Cupra Terramar: ¿El último Cupra de combustión?

Cupra ha llamado Terramar a su último modelo, un SUV de tamaño medio de 4,5 metros de largo con el que competirá en el segmento actualmente más potente del mercado. Es un coche que mantiene la estética de los últimos modelos de la marca y que será, probablemente, el último Cupra con motores de combustión y sin versión eléctrica. Se venderá con motores de gasolina, híbridos ligeros e híbridos enchufables.

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El Terramar, nombre del primer circuito permanente construido en España, un óvalo de poco menos de 3 km con dos grandes peraltes en Sant Pere de Ribes, cerca de Sitges, es un SUV de 5 plazas que, en términos de tamaño se sitúa a medio camino entre un Ateca y un Tarraco. En la gama de Cupra viene a ocupar el puesto del Ateca, pero con un planteamiento diferente ya que se trata de un coche más grande y que ofrecerá una gama más amplia de motores. El nuevo Terramar está construido sobre la plataforma MQB Evo compartida con el futuro Audi Q3 y se fabricará en la planta de Audi de Gyor, en Hungría.

El coche mide 4,52 metros de largo por 1,87 de ancho y 1,58 de alto y su distancia entre ejes es de 2,68 metros. Unas dimensiones que le sitúan de lleno en el segmento C SUV del mercado y que son similares a las de modelos como el Ford Kuga, el Toyota RAV-4, el Hyundai Tucson, el Renault Austral, el Peugeot 3008 o el Volkswagen Tiguan.

El diseño frontal sería sorprendente si no hubiéramos visto los morros de los renovados León y Formentor. La “nariz de tiburón” de ambos la reencontramos en el Terramar igual que reencontramos los tres triángulos que definen la luz diurna en unos faros Matrix LED de alta tecnología.

En el lateral observamos unas llantas grandes (estarán disponibles de 18, 19 o 20 pulgadas), un capó largo y plano y una parte trasera muy vertical, signo inequívoco de que Cupra ha buscado que este coche destaque por su habitabilidad. Ah, y desaparecen los pasos de rueda en negro propios de los SUV, una moda que parece remitir ya que el Terramar no es el primero que prescinde de ellos.

En la trasera destacan el difusor y, sobre todo, el tratamiento de la luz. El logotipo de la marca está iluminado en el centro de una franja de luz horizontal, pero para encontrar el nombre del modelo hay que irse al piloto trasero y encontrar una pequeña referencia en el lateral. El Terramar, como el resto de los modelos de la marca, antes que un Terramar, es un Cupra.

No creemos que nadie se sorprenda con el diseño de este coche ya que aplica las últimas tendencias de la marca a un segmento en el que hay una gran competencia y donde es realmente difícil destacar si se quieren respetar las proporciones y la habitabilidad propias de un SUV. La personalización estará, como siempre, en los nueve colores de carrocería, dos de ellos mate y el resto, rollo Cupra, es decir, un blanco, un negro, dos azules metalizados y un montón de grises oscuros.

El interior es muy deportivo, como corresponde a un Cupra. Asientos de tipo baquet, tapicería en materiales reciclados y pieles, cuando las hay, con tratamientos vegetales en el proceso de curtido, volante con levas y consola orientada al conductor sin la espectacular espina dorsal que vimos en el Tavascan y que aquí se interpreta de una forma menos extrema.

Pantalla de 10 pulgadas para la instrumentación, pantallón de 12,9 para el equipo de información y entretenimiento, con un software que se ha mejorado mucho con respecto del precedente del Grupo Volkswagen (lo que no era muy difícil, dicho sea de paso) y el añadido opcional de un head-up display de proyección en el parabrisas. La pantalla principal tiene los mandos iluminados y el climatizador sigue dentro de la pantalla, pero de manera más accesible y con menos pasos. Sigue sin gustarnos, pero nos vamos acostumbrando. La pantalla, por cierto, es de 12,9 y no de 15,9 como en el Tavascan y lo cierto es que con ésta basta.

Y por lo que respecta a la posición de conducción, buen apoyo para la pierna derecha, aunque sin estar acolchado, buen encaje en los asientos y una posición a lo SUV, bastante elevada, pero que conserva una sensación de deportividad gracias al cockpit envolvente. De calidad no vamos nada mal, en la línea de la marca. No es un coche premium, pero no desentona frente a los generalistas venidos a más. Y tiene, por supuesto, las inserciones en color Copper, o sea, en color cobre, en diferentes elementos decorativos, en el logo y en las costuras de los tapizados.

La marca ofrecerá tres ambientes interiores con nombres muy sugerentes para los que dominen el inglés, naturalmente: Deep Ocean, en color azul oscuro con material hecho con plásticos marinos recuperados, Moon Light, en gris oscuro con un tejido también con un alto porcentaje de reciclado y High Canyon, en color burdeos oscuro y cuero natural. El cargador inalámbrico, ahora de 15 watios, el sistema de sonido opcional Senheisser y la aplicación My Cupra para controlar el vehículo se unen en el equipamiento a toda una pléyade de ayudas a la conducción, tanto obligatorias como opcionales

Las plazas traseras son amplias y disponen de una banqueta deslizante partida, de modo que podemos gestionar el espacio interior para acercar a los niños en sillita y ganar maletero, por ejemplo. Lo que no se entiende muy bien es que la banqueta no sea más ancha teniendo en cuenta que queda hueco. En los laterales hay unos pequeños huecos para objetos que nadie usará jamás y que permitirían hacer una banqueta más ancha y cómoda para tres plazas. Además, el módulo central es bastante intrusivo, lo mismo que el túnel de transmisión. Espacio en distancia y en altura buenos, pero en anchura, solo para dos.

El maletero cuenta con apertura eléctrica y ofrece una excelente capacidad que va de los 540 a los 630 litros en función de donde coloquemos la banqueta trasera deslizante. Esta capacidad se consigue sumando el doble fondo, dotado de un piso muy robusto que se utiliza también para cubrir el doble fondo de las versiones PHEV que, en este caso, no es utilizable. Los híbridos enchufables, con la batería bajo el piso elevado, tienen una capacidad de entre 400 y 490 litros.

Primera constatación; adiós al diésel, que todavía tiene una cierta presencia tanto en el segmento como en la marca ya que Formentor y León lo mantienen. El Terramar no. Motor de acceso: 1.5 e-Tsi, es decir, con hibridación ligera y, por lo tanto, etiqueta Eco. 150 CV y caja de cambios DSG de doble embrague y 7 marchas. No, no habrá ningún Terramar con cambio manual. El motor eléctrico, movido por una batería de 48 voltios permite que el coche avance sin el motor de combustión en situaciones muy concretas y asiste en determinados momentos al motor de gasolina. Sin más.

Los motores de gasolina son dos variantes del motor TSi de 2 litros del Grupo Volkswagen con 204 y 265 CV respectivamente, esta última para la versión VZ que significa Veloz, esta vez en español (no está todo perdido). En ambos casos, cambio DSG y tracción a las cuatro ruedas, pero solamente con la etiqueta C de la DGT cuando el híbrido ligero tiene la Eco.

Y finalmente, los híbridos enchufables que tienen unas potencias similares con 204 y 272 CV. El motor es el 1.5 Tsi de gasolina de 150 o 177 CV y hay un motor eléctrico de 119 CV alimentado por una batería de 19,4 kWh con la que el Terramar anuncia, atención, una autonomía en modo 100% eléctrico de más de 100 km. Estas dos versiones lucirán la etiqueta Cero de la DGT y su batería puede recargarse hasta a 50 kW en corriente continua y hasta a 11 en alterna facilitando, por lo tanto, un uso más frecuente en eléctrico en los viajes ya que, por ejemplo, al parar a comer podemos recargar la batería rápidamente en un cargador rápido.

El chasis es el MQB Evo con McPherson delante y multibrazo detrás para todas las versiones. Cupra habla en su dossier de que existe una suspensión deportiva con una rebaja de la altura libre al suelo de 10 mm y que es de serie en todas las versiones. Si es así, no debe de ser una suspensión deportiva sino la suspensión de serie por cuanto no existe otra y no debe tener 10 mm menos ya que no hay versiones con 10 mm más. ¿No os parece? Cosas de la gente de marketing.

En cualquier caso, el Terramar será un coche con un chasis puesto a punto para ofrecer una conducción eficaz. Lleva dirección progresiva de serie, un servofreno eléctrico con una acción más rápida, está disponible en 4x4, aunque solo en gasolina y dispone del chasis adaptativo, es decir, con suspensión pilotada con amortiguadores de doble válvula. El colofón lo ponen los frenos Akebono con pinzas de seis pistones y discos perforados más grandes disponibles para las variantes VZ que son la de gasolina de 265 CV 4x4 y la híbrida enchufable de 272 CV. En ambas, y además de los diferentes modos de conducción, se podrá desactivar del todo el ESP.

Por cierto, que puesto que Cupra patrocina la America's Cup que se celebrará en Barcelona, se pondrá a la venta una serie limitada de alrededor de 1.300 unidades (no se ha concretado el número) del Cupra Terramar America’s Cup en color gris mate, llantas negras de 20 pulgadas, interior negro de cuero y el logo de la copa del América tanto en el pilar B como en la etiqueta de los asientos. Disponible solo con los motores más potentes de las variantes VZ.

Junto con el Formentor, el Terramar debe de ser el Cupra de mayor venta en Europa, sobre todo en aquellos países donde la marca está tirando fuerte, como Alemania, Suiza, Gran Bretaña o Escandinavia. En cualquier caso, es un coche menos espectacular que un Formentor o un Tavascan, porqué es un coche más convencional, más adaptado al segmento de mayor venta y más orientado a un uso familiar. Y ese tipo de uso condiciona el diseño, pero permite ofrecer una habitabilidad y un maletero en línea con sus mejores competidores.

Frente a ellos, la personalidad de todos los Cupra; colores que parecen sacados de la sala de armas de Juego de Tronos, interiores sobrios de orientación deportiva y, sobre todo, una dinámica de conducción que debe situarle como una referencia en el segmento para aquellos que todavía hoy apuesten por un coche dinámico. Y es que 101 años después de la inauguración del circuito de carreras de Terramar, un coche que lleve ese nombre debe ser un coche con alma deportiva. Cuando podamos conducirlo, allá por el mes de octubre, lo comprobaremos.