¿Será suficiente?
Desde que en diciembre de 2011 acudiésemos a la presentación del nuevo Serie 3 berlina, son ya varios los modelos de la Serie 3 que han pasado por las manos de nuestros probadores en sus distintas variantes. Por ejemplo, Luis Miguel Reyes nos ofreció las pruebas de los Serie 3 320d Efficient Dynamics Automático y 328i Touring, Narcís Reixach se subió al 330d Touring, y nuestro jefe de pruebas, Joan Dalmau, nos trajo su particular opinión del 318d GT, además de una completa videoprueba del modelo.
Esta vez nos ponemos al volante de la versión de acceso a la gama en diésel, se trata del 116d en su variante berlina de 116 CV. Este modelo está claramente enfocado para los más ahorradores, para los que no necesiten un modelo demasiado prestacional, pero por el contrario tienen bien claro que quieren un BMW Serie 3.
A priori parece una decisión un tanto extraña, quizás hasta difícil de entender, y más sabiendo su precio de partida: 30.700 €. Es por esto que vamos a probarlo para tratar de encontrar una respuesta coherente que explique la posible compra de este modelo.
Aire deportivo por fuera
La sexta generación de una de las berlinas premium con más renombre en el sector, adopta una estética más depurada que la anterior. Es más grande que su predecesor, en concreto mide 93 milímetros más de largo, además su mayor distancia entre ejes (50 mm más) y el ancho de vías aumentado (37 mm delante y 47 mm detrás), plasman una imagen imponente del conjunto.
A nivel de diseño pienso que la última evolución ha ganado muchísimo respecto a la anterior. Esto de los gustos es muy relativo, pero el nuevo frontal, más bajo y agresivo, se muestra en consonancia con el teórico carácter "sport" del Serie 3.
Profundizar más en el apartado estético pienso que sería leer más de lo mismo, recordemos que el modelo ya lleva en el mercado prácticamente dos años, y seguramente serán muchas las noticias y pruebas que habréis leído sobre él. Pero sí me gustaría añadir un pequeño detalle sobre el coche que hemos probado, y es que las llantas de 17 pulgadas que veis en las fotos se ofrecen como opción, con un sobrecoste de 1.199 euros. A los amantes de los coches en blanco les gustará saber que la pintura Alpineweiss con la que se ha pintado la unidad de pruebas que veis está incluida dentro de las opciones a elegir “gratis”.
Muy BMW por dentro
Cuando te sientas al volante de un BMW, sabes que es un BMW. ¿Por qué? Entre otras muchas cosas porque todos los salpicaderos de los varios modelos de la marca alemana son muy parecidos. Una característica que a unos les encantará, pero a otros, entre los que me incluyo, no tanto.
El diseño envolvente del puesto de conducción característico de los BMW también está presente en esta berlina, además del salpicadero ligeramente orientado hacia el conductor y la excelente configuración de todos los botones que quedan bien a mano. La pantalla de alta resolución situada en lo alto del salpicadero no es táctil, pero mediante el selector iDrive de funcionamiento bastante intuitivo podremos manejar todo lo referente al sistema de audio, diferentes funciones del vehículo y el navegador Business, que es opcional y cuesta la friolera cifra de 1.814 euros.
De serie cuenta con un selector de modo de conducción que permite variar la respuesta del motor, la sensibilidad del pedal del acelerador y la dureza del volante dependiendo si se selecciona el modo Comfort o Sport. Además, también está disponible la configuración Eco Pro, con una clara orientación hacia la eficiencia, la cual modifica la línea característica del pedal del acelerador, solicitando menos potencia para mover al conjunto, y variando el funcionamiento del indicador del cambio de marchas óptimo para mantener siempre que sea posible las revoluciones del motor a bajo régimen. El sistema Stop&Start también es de serie, un sistema que ayuda a reducir unas décimas el consumo en ciudad.
Gracias a la mayor batalla, se ha logrado que los pasajeros de las plazas traseras puedan viajar un poco más cómodos que en el modelo anterior. En concreto se han ganado 15 mm adicionales para las rodillas y se ha mejorado la altura de la cabeza hasta el techo. Lo que sigue sin convencer es la plaza central, más dura y un poco más elevada que las otras dos, que cuenta además con el hándicap del túnel central en el suelo, que obliga al que vaya sentado en medio a abrir las piernas y adoptar una posición que a la larga se hace pesada.
El maletero también ha mejorado respecto al anterior ofreciendo ahora 20 litros adicionales, lo que se traduce en unos correctos 480 litros. La pega es que los asientos traseros no son abatibles de serie y habrá que desembolsar la nada menos despreciable cantidad de 559 euros si queremos que lo sean.
Al tratarse de una versión básica, algunos de los elementos incluidos me parecieron algo justos de calidad para tratarse de un automóvil premium. Por ejemplo, el volante de tacto deportivo que tanto me gustó el día de la presentación -se ofrece como opción-, no tiene nada que ver con el que montaba esta unidad de pruebas. Es multifunción, tiene regulación en altura y profundidad, pero ofrece un aro de poco grosor con un tacto bastante normalito. Lo mismo ocurre con los asientos, demasiado básicos. Tienen una buena sujeción y son bastante cómodos, pero a su vez podría esperarse un poco más de calidad en su tela y una regulación en altura algo más depurada.
El ahorro como excusa
Como ya os he comentado al principio este es el Serie 3 con menos potencia de toda la gama. El 316d equipa un motor diésel de cuatro cilindros y 1.995 cc turboalimentado que entrega una potencia máxima de 116 CV a las ruedas traseras.
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Está asociado a una cambio manual de seis velocidades de tacto exquisito con el que consigue acelerar de 0 a 100 km/h en unos justos 10,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 202 km/h. Unas prestaciones difíciles de asimilar teniendo en cuenta la aclamada deportividad característica de la marca alemana.
En términos de consumos y emisiones de CO2, BMW ha conseguido homologar una media de 4,3 litros cada cien kilómetros, una cifra a la que tras mi prueba de una semana tuve que sumarle un litro más (5,3 l/100 km), y unas emisiones de 114 g/km de CO2. Pensándolo fríamente, 5,3 l/100 km es una cifra bastante respetable para una berlina de este tamaño, con casi 1.500 kilogramos de peso, a la que reconozco que he tenido que apretar de vez en cuando para comprobar como respondía. Por lo tanto, y con el modo Eco Pro activado, no me extrañaría que se pudiese llegar a bajar de los cinco litros.
Falta sal y pimienta
Este 316d es como un buen entrecot al que se han olvidado de sazonar (puede cambiarse por otro manjar que guste más, no hay problema). Imaginaros que te llega el plato con ese trozo de carne humeante a la mesa. Lo cortas con ansias de devorarlo, te llevas el primer trozo a la boca y compruebas que le falta algo, está soso, le falta sal y pimienta.
A este Serie 3 le pasa lo mismo. Lo ves por fuera y gusta, pero al arrancar el motor mediante el botón de encendido, sin insertar la llave, compruebas que hay algo que no cuadra. Al ralentí el traqueteo del diésel es bastante acusado, algo que a este nivel me sorprendió muchísimo.
Una vez en marcha va algo más fino y no es tan ruidoso como en parado, pero se aprecia una clara falta de brío. El motor es capaz de mover sin problemas todo el conjunto, pero olvidaros de conducciones deportivas porque este es el Serie 3 que menos sensaciones transmite. Se trata de un modelo para ir del punto A al B, tranquilamente, sin tener que acudir a la gasolinera tan a menudo y eso si, de forma cómoda.
Es un motor un perezoso, al que le cuesta un poco subir de vueltas. Un detalle que queda en segundo plano gracias a un par motor de 260 Nm disponible entre las 1.750 y las 2.500 rpm. De esta forma se puede circular tranquilamente por debajo de las 2.000 vueltas sin acusar demasiada falta de potencia.
En cuanto a la calidad de rodadura se refiere pienso que la sexta generación ha perdido algo de agilidad respecto a la anterior, dejando paso a una conducción más confortable. El tarado de las suspensiones me atrevería a decir que está más enfocado al conductor que va a realizar largos viajes antes que al que va a efectuar una conducción deportiva por carretera. Toma las curvas bastante plano, pero no tanto como antes, dejando balancear un poco la carrocería pero filtrando muy bien las irregularidades de la carretera.
Antes he mostrado mi disgusto con el tacto físico del volante, comentando que no era ni mucho menos tan agradable como el que probé hace ya casi dos años. Pues bien, no tengo nada que reprocharle a la dirección, todo lo contrario, me ha encantado. Más con el modo Sport que con el Comfort, pero para gustos colores. El guiado es tremendamente preciso y transmite mucha información de la calzada. Un hecho que se está perdiendo últimamente en la mayoría de nuevos modelos.
Quiero un Serie 3
Está claro por lo tanto que este modelo va dirigido al cliente que quiere un BMW, pero no un BMW cualquiera, no no, al que sabe que quiere un Serie 3 y no es que le sobre el dinero precisamente. Su precio está ligeramente por debajor del de su competencia directa con similar motorización: Audi A4 2.0 TDI 120 CV (31.750 €) y Mercedes-Benz Clase C C180 CDI (32.625 €). Aunque será difícil no equipar ningún extra opcional para hacerlo un poco más atractivo.
Nuestra unidad de pruebas, que como comentamos parte del acabado base (30.700€), incorporaba algunos elementos opcionales que muchos modelos de otras marcas ya llevan de serie, como el control de crucero (1.220 €), los sensores de lluvia (149 €), los faros de xenón (809 €) con lavafaros (307 €), además de las llantas de 17 pulgadas (1.199 €), el sistema de navegación Business (1.814 €) y la calefacción de los asientos delanteros (423 €). Todo ello hace que el coche que hemos probado, sin estar para nada demasiado equipado, cueste ya más de 35.000 euros.
Sinceramente, me parece un poco caro para lo poco que ofrece. Pero aún y así pienso que debe llevarse una nota media cercana al notable. Porque sí que es verdad que no todo el mundo puede, ni quiere, acceder a las variantes más potentes de la gama, y es por esto que no me parece tan mala esta variante de 116 CV. Además mueve bien al coche, y aunque no tiene unas prestaciones demasiado deportivas, lo compensa con unos consumos ajustados que deberán apreciarse por los que van a hacer muchísimos kilómetros al año.
Hola buena, no entiendo mucho del tema pero este modelo en concreto el e90 316d daba fallo en la cadena, es decir se rompía?