BMW acaba de poner a la venta su nuevo Serie 8, modelo deportivo de alta gama de dos puertas y cuatro plazas, que sustituye al anterior Serie 6. De momento, llega en dos versiones, una con motor diésel llamada 840d xDrive que se vende por 112.600 euros y otra de gasolina M850i xDrive comercializada a un precio de 140.000 euros. A la carrocería cupé presentada ahora le seguirán un descapotable (más información en este enlace) y, más adelante una variante Gran Coupé de cuatro puertas así como versiones de altas prestaciones M8 para las tres carrocerías.
Este nuevo modelo de BMW llega para competir con otros cupés de cuatro plazas ya disponibles en el mercado. Se trata de un segmento muy elitista, que concentra pocas ventas pero en el que BMW ha estado siempre presente. Sus principales rivales serán el Mercedes Clase S Coupé (más información en este enlace) y el Maserati Granturismo (Más información en este enlace).
La versión de gasolina M850i xDrive tiene un motor de gasolina de 8 cilindros en V de 530 CV de potencia mientras que el diésel monta un propulsor de seis cilindros en línea que propone 320 CV. Ambos se ofrecen únicamente con cambio automático de 8 velocidades con levas tras el volante de serie y tracción integral xDrive. El M850i xDrive monta además un diferencial trasero electrónico bloqueable para sacar un mayor partido a la transmisión. La marca anuncia un consumo de combustible de 10,5 litros de media para la versión de gasolina y de 6,2 litros para el diésel.
El motor de gasolina tiene 4,4 litros de cilindrada y es una evolución del anterior de idéntico cubicaje. Respecto a aquel, ha ganado 68 CV de potencia. Los 750 Nm de par máximo están disponibles entre 1.800 y 4.600 rpm lo que le permite reivindicar una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 3,7 segundos. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h. de manera electrónica.
El diésel, por su parte es un tres litros con un par máximo de 680 Nm, que está disponible desde 1.750 rpm. Este motor recurre a turboalimentación de varias etapas y sus características de rendimiento permiten una velocidad crucero relajada a bajas revoluciones, y una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4,9 segundos. El sistema de control de emisiones, que incluye el catalizador SCR con inyección de urea, cumple con el estándar Euro 6d-TEMP.
En la toma de contacto pude conducir brevemente la versión diésel y me pareció un coche tremendamente confortable, pensado para largos viajes en autopista y capaz de ofrecer además un comportamiento bastante deportivo -aunque para nada radical- en carreteras de segundo orden. Pronto podremos probar más a fondo este modelo y realizar una prueba en video del mismo.
Diseño muy atractivo
El diseño exterior del coche es muy atractivo. Bastante más equilibrado que el del anterior Serie 6, es muy elegante, con un frontal que da prioridad a los clásicos riñones de la marca, de gran tamaño y, de nuevo, separados de los faros (de LED de serie y de tipo láser en opción), y a las generosas tomas de aire en el faldón delantero. Lateralmente está muy trabajado, con numerosas líneas y planos que estilizan su aspecto y en la trasera, más recargada, destacan unos pilotos muy finos, horizontales, una tapa del maletero con una prominente salida y una zona baja con grandes salidas de escape. Las llantas de serie son de 20 pulgadas en el gasolina y de 19 en el diésel.
El Serie 8 mide 4,843 metros de largo por 1,902 de ancho y 1,341 de alto y tiene una generosa distancia entre ejes de 2,82 metros. La marca ofrece desde el lanzamiento un paquete opcional M-Sport para dar un mayor atractivo al aspecto exterior del vehículo así como un paquete de carbono que ofrece un techo de plástico reforzado con fibra de carbono y la sustitución de las carcasas de los retrovisores, las rejillas de las tomas de aire, el alerón trasero y el difusor por otros también de carbono.
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BMW ha trabajado mucho la aerodinámica del coche que tiene un piso inferior plano y sin elementos que generen turbulencias. Asimismo, las entradas de aire frontales se abren y se cierran automáticamente en función de las necesidades de refrigeración y una serie de cortes con entradas y salidas de aire en la carrocería generan un efecto aerodinámico que reduce la resistencia al aire ayudado, también, por los finos montantes de los retrovisores.
Habitáculo muy lujoso
En el interior encontramos un salpicadero que bebe del minimalismo habitual en los coches de la marca pero que presenta una calidad de ejecución y de materiales muy elevada. La instrumentación del coche es totalmente digital y puede configurarse a gusto del conductor igual como el head up display, de proyección directa sobre el parabrisas, en color y de serie en ambas versiones. Todo ello se completa con la pantalla central de 12,3 pulgadas, de altísima definición y que se maneja mediante un dial giratorio, una solución que ya tiene unos años pero que nos parece la más adecuada para moverse entre los menús pese a que la pantalla sea táctil.
Los asientos deportivos, los paneles de las puertas y la parte alta del salpicadero están tapizados en cuero de serie exactamente igual que el volante. Los asientos traseros, más amplios que los del Serie 6 tienen un acceso igual de complicado que los de aquél (no es muy recomendable ni para personas muy altas ni para las que no tengan una buena flexibilidad). Estos asientos, para dos ocupantes, pueden abatirse en proporción 50:50 para incrementar la capacidad del maletero que es de 420 litros.
Entre las opciones de equipamiento que permiten personalizar el interior destacamos los apliques de cristal sobre el pomo del cambio, las inserciones decorativas en la consola, que pueden ser de aluminio pulido, carbono o madera, y elementos de confort como la llave Display Key, el sistema de carga inalámbrica para smartphones, los asientos climatizados y con masaje o un sistema de sonido de alta fidelidad Bowers & Wilkins Diamond
El equipamiento de serie incluye la suspensión Adaptive M con amortiguadores controlados electrónicamente. La dirección activa integral, también de serie, reduce el diámetro de giro al maniobrar, aumenta la agilidad y hace que cambiar de carril o trazar curvas a alta velocidad se haga con menos esfuerzo. La función de estabilización de balanceo activa es opcional para el M850i xDrive.
La mayoría de sistemas de ayuda a la conducción, en su mayor parte opcionales, están disponibles para estos modelos, entre ellos el control de crucero activo, el mantenimiento de carril con protección contra colisiones laterales, el sistema de visión nocturna, la advertencia de tráfico cruzado hacia atrás, la advertencia de prioridad y la de dirección prohibida. Además, cuenta con un sistema de aparcamiento automático en el que el coche se encarga del volante pero también de gas y freno y de un sistema que "recuerda" los últimos metros recorridos para dehacerlos cómodamente marcha atrás.
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