación de tipo eléctrico en todas direcciones, tanto de la banqueta y el respaldo como de la columna de dirección. No obstante, me costó encontrar la posición ideal, porque notaba algo que me interfería en la visibilidad frontal y lateral, y que resultó ser uno de los pocos defectos de este coche: el enorme tamaño de los retrovisores exteriores, que reducen la visión lateral izquierda al tomar las curvas, algo que es bastante molesto circulando en carretera de montaña o en ciudad.
Por el contrario, la visibilidad frontal y hacia atrás es muy buena. La postura de conducción es ligeramente elevada, como corresponde a un todocamino, y en la zaga no molestan los cabezales de los asientos traseros, como sí ocurre en otros vehículos.
El Audi SQ5 es un SUV de cinco puertas, y a pesar de su aire deportivo, es un perfecto coche para uso familiar. El espacio interior es sobresaliente en todas las plazas, y tenemos un maletero muy capaz y que puede estar perfectamente equipado con ganchos, guías y separadores para ajustar la carga a nuestras necesidades (ver foto), y que se recogen perfectamente en el doble fondo del maletero (ver foto).
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Estos detalles de buen gusto y practicidad están presentes en todo el habitáculo, en forma, por ejemplo, de huecos para dejar botellas, guantera central de generosas dimensiones, cortinillas, reposabrazos central y salidas de aireación en la fila trasera, entre otros. Es un coche en el que cuatro personas viajan muy cómodas y a gusto, mientras que un quinto pasajero lo hará con las limitaciones típicas que genera la presencia del túnel de transmisión y un respaldo excesivamente duro.
Mucha potencia, pero discreto
Para ponerse en marcha, en este Audi hay que darle a un botón. No esperes un arranque espectacular, la sonoridad del motor al ralentí podría pasar por la de cualquier otro diésel de la gama. Sólo que en este caso, se trata de un V6 de 3 litros TDI Biturbo, que da 313 CV y cuenta con un par motor máximo de 650 Nm entre 1.450 y 2.800 vueltas. Estas cifras ya pueden darte una idea de su carácter: es un motor que rebosa par desde muy bajas vueltas, que lo mantiene en una franja muy amplia de revoluciones, y cuya potencia es capaz de hacer que el coche acelere de 0 a 100 km/h en sólo 5,1 segundos. El sonido de este diésel no te cautivará, es bastante mesurado, pero sí que lo hará su respuesta y perfecta asociación con el cambio de marchas automático Tiptronic de 8 velocidades. Es cierto, no es el STronic de doble embrague que montan otros modelos de la marca, pero se comporta de forma muy similar, hasta tal punto que no lo vas a echar en falta.
Además, gracias al Audi Drive Select que esta versión equipa de serie, podemos modificar la velocidad de actuación de este cambio de marchas, junto con la respuesta del motor, la asistencia de la dirección y la dureza de la amortiguación. Así, el coche puede adaptar las aptitudes de su chasis, que son muchas, para un comportamiento más deportivo, o por el contrario, modificar todos estos parámetros, junto con el funcionamiento del climatizador, por ejemplo, para reducir el consumo de combustible. No es un coche que gaste excesivamente, aunque 8,5 litros de media a los 100 suele ser lo habitual, al menos es lo que registró los días que estuvo en nuestras manos.
En la configuración de chasis más deportiva, Dynamic, cambia el sonido del escape, que se hace más ronco y un poco más excitante. En ningún momento es un sonido estridente. El SQ5 equipa sistema de navegación MMI, que se controla con el mando rotatorio ya tradicional en la marca, y esto permite además que podamos configurar el chasis y la respuesta del motor y el cambio a nuestro gusto, mediante el programa Individual. La selección de un programa u otro, así como el manejo del equipo de audio, el navegador o el teléfono, se hace de forma muy fácil e intuitiva, de lo mejor que puedes encontrar en el mercado.
El nivel de preparación y posibilidad de adaptación de este chasis se complementa perfectamente con uno de los sistemas de tracción integral más efectivos, el quattro de Audi. Su elemento clave es el diferencial central autoblocante, que distribuye la fuerza en un 40% en el eje delantero y un 60% en el trasero, en condiciones normales. Si es necesario, puede transferir hasta un 70% de para a las ruedas delanteras o un 85% a las traseras, para compensar una pérdida de adherencia. Además, la electrónica hace que si la rueda del interior de la curva está a punto de perder tracción, se frene de forma inmediata e imperceptible para garantizar su agarre.
Tracción integral muy eficaz
El paso por curva es, por lo tanto, muy rápido. Como puedes imaginarte, el coche va agarrado al asfalto como una lapa, balancea poco y difícilmente podrás mover alguno de los ejes si no cometes un error garrafal al entrar en la curva. Sólo hay un punto mejorable en este SUV: el peso. Sus dos toneladas hacen que en carretera de montaña se perciba pesado, y esto es lo que marca su comportamiento dinámico en comparación, por ejemplo, al de un Audi S4 o un S5. Pesa entre 200 y 300 kilos más que estos dos, y además, cuenta con un centro de gravedad un poco más elevado. Por lo tanto, si buscas dinamismo puro, siempre mejor optar por una berlina, está claro.
Ese mismo volumen y peso es lo que perjudica sus aptitudes para el off-road. Además, sus preciosas llantas de 21 pulgadas no son las más adecuadas para lidiar con el barro, y mucho menos sus neumáticos. Así que, mejor no plantearse una excursión al campo con este Audi, aunque su tracción 4x4 y altura libre (no así el resto de ángulos característicos) lo podrían permitir. De hecho, casi ningún propietario de un SQ5 se plantea una excursión al monte con este coche.
Las posibilidades de personalización del coche son múltiples. Hay tantas, que conviene estudiar muy bien el presupuesto del que dispones. De serie viene correctamente equipado, con sistema MMi, tapicería de cuero, asientos deportivos, tren de rodaje deportivo, faros Xenón Plus con Leds de posición, entre otros. Pero si quieres la mejor experiencia de conducción puedes pedir el Audi Drive Select, la dirección dinámica o los sistemas de seguridad y asistencia más avanzados de la marca, como el Audi Side Assist (asistencia para el cambio de carril) Audi Lane Assist (asistencia para el mantenimiento de carril) o el Park Assist, que facilita las maniobras en ciudad, entre muchas otras opciones. Además, podemos añadir todo la lista del programa de personalización Audi Exclusive, que prácticamente permite que te configures un SQ5 único.
Bueno o malo, no lo discuto... pero es horrible.