BMW 328: 80° Aniversario

A lo largo de los 100 años de historia de BMW son muchos los modelos que han alcanzado el estatus de icono, sirvan de ejemplo: 507, 2002, M1 o M3. No obstante, si tuviéramos que escoger sólo uno quizás el más representativo de lo que es la firma de automóviles bávara sería el 328 Roadster de 1936.

A mediados de la década de los 30 BMW dio forma a un coche de sport para competir en la categoría reservada a mecánicas de 2 litros. Aunque fue desarrollado sobre la base del 319/1 contaba con un chasis tubular de sección redonda diseñado por Fritz Fiedler y patentado por BMW. Esta solución fue clave a la hora de limitar el peso del vehículo a sólo 780 kilos.

El motor conocido como OZ 80 fue creado a partir del bloque de seis cilindros del 326. Con una nueva culata de aluminio con válvulas dispuestas en forma de V se incrementó la potencia de 50 a 80 CV a 4.500 rpm.

Su moderna carrocería dejó completamente anticuados a la mayoría de sus rivales de la época. Pasos de rueda muy redondeados y faros integrados eran algunas de sus señas de identidad, junto a los prominentes riñones del frontal.

Las llantas Kronprinz de 16” disponían de fijación tipo mono-tuerca con palomita para facilitar los cambios de rueda en competición de sus neumáticos 5.25x16. Detrás de ellas encontrábamos un potente equipo de frenos formado por tambores de 280 mm de diámetro.

Otro de los elementos de estilo inconfundible de este deportivo eran las dos cintas de piel de vaca en color marrón que envolvían el capó del motor para evitar que pudiera abrirse a gran velocidad.

Las unidades de pre-serie no tenían puertas y montaban un diminuto parabrisas. No obstante, cuando se inició la producción se incorporaron puertas y un parabrisas de verdad.

Para abrir las puertas se tenía que accionar la manecilla que albergaban en su interior. El parabrisas estaba formado por dos secciones dispuestas en V, cada una con su propio limpia. Ambas podían abatirse hacia delante siempre que se quisiera.

En su habitáculo equipaba un gran número de elementos de confort como una guantera con tapa, huecos para objetos en las puertas, caja de herramientas, indicadores de presión de aceite, temperatura del agua, nivel de carburante… De lo más completo para un biplaza de sólo 780 kilos de peso.

Este deportivo declaraba unas prestaciones a la altura de rivales mucho más potentes pero también mucho más pesados. Su velocidad punta se fijaba en 155 km/h. Los ingenieros responsables del proyecto Rudolf Schleicher y Fritz Fiedle dieron forma a una verdadera obra maestra de la ingeniería. Un biplaza ágil, ligero y muy efectivo.

Si bien el proyecto fue iniciado en la sede de Eisenach prosiguió en Múnich a partir de 1937, cuando el desarrollo de la división de automoción de BMW fue trasladado a la capital de Baviera.

El 14 de junio de 1936 el BMW 328 fue presentado en sociedad. El acto no se llevó a cabo en un salón del automóvil ni en la recepción de un hotel de 5 estrellas. Lo hizo en la parrilla de salida de una carrera, el Internationales Eifel-Rennen en el Nürburgring.

250.000 espectadores asistieron al debut en competición del BMW 328 en el mítico Nordschleife. El ex-piloto de moto Ernst Jakob Henne ganó la categoría 2 litros al volante de su 328 de color blanco y además marcó la vuelta más rápida absoluta de la carrera.

Después de aquel legendario triunfo llegaron un sinfín más de éxitos alrededor del mundo. Sus cualidades dinámicas y su robustez le permitieron seguir brillando en competición, incluso después de la Segunda Guerra Mundial. Según BMW el 328 logró más de 200 victorias entre la década de los 30 y de los 50.

La producción del modelo de calle, el 328 Roadster, no empezó hasta la primavera de 1937. Los primeros clientes empezaron a recibir sus coches a finales de abril de ese mismo año. La gran mayoría eran pilotos privados que tenían grandes esperanzas puestas en él dada su larga lista de triunfos en su etapa inicial como coche oficial.

En la Internationales Eifel-Rennen de 1937 se inscribieron nada menos que 9. Evidentemente en la categoría 2 litros ganó un BMW 328. Además de estos triunfos de clase también empezaron a lograr victorias absolutas frente a coches mucho más potentes.

Su triunfo más destacado llegó el 28 de abril de 1940 en la Mille Miglia. Dado que tanto Alemania como Italia estaban inmersos en plena Segunda Guerra Mundial la prueba se disputó pero con un recorrido distinto al habitual. En lugar de la tradicional vuelta de 1.000 millas o 1.600 kilómetros se dio forma a un trazado mucho más corto de sólo 167 kilómetros al que los participantes dieron 9 vueltas.

De las 9 unidades de BMW 328 inscritos por BMW entre Roadster y Coupe, el ganador absoluto fue el número 70 del piloto Huschke von Hanstein copilotado por Walter Bäumer. El conocido como 328 Touring Coupé carrozado por la firma milanesa Carrozzeria Touring y animado por un motor que rendía 136 CV a 6.000 rpm.

Von Hanstein y Bäumer completaron los 1.503 kilómetros de carrera en 8 horas, 54 minutos y 46 segundos a una velocidad media de 166,723 km/h. También marcaron la vuelta rápida con un espectacular registro de 174,102 km/h.

La velocidad punta de esta unidad era de 220 km/h. Un año antes en 1939 este mismo coche ganó la categoría 2 litros en las 24 Horas de Le Mans y a su vez terminó en quinta posición absoluta de la clásica francesa.

Los costes de desarrollo del 328 fueron de sólo 445.000 Reichmarks, una cifra muy contenida si la comparamos con los 1,4 millones de RM que se invirtieron en el 320 y los 2,3 millones de RM que requirió el proyecto del lujoso 326.

De 1936 a 1940 sólo se fabricaron 464 unidades, cuyo precio en la época era de 7.400 RM. En las últimas décadas su cotización ha dado lugar a una curva ascendente que parece no tener fin. De los 300.000 euros que se podían pagar hace 7 años, actualmente supera el millón de euros.