Cupra se relanza ¿para sustituir a Seat a medio plazo?

Cupra presentó anoche en el circuito de Terramar en un espectacular evento en el que celebró su cuarto aniversario, tres nuevos modelos que se lanzarán en los años 2024 y 2025, un SUV de combustión llamado Terramar, el SUV deportivo 100% eléctrico Tavascan, ya anunciado de manera conceptal en 2019 y el UrbanRebel Concept, un coche eléctrico del segmento B que será el último en llegar.

El presidente de Cupra, Wayne Griffiths explicó que Cupra pretende duplicar este año sus ventas, su facturación y su red de concesionarios. Hay que tener en cuenta que en 2018, la marca facturó 430 millones de euros y que en 2021 esa cifra alcanzó los 2.200 millones. De acuerdo con los cálculos del presidente, Cupra debería facturar este año más de 4.000 millones y la marca aspira a vender 500.000 coches al año y a entrar en nuevos mercados y en nuevos segmentos.

En el primer caso, después del lanzamiento en países como México, Israel y más recientemente Australia, Cupra prepara nuevas operaciones en otros mercados en expansión mientras que, en el ámbito de los futuros modelos, la marca presentó el martes tres nuevos modelos que se comercializarán en 2024 y 2025.

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El primero es el Terramar, un SUV de unos 4,5 metros de largo, que será el último modelo de la marca con motores de combustión, aunque existirá en versiones híbridas enchufables para las que Cupra anuncia una autonomía en modo 100% eléctrico de alrededor de 100 km. Este coche se fabricará en Hungría, en la planta de Audi de Györ y tendrá, por lo tanto, toda su plataforma y sus motores compartidos con la próxima generación del Audi Q3.

En la gama Cupra este coche debe sustituir al Cupra Ateca y demuestra el cambio de planteamiento de la marca Cupra con respecto de Seat, ya que el Ateca es un coche desarrollado y fabricado por Skoda mientras que el Terramar se producirá en una fábrica de Audi y se ha desarrollado en paralelo a uno de los modelos estrella de la firma de los cuatro aros.

El otro coche que se presentó como modelo definitivo es el Tavascan, ya anunciado de manera conceptual y que se mantendrá muy fiel al prototipo presentado en el año 2019. Este será un SUV deportivo 100% eléctrico que utilizará la misma plataforma que el Cupra Born y del que se ofrecerán diferentes variantes de potencia. Emparentado con el Volkswagen ID5, el Audi Q4 e-Tron y el Skoda Enyaq Coupé, se fabricará seguro fuera de España.

Con este coche, el segundo 100% eléctrico de la marca, Cupra se consolidará como la marca eléctrica anunciada, aunque el lanzamiento del Terramar asegura la permanencia de modelos de combustión, al menos hasta 2028.

El tercer coche presentado, éste para 2025, es el Cupra UrbanRebel Concept, el sustituto eléctrico del Seat Ibiza. Se trata de un coche eléctrico de 4,03 metros de longitud que utilizará la plataforma compacta eléctrica del grupo Volkswagen y que se fabricará en la planta de Martorell junto a otros modelos del grupo con la misma plataforma. Las baterías se producirán en la planta que el grupo alemán construirá en la localidad Valenciana de Sagunto.

Este coche cuyo nombre definitivo no se ha hecho público todavía, podría tener un hermano, a falta de aprobación definitiva, con carrocería de tipo SUV para ocupar, a la larga, el puesto del Seat Arona, siempre en versión eléctrica. Este segundo modelo se produciría en la planta de Volkswagen de Navarra, que también fabricará modelos con esta misma plataforma para la propia marca alemana y tal vez para Skoda.

Pero Cupra no se quedó ahí y permitió que los 600 asistentes al evento de Terramar, viéramos durante unos instantes, los rediseños frontales de los 3 modelos que actualmente componen la gama de la marca, es decir, el Cupra León, que recibirá un rediseño que le alejará visualmente de su hermano de Seat, el Formentor, que también tendrá una estética distinta del modelo actual y el Born, del que apenas se acaba de producir el lanzamiento comercial y que ya tiene listo su restyling de media vida.

¿Qué pretendía Wayne Griffiths mostrando públicamente todo el plan de producto de la marca hasta 2025?

Pues posiblemente, perseguía varios objetivos. El primero demostrar que cuatro años después de su nacimiento, Cupra va muy en serio, que tiene muy clara su hoja de ruta y que prepara un auténtico alud de novedades para los próximos años. En segundo lugar, tranquilizar a su red de concesionarios, sobre todo en España, que ven con preocupación las noticias del fin de la marca SEAT y que, con una Cupra potente capaz de vender medio millón de coches al año, tienen su futuro mínimamente asegurado. Y finalmente, y ¿por qué no? sacar pecho por los resultados de su gestión como presidente de la marca -no olvidemos que Griffiths es presidente de Cupra desde el primer día y que presentó durante el evento a Tonino Labate, director de estrategia de la marca, como cofundador de la misma- y marcar perfil propio frente a todos los que siguen recordando que la idea de Cupra fue de Luca de Meo.

Explicado todo esto, os preguntaréis cómo queda Seat de cara al futuro después de la demostración de fuerza de su marca hermana, llamada ahora ya sí y claramente a sustituirla en el mercado y porqué el grupo Volkswagen ha tomado esta decisión, todavía no confirmada pero que es un secreto a voces.

Hace tres años hicimos un video en el que explicábamos que ambas marcas tenían un futuro por delante y en ese momento era cierto. Los cambios en la industria del automóvil provocados por la pandemia y la electrificación, en este último caso con el consiguiente encarecimiento de los diferentes modelos, han llevado a las marcas a cambiar radicalmente de estrategia y ahora en lugar de buscar volumen y de intentar vender más que nadie, todas se han refugiado en una nueva estrategia que busca vender menos, pero ganar más dinero con cada uno de los coches vendidos.

Este cambio estratégico y de objetivos y la obligada sustitución de la tecnología convencional por la electrificación han facilitado que el grupo Volkswagen haya tomado la decisión, insisto, no anunciada todavía, de eliminar la marca Seat y apostar por Cupra.

Con SEAT, a la que le queda todavía un lustro de vida como mínimo y que se mantendrá activa mientras existan coches de combustión, terminará una época de la industria automovilística, mientras que con Cupra, una marca joven y sin una historia que respetar, lo que le da una gran libertad creativa y de mercados, debería consolidarse la presencia, al menos de manera espiritual, de una marca española en el concierto internacional, lo que, visto así, no es nada malo.

El Grupo Volkswagen ha intentado durante años dar a Seat un papel específico dentro del grupo, algo que no ha conseguido nunca. Seat ha sido siempre una marca generalista, muy difícil de encajar en un conglomerado de marcas en la que Volkswagen, que también es una marca generalista, es absolutamente intocable y en el que el papel de marca práctica, funcional y económica se asignó, desde la última década del siglo pasado, a la checa Skoda, muy consolidada en los países del este de Europa y que se ha expandido en mercados claramente low cost como los de China y la India.

Seat tiene una presencia importantísima en España, pero, pese a contar con excelentes productos en las últimas dos décadas, su crecimiento en Europa parecía haber tocado techo. La marca alcanzó ese medio millón de unidades anuales que reivindica Cupra para su futuro, a duras penas y con la ayuda precisamente de los primeros Cupra, que desde el principio fueron un éxito comercial importante.

La sustitución de una marca por otra tiene una evidente justificación en base al comentado cambio de paradigma de los grupos industriales que han cambiado volumen por rentabilidad, pero también puede entenderse desde el punto de vista del marketing. En los últimos años el grupo Volkswagen dio a SEAT una orientación de marca joven, conectada y deportiva y trabajó en todo el mundo, la relación de la marca con Barcelona, su ciudad de origen, y que tiene un gran cartel en todo el mundo como ciudad mediterránea, multicultural y de diseño.

Esta orientación encajaba poco en una marca generalista, muy condicionada por su gama de modelos, muy centrada en el mercado español y que lo tenía difícil para entrar en determinados mercados nuevos, como por ejemplo el australiano, con unas siglas que en inglés significan asiento.

Esas connotaciones de juventud, diseño, deportividad, nuevas tecnologías, conectividad y Barcelona como origen e inspiración, encajan mucho mejor en una marca del perfil de Cupra, una firma que además dentro del grupo Volkswagen, tiene un mejor encaje al situarse por encima de Volkswagen y por debajo de Audi, marca esta última, que abandonará posiblemente algunos de los segmentos en los que Cupra sí estará presente como, por ejemplo, el del UrbanRebel.

Cambiar Seat por Cupra solo tiene el peligro de que los clientes actuales de ambas marcas son radicalmente distintos y por lo tanto difícilmente se trasladarán de una a otra. Los que compran ahora mismo modelos de Seat pasarán a marcas de la competencia salvo si son muy fieles al grupo y compran un Skoda o un Volkswagen. Mientras, esos 500.000 clientes anuales a los que aspira Cupra deberán llegar obligatoriamente de otras marcas y de otros grupos. Para ello, la marca española apostará decididamente tanto por el diseño, algo que ha quedado plenamente demostrado con los modelos que presentó esta semana, cómo por la deportividad. No en vano todos sus responsables, desde Griffiths al dinámico nuevo jefe de diseño Jorge Díez, no dejaron de señalar la orientación deportiva de la marca, incluso cuando esté por llegar la conducción autónoma, algo que será realidad bastante más tarde que la electrificación completa.

Seat, por su parte, seguirá en activo mientras queden coches de combustión que vender, sobre todo en el mercado español y en otros como los del sur de Europa donde la electrificación avanzará a una velocidad claramente inferior a la de los países líderes en este apartado de la Unión Europea. Luego, posiblemente, desaparecerá, como han desaparecido otras tantas marcas tanto en Europa (Saab y Rover son buenos ejemplos) como en Estados Unidos, donde desde principios de siglo, desaparecieron, entre otras, Oldsmobile, Pontiac, Saturn, Mercury o Plymouth, por ejemplo.

Lo bueno es que, en este caso, y aunque sea por meras razones de marketing, la desaparición de la marca española por excelencia quedará compensada por una nueva marca, que reivindica también sus orígenes, y que pretende vender exactamente los mismos coches que se había puesto como objetivo mínimo de supervivencia. Ahora, en tiempos en que el número de coches vendidos ya no tiene tanta importancia y de lo que se trata es de ganar cuanto más dinero mejor con cada unidad vendida, es evidente que Cupra lo tendrá mucho mejor para consolidarse en este nuevo y competitivo mercado del coche eléctrico de lo que lo hubiera tenido SEAT.

Y esa y no otra es la razón por la que SEAT es el pasado y Cupra el futuro, igual que, nos guste o no, la gasolina es el pasado y los enchufes el futuro.