Deporte y seguridad en un Volvo EX30

Recorremos con un Volvo EX30 las mejores playas cántabras, en las que practicar surf, y algunas de las mejores rutas de montaña para ir en bicicleta de carretera. En el siguiente artículo también aprovecharemos para explicaros como disfrutarlos de una forma segura.

Paralelamente, también hablamos de seguridad en la conducción. Aprovechamos para explicaros como funcionan algunos de los nuevos sistemas ADAS, de seguridad activa y pasiva, que deben montar a partir de este mismo años todos los nuevos coches que se homologuen en Europa.

En la ruta recorreremos un total de 271 kilómetros, y nos llevará a visitar algunos de los lugares más bonitos de Cantabria, empezando por algunas de sus villas marineras y dirigiéndonos después hacia el interior, donde nos esperan los espectaculares Picos de Europa.

Decidimos salir con el Volvo a media carga de batería, un 53%, que nos daba 202 kilómetros de autonomía, más que suficiente para hacer el recorrido del primer día. Aún así, teníamos previsto recargar a medio camino, aprovechando la parada para comer. En la gama EX 30 tenemos dos versiones con distinta potencia y autonomía: Una con 272 CV y otra con 428. El de 428 CV monta dos motores y ofrece 450 kilómetros de autonomía homologada. El de 272 CV tiene un solo motor y ofrece 377 kilómetros o bien, 475 si pedimos la versión de autonomía extendida, con batería de mayor capacidad. En el primer caso, la batería es de 51 kWh . En el segundo, el Extended Range, la capacidad es de 69 kWh. Esta versión con mayor autonomía corresponde a la unidad que utilizamos para la ruta: un Volvo EX30 Ultra Single Motor Extended Range.

Desde Santander, nuestro punto de partida, pusimos rumbo a un destino que se ha convertido en una especie de santuario para los amantes del surf: Suances. En esta localidad de 9.000 habitantes se encuentra una de las playas más queridas por quienes practican este deporte: la de Los Locos.

Cada verano, Suances duplica su población y aunque esto ocurre en buena parte por sus espectaculares playas de arena fina y dorada rodeadas de naturaleza, como la de la Tablía o la Concha, también influye mucho su oleaje, ideal para practicar surf a todos los niveles, lo que atrae a muchas personas que quieren iniciarse, perfeccionar o simplemente disfrutar de esta afición que llega a convertirse en un estilo de vida. La playa de Los Locos, a los pies de un acantilado, es una de las más reconocidas para su práctica, pues está situada en un enclave estratégico que, por las condiciones de viento y mar, permite que el número de días de surf al año sea altísimo, garantizando olas todos los días.

El surf es un deporte lleno de beneficios físicos y mentales, por la relajación que nos aporta el mar. Además, hay un sinfín de escuelas que permiten iniciarse, aprendiendo de profesionales que nos ayudarán hacerlo con seguridad. Una de las más reconocidas es la de Los Locos, que fue una de las primeras de España y cada año y una de las más reconocidas a nivel nacional.

De la misma manera que la seguridad en el deporte, en este caso el surf, ha mejorado en los últimos años, la seguridad en la conducción también ha avanzado notablemente. La industria del automóvil ha investigado y ha introducido sistemas en los vehículos que permiten evitar o minimizar las causas de un posible accidente en carretera.

Los ADAS, o sistemas de asistencia a la conducción son elementos que permiten corregir el error humano para evitar el accidente, reducen la gravedad de las lesiones en el caso de que se llegue a producir el siniestro o aportan información sobre las causas tras una colisión.

Detrás de estas tecnologías están un grupo de radares, Lidar o escáner láser y cámaras que monitorizan en tiempo real todo el entorno del coche. Por ejemplo, un radar frontal situado en el paragolpes delantero, los típicos sensores de aparcamiento, o la cámara en la parte superior del parabrisas. Los ADAS se sirven de esta tecnología para reaccionar en décimas de segundo y actuar ante un posible accidente.

No hay que olvidar que el error humano está detrás del 90% de los siniestros en carretera. Se calcula que si todos los vehículos montasen estos sistemas se reduciría el riesgo de accidente en un 40%. El Volvo EX30, como ejemplo de SUV de última generación, se ha diseñado para incorporar tecnología capaz de hacer funcionar más de 30 sistemas de ayuda a la conducción. Algunos de ellos son obligatorios a partir de este mismo año, como el sistema de frenado de emergencia, el asistente de velocidad inteligente, la alerta de cambio involuntario de carril o el detector de fatiga, entre otros.

Estos son algunos de los sistemas que se activaban o estában funcionando de forma latente mientras nos desplazabamos desde Suances por autovía hacia otro de los destinos imprescindibles en una ruta por Cantabria: Comillas. Situada a tan solo 50 km de Santander, esta villa que alberga ahora una de las mejores universidades de España, esconde algunos secretos que merece la pena descubrir, tanto por su naturaleza como por su arquitectura modernista.

Comillas fue el último puerto ballenero del Cantábrico, Villa de arzobispos, puesto que allí nacieron hasta seis altos cargos de la Iglesia, y lugar de veraneo de gente adinerada Y de título nobiliario a finales del S.XIX. Basta recorrer sus calles para ver reflejado el carácter burgués de la villa, gracias en buena parte a sus palacios.

Y es que el marqués de Comillas, amigo de Alfonso XII, decidió construir aquí lugares a la altura de sus invitados. De ahí que mandara levantar el Palacio de Sobrellano, obra modernista Juan Martorell, que además fue el primer edificio de España con luz eléctrica. Pero esta no es la única joya que aquí puede verse…

Siguiendo el Paseo de Gaudí se llega a un lugar único, El Capricho, levantado entre 1883 y 1885 y obra, ni más ni menos, que, del mismísimo Antonio Gaudí, por encargó del indiano Máximo Díaz de Quijano. Es una de sus pocas obras fuera de Cataluña, de hecho, pero el diseño es inconfundible. Fue una residencia de verano, y aunque Gaudí la diseñó para ser la casa ideal, sufrió numerosas adaptaciones para irse adaptando a los gustos de los ocupantes. Hoy en día es una casa-museo que, sin duda, merece la pena visitar.

Antes de continuar, y aprovechando la parada para comer, pusimos a recargar el coche. Para localizar un punto de recarga, la aplicación Google Assistant, incluida en el sistema operativo del EX30, resulta especialmente útil. Es muy recomendable. Solo hay que hace una rápida consulta mediante una orden de voz y los resultados aparecen de forma inmediata.

El EX30 puede recargar su batería del 20 al 80% en menos de media hora en un terminal de carga rápida de 175 KW. El que hemos utilizado era de 60 kW, de menor potencia. Aún así, tardó en pasar del 35% al 80% de batería en poco más de 30 minutos, y alcanzó el 100% en una hora y cuarto. Tened en cuenta que en el último tramo la recarga reduce su intensidad, se ralentiza.. Y aunque cargamos al 100%, en realidad no es recomendable hacer una sola recarga a tope. Es mejor hacer varias a lo largo de la ruta, dejando la batería al 80% como máximo. Así no se somete la batería a tanto esfuerzo y se gana tiempo.

Con el coche recargado, llegamos al final del día a otro lugar bellísimo en la costa cántabra: San Vicente de la Barquera. Este pueblo marinero fue un importante paso del Camino de Santiago en la ruta costera y fruto de ese pasado, la villa y sus pueblos cuentan con un destacado patrimonio monumental declarado como Conjunto Histórico Artístico. Es el caso del Santuario de la Barquera, situado a la entrada del puerto, lugar en el que según la tradición se apareció la Virgen de la Barquera, patrona del municipio.

Cuentan que la virgen llegó a este lugar a bordo de una pequeña embarcación, sin tripulación, ni velas, ni remeros, por lo que durante siglos se tomó como milagro para señalar la dirección del viento a los marineros. En recuerdo de esto, se celebra la popular fiesta de La Folía, declarada de Interés Turístico Nacional y es una de las más importantes de la región.

La Iglesia de Santa M.ª de los Ángeles, que tardó 3 siglos en construirse, del S.XIII al XVI, adorna el horizonte de este pueblo costero. Románico, gótico montañés… varios estilos arquitectónicos se reflejan en su fachada y su imponente tamaño deja claro el gran desarrollo económico de la villa en la Edad Media.

San Vicente de la Barquera fue nuestra última población en la ruta por la costa cántabra. Después nos desplazamos hacia el interior, hacia las montañas.

En ese momento no llevábamos demasiados kilómetros, pero sí todo el día conduciendo, y había el peligro de entrar en fatiga. Uno de los ADAS imprescindibles en los largos desplazamientos es el detector de fatiga del conductor, que también es obligatorio en todos los coches homologados a partir de este año. Se sirve de una pequeña cámara con un diseño bien integrado en el salpicadero, que está constantemente en alerta, monitorizando la cara del conductor para detectar si se distrae o empieza a dormirse, y en el caso de que esto ocurra, avisar mediante vibraciones en el volante o mensajes sobre la necesidad de hacer una parada. Utiliza un sensor interior y un volante sensible al tacto para monitorizar el estado del conductor.

La carretera que lleva de la costa al interior, en dirección a Picos de Europa, nos permite alcanzar la localidad de Potes atravesando el Desfiladero de la Hermida, que es el mayor desfiladero en longitud de España. Potes está ubicada a los pies de los Picos de Europa, en la confluencia de cuatro valles, y rodeada de un paisaje de montaña que parece sacado de un cuento. Su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural.

De Potes puedes dirigirte a Fuente De por carretera, una ruta magnífica de unos 25 km que poco a poco te lleva al corazón de los Picos de Europa.

O también puedes hacer esta misma ruta en bicicleta, disfrutando del paisaje. El recorrido es relativamente sencillo, con un desnivel acumulado de 800 metros y que requiere un par de horas de ida y vuelta para hacer unos 50 kilómetros. Es un aperitivo de lo que puede llegar a ser hacer los Picos de Europa en bicicleta. Para rodar seguro en bicicleta de carretera es cuestión de utilizar el sentido común. Es recomendable, aunque no obligatorio, utilizar una luz de señalización trasera. Y lo más importante: siempre hay que circular lo más pegado posible a la banda derecha de la calzada, para facilitar que otros vehículos más rápidos nos puedan adelantar sin problema. Y si somos nosotros los que conducimos el coche y encontramos a uno o varios ciclistas, recordad que a la hora de adelantar debe respetarse la distancia mínima obligatoria de 1,5 metros.

Los coches actuales, en cualquier caso, cuentan con avanzados sistemas para prevenir y mitigar una posible colisión contra otros vehículos que circulen por delante, como una bicicleta. El sistema de frenado de emergencia, obligatorio en todos los coches que se homologuen en Europa a partir de ahora, tiene que ser capaz de detectar peatones y ciclistas. En el caso de detectar riesgo de colisión, reduce automáticamente la velocidad del vehículo o bien aumenta la presión de frenado para evitar el accidente. Incluso consigue frenar el coche por completo de forma automática si el conductor no responde. En el caso en concreto de este Volvo EX30 se va un poco más allá al complementar esta tecnología con un sistema de protección contra ciclistas y peatones que puede hacer que el coche se separe automáticamente del ciclista siempre que no rebase las líneas de separación de carril. Y después de dejar atrás la bicicleta, el coche recupera su posición en la carretera. Esto siempre que el conductor no advierta la presencia del ciclista, porque no olvidemos, el que lleva el volante siempre es el responsable de controlar el vehículo. Esta zona de Cantabria es de una gran belleza natural. Moverse en bicicleta por allí es la forma más sostenible de hacer deporte o desplazarse. Sin contaminar, sin ruido, consumiendo solo la energía justa y necesaria. Un coche eléctrico también tiene esa filosofía, digamos, sostenible,, aunque en el caso del automóvil, hay que complementarla con la utilización de un proceso de construcción que persiga la menor huella de carbono posible. Utilizando, por ejemplo, materiales reciclados para su interior y para su construcción. El 25% del aluminio que se monta en este Volvo EX30 es reciclado. Y también el 17% de los plásticos y el acero . En la bicicleta no ocurre lo mismo, aunque todo llegará.

Fuente De es otra de las joyas de la comunidad cántabra. Este lugar de origen glaciar es casi obligatorio para los amantes del senderismo, con rutas tan populares como la del Cares, y para la práctica de deportes de aventura, como escalada y, como ya hemos dejado claro, ciclismo de montaña.

Y sí prefieres venir solamente a disfrutar de la naturaleza y de las impresionantes vistas, aquí encontrarás el Teleférico de Fuente Dé, que es una de las principales atracciones de la zona. Es una excelente manera de salvar un desnivel de 753 metros y llegar a casi 1.823 metros de altitud en tan sólo 4 minutos, para observar con nuestros ojos la inmensidad de este parque nacional.

En Fuente De tomamos la ruta de vuelta a Santander, pero antes… un par de paradas más que nos conectarán con la naturaleza y la historia.

Llegamos a la primera de ellas: Cabezón de la Sal. Nos desviamos ligeramente de la carretera para llegar un impresionante monumento nacional, un bosque de Secuoyas con ni más ni menos que 850 ejemplares. Esta especie no es autóctona, pero fueron plantadas en el entorno del Monte Cabezón en los años 40 para reducir las importaciones de madera. Hoy en día son un remanso de paz y un lugar maravilloso para descubrir a estos árboles gigantes y mágicos que pueden vivir más de 1.000 años y alcanzar los 115 metros de altura.

Su nombre genérico es Sequoia sempervirens y conmemora a Sequoiah, un indio “cherokee” educado en Georgia, que entre los siglos XVIII y XIX inventó un alfabeto para el dialecto de su tribu. Además de ser un deleite para la vista, las secuoyas son famosas por su capacidad de resistencia al fuego; con los incendios naturales ocasionados por las tormentas eléctricas, se queman las plantas que les hacen competencia, abren el bosque para que entre la luz solar y dejan una capa de ceniza rica en minerales que favorece su nutrición. El calor abre sus piñas, lo que deja caer las semillas y ayuda a su reproducción.

La ruta es sencilla, está adaptada para personas con movilidad reducida y, además, hay un aparcamiento cercano, por lo que merece la pena venir a descubrir esta joya de la naturaleza.

Desde aquí tomamos rumbo a Santillana del Mar, la última parada de nuestra ruta. En este pueblo es posible disfrutar de algunas rutas monumentales en las que apreciar sus construcciones medievales, renacentistas y barrocas. Tras la construcción de la abadía de Santa Juliana, en el siglo IX, Santillana comenzó a convertirse en un centro de gran importancia económica y religiosa.

Ni es Santa, ni es Llana ni tiene Mar, pero sin duda, esta villa merece la pena por su rico patrimonio artístico e histórico. Algunos de los primeros asentamientos tuvieron lugar aquí, de ahí la presencia de yacimientos como el de El Cincho, en el cercano municipio de el Yuso, perteneciente a la Edad de Hierro y, por supuesto, las Cuevas de Altamira, uno de los máximos exponentes del arte rupestre paleolítico.

De vuelta a Santander pusimos a prueba otros de los ADAS que a partir de ahora van a ser obligatorios en todos los coches que salgan de una cadena de montaje. Se trata del asistente de velocidad inteligente y la alerta de cambio involuntario de carril. El primero es un control de crucero adaptativo, que es capaz de reconocer los límites de velocidad y ayuda al conductor a no rebasarlos. Mientras que la alerta de cambio involuntario de carril controla la dirección para mantener el coche en su carril, evitando una salida involuntaria por despiste o somnolencia.

Y es que detrás de la mayoría de accidentes están las distracciones. No solo la seguridad activa ayuda a evitarlas. También un buen diseño, por ejemplo, de todos los controles al alcance del conductor, o el de las pantallas que ofrece la información, ayudan a evitar distracciones. Ver toda la información de un vistazo, sin molestos reflejos o destellos gracias a la tecnología de alta definición;

Os hemos hablado en este video de algunos de los sistemas obligatorios en todos los coches homologados en Europa a partir de este año. Pero existen otros, que merece la pena mencionar: la cámara trasera con detección de tráfico cruzado, la alerta de cinturón en las plazas traseras, el control de presión de los neumáticos, la pre-instalación de un alcoholímetro antiarranque o la inclusión de una caja negra, similar a la de los aviones, para registrar datos previos a un accidente. Y entre los no obligatorios, destacaríamos la alerta de ángulo muerto o la alerta de presencia de vehículos o ciclistas al abrir la puerta., entre otros. En los próximos años veremos cómo se van introduciendo nuevos ADAS de forma obligatoria, con el objetivo de incrementar la seguridad de los vehículos y hacer los desplazamientos en carretera más seguros para todos.

Acabamos la ruta en Santander, muestro lugar de partida. Santander es una ciudad que ha servido de colofón a una ruta por Cantabria, aunque hay otras localidades cántabras que también merecen una visita, como Castro Urdiales, Bárcena Mayor o MogroviejoEsta es una región de lugares magníficos inacabables, Y ya habéis visto que con un mínimo de planificación es posible desplazarse con un coche eléctrico como este, cuya autonomía nos deja margen de maniobra.