Jeep es una marca especial. Para empezar, porque es una de esas pocas cuyo nombre ha trascendido hasta el punto de convertirse en metonimia: cuando necesitamos un pañuelo de papel, pedimos un Kleenex; cuando apetece un refresco, nos ofrecen una Coca-Cola; cuando toca pagar, preguntamos si admiten Visa; y cuando alguien sueña con tener un verdadero todoterreno, (probablemente) sueña con tener un Jeep.
Pero la firma estadounidense también se ha hecho especial por ser una de esas pocas que, además de clientes, cuentan con fervorosos seguidores. Como Ferrari o Porsche en los coches, como Ducati o Harley Davidson en las motos, y como Apple o… Apple en la electrónica de consumo, Jeep ha desarrollado una imagen que evoca no ya un estilo de producto sino un estilo de vida.
La gran cita europea del 'Jeep Owners Group'
No es de extrañar, pues, que a lo largo de las últimas seis décadas se haya venido celebrando toda clase de reuniones de propietarios a lo largo y ancho del planeta; y muy especialmente en el país de origen de Jeep. Pero no fue hasta 2014 cuando la propia marca decidió implicarse en tal medida “al otro lado del charco” y crear el Jeep Owners Club, entidad de carácter oficial que en su corta existencia ya ha logrado reunir a más de 110.000 socios de 24 países de Europa, Oriente Medio y África.
Desde su inicio, el Jeep Owners Group se ha convertido para los propietarios y entusiastas en un punto de encuentro no solamente virtual sino también real, muy real: de hecho, ya son cuatro las ediciones celebradas del Camp Jeep, la gran concentración europea organizada por el JOG. Después de visitar Italia, Francia y España, el Camp Jeep 2017 se trasladó este año a Alemania; y de allí hemos regresado esta semana tras participar en esta interesante experiencia que tuvo lugar los pasados 24 y 25 de junio en las instalaciones de Teltow Fläming Ring, al sur de Berlín.
Como es de recibo, las principales actividades del Camp Jeep tienen que ver con la conducción off-road. Bajo la atenta mirada de los instructores de la Jeep Academy, los participantes pudieron recorrer con sus vehículos diferentes circuitos de diversa complejidad; y por lo que tuve ocasión de comprobar, ninguno de ellos era básico precisamente. Jeep presume de otorgar a sus automóviles (SUV incluidos) un marcado carácter todoterreno; y desde luego ése era un recorrido clave para regresar al punto de partida sin desperfectos.
Renegade, Compass y Wrangler: tres 4x4 bien distintos
Recorrí el trazado más sencillo al volante del Jeep Renegade Trailhawk, la variante más campera del Jeep más urbanita; y debo reconocer que me sorprendió gratamente. Siendo como es un coche bastante correcto para conducirlo en carretera, con suspensiones relativamente firmes y un tacto algo seco en general, no esperaba grandes cosas de él en un trazado tan abrupto como el que preparó la organización, lleno de enormes baches, bancos de arena, desniveles pronunciados y abruptos cambios de inclinación. Pero esta versión Trailhawk, con sus 3,5 cm extra de altura al suelo, mayores recorridos de suspensión y paragolpes rediseñados, fue capaz de superar todos y cada uno de los obstáculos que encontró a su paso. Rechistando, sí, pero los superó. Dando algún salto y respondiendo con cierta brusquedad, pero los superó. -En estos enlaces encontraréis toda la información sobre el Jeep Renegade Trailhawk y nuestra prueba del más civilizado Jeep Renegade 4x4 Limited-
A continuación decidí aventurarme por zonas más complicadas al volante del nuevo SUV compacto de la marca, el Jeep Compass -modelo del que Jaume Gustems ya nos ha traído esta primera prueba en vídeo-. Al igual que en el caso del Renegade, la variante provista por la organización era una Trailhawk, mejor preparada que la estándar para salir al campo con sus 2,5 cm más de altura libre, recorridos largos de suspensión, paragolpes específicos, transmisión Jeep Active Low con relaciones cerradas, control de descensos y bloqueo de reparto de par entre los ejes. Este conjunto de mejoras convierte a un SUV polivalente como el Compass en un vehículo más cercano por concepto a un todoterreno y, por tanto, más eficaz a la hora de sortear cualquier eventualidad.
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Así se explica que pudiésemos afrontar pendientes imposibles, grandes inclinaciones laterales, cruces de puentes de esos que asustan al llegar y roderas en las que muchos otros SUV habrían “empanzado”. No me considero ni mucho menos un experto en vehículos 4x4, pero sí he tenido la suerte de probar casi todos los todocamino que están a la venta; y visto lo visto, el Jeep Compass Trailhawk es uno de los mejores, siempre que no demos prioridad al uso asfáltico ni tampoco busquemos un verdadero todoterreno.
… Porque si lo que buscáis es un verdadero todoterreno, para eso está el Wrangler, un especialista que lleva muchos años situado entre la élite por méritos propios. Un coche aparentemente indestructible y duro como él solo, tanto en el buen sentido como en el malo. Un coche capaz de transitar sobre rocas descomunales como quien da un paseo entre las flores, y equipado con unos mandos de modo 4x4 y reductora para los que hay que hacer gimnasia antes de usarlos. Un coche que te da plena confianza al trepar una montaña y que te la roba en la autopista. Un 4x4 de los de antes, al fin y al cabo. Durante los dos días que estuve por Berlín, lo conduje por ciudad, por carretera y por los circuitos más canallas del Teltow Fläming Ring; y qué puedo decir: a su volante, odiarás el asfalto y amarás el fango. De sus luces, sombras y extremos nos habló hace tiempo Joan Dalmau en esta videoprueba del Wrangler Rubicon 10th Anniversary que sin duda os encantará.
Las actividades relacionadas con la conducción incluyeron cursos teóricos y prácticos impartidos por la Jeep Academy, además de la posibilidad de rodar en un circuito de asfalto a los mandos del poderoso Grand Cherokee SRT con motor HEMI V8 6.4 de 548 CV. Y no olvidemos tampoco que en el mundo del todoterreno el apartado de la personalización tiene un gran peso específico. En este sentido, el fabricante especializado Mopar (perteneciente como Jeep al grupo FCA) exhibió en su stand una edición especial del Jeep Wrangler pintada en un llamativo color azul y equipada con el Mopar One Pack, un conjunto de mejoras orientadas a lograr máximo rendimiento fuera del asfalto sin impedir que el vehículo conserve su homologación para el uso en carretera.
Entre Jeep's, entre amigos y en familia
Queda claro que los conductores tuvimos mil y una ocasiones de pasarlo bien; pero en cualquier caso, el Camp Jeep es un evento de carácter familiar en el que los inscritos pueden disfrutar de otras muchas actividades al aire libre. Por poner unos ejemplos, las 300 hectáreas destinadas a la cita de este año brindaron la oportunidad de practicar el juego de la soga (no seáis malpensados: se trataba de hacer que dos equipos tirasen de un Jeep Wrangler, cada uno desde un lado, con el objetivo de llevarlo más allá de una marca fijada), navegar en kayak, montar en las bicis de montaña provistas por Canyon, probar las mejores carnes a la barbacoa y bailar al son de las sesiones DJ. Los más pequeños también jugaron con bicis a medida, mini-SUV a pedales y coches teledirigidos.
Regreso de este viaje Alemania con dos gratos recuerdos. Primero, el de la experiencia adquirida; y segundo, el de las caras de felicidad de padres, madres e hijos. Y me da en la nariz que, cuando estos niños comiencen a soñar con su propio todoterreno, (probablemente) soñarán con un Jeep.