DFSK 500: Un honesto SUV de primer precio desde 18.495 €

DFSK, marca china del Grupo Dongfeng, lanza en España el nuevo DFSK 500, un SUV de segmento B, de tamaño notable para ese segmento, con un motor de gasolina de 1,5 litros y 106 CV que puede funcionar también con GLP en las versiones adaptadas para ello que vende el importador y que ofrece una notable habitabilidad. Con una calidad percibida correcta y un comportamiento dinámico mejorable, este coche tiene en el precio de venta su principal argumento ya que cuesta desde 18.495 euros (20.719 euros en la versión para gasolina y GLP).

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El DFSK 500 es un coche sencillo que, no obstante, puede ser muy apropiado para personas que busquen un SUV de primer precio con prestaciones modestas, pero con la comodidad del cambio automático, de serie en este coche, y con unas buenas cotas de habitabilidad. Este coche mide 4,35 metros de largo por 1,85 de ancho y 1,65 de alto y pesa 1.485 kilos. La distancia entre ejes es de 2,65 metros y la altura libre al suelo de 19,1 cm. La capacidad de su maletero es de 318 litros, algo justa para un modelo de su tamaño. Las versiones de GLP prescinden de la rueda de recambio que queda debajo del falso piso al situar en ese espacio el depósito toroidal necesario para el almacenamiento de este combustible.

El coche monta un motor de cuatro cilindros atmosférico de 1,5 litros ya utilizado en otros modelos de la marca que rinde 106 CV. No tiene ningún tipo de hibridación, de modo que tiene la etiqueta C en sus versiones solo de gasolina y la Eco en las de GLP. Este motor va acoplado en todos los casos a una caja de cambios de tipo CVT con seis leyes de paso prefijadas. El importador ha pedido al fabricante unidades con caja manual, pero de momento no las ofrece.

Las prestaciones son limitadas para un coche de este tipo con una velocidad punta de 165 km/h., una aceleración de 0 a 100 km/h. en 8,9 segundos (bastante correcta) y un consumo medio elevado de 8,3 litros a los 100 km. Nuestro consejo es que, teniendo en cuenta este consumo, se opte por la versión de GLP ya que su amortización, debido al menor precio del combustible, será relativamente rápida al existir apenas 2.200 euros de diferencia de tarifa.

El chasis es el habitual en este tipo de modelos de este segmento. Tiene tracción delantera, suspensión delantera independiente McPherson y trasera por barra de torsión con frenos de disco en ambos ejes (los delanteros ventilados) y llantas de aleación ligera de 16 pulgadas calzadas con neumáticos en medida 205/65.

Estéticamente el coche es un SUV al uso, con una parrilla delantera de notables dimensiones donde se encuentra el logotipo de la marca y que se cierra por debajo con un filete cromado, faros grandes, que son de LED en la versión más equipada de las dos que se ofrecen y un adorno transversal en la parte inferior que puede cambiar de color (plata o rojo) según la versión elegida. La marca ofrece cuatro colores: rojo, azul, blanco y negro, para la carrocería.

En el lateral destaca una línea de cintura ascendente con una moldura cromada en la base de los cristales y el pilar trasero en color negro para generar la habitual impresión de techo flotante. Los pasos de rueda tienen el habitual reborde protector en plástico negro de los SUV mientras que en la trasera destacan los pilotos horizontales, el alerón sobre la luneta y la anchura del portón, que ocupa todo el espacio trasero y que obliga a duplicar las luces incluyendo las de posición justo encima del parachoques ya que al abrir el portón trasero las luces principales desaparecen y, por legislación, deben duplicarse.

El diseño del salpicadero es sencillo, pero atractivo, la sensación de calidad de los materiales es correcta, con combinación de superficies duras y materiales blandos, de tacto agradable y el ensamblado nos pareció bueno para un coche de su precio. Los asientos y el volante están tapizados en cuero artificial, los pespuntes en rojo le dan un cierto toque deportivo y las salidas de aire redondas de tipo turbina acaban de poner la nota de diseño moderno.

El volante es excesivamente grande, la palanca es convencional, de las de siempre, la instrumentación es analógica, pero completa y la pantalla del navegador va situada en una posición elevada, tipo tableta y tiene solo 7 pulgadas. Da servicio a la conectividad del teléfono, con MirrorLink, al navegador y al equipo de audio. Sin ser el último grito en diseño de interfaces, no va nada mal y tiene menús fáciles de entender.

Los asientos son cómodos, tienen espumas de doble densidad y, en la parte trasera, con el piso sin apenas túnel central, ofrecen tres plazas con un espacio para las piernas correcto y una buena altura al techo.

En la presentación a los medios de este coche pudimos conducirlo durante muy pocos kilómetros, pero nos valió para hacernos una idea de qué se puede esperar de este DFSK de acceso a la gama del fabricante. El coche tiene un planteamiento sencillo y dinámicamente también lo es. Al probarlo durante pocos kilómetros no pudimos comprobar sus consumos, lo que haremos más adelante cuando lo probemos a fondo.

El motor tiene pocos bajos y, además, está condicionado por la caja de cambios de tipo CVT, muy ruidosa al acelerar y lenta en sus reacciones (se puede usar manualmente, pero, como en el resto de CVT que tienen esta posibilidad, los cambios solo se respetan si se deja de acelerar). La aceleración es correcta, no así las recuperaciones, que son lentas. Una vez lanzado, el coche no hace excesivo ruido (sí suenan un poco los retrovisores) y su confort de marcha en autopista es notable.

En carretera peca de tener una suspensión blanda, que hace que se incline bastante en las curvas, sobre todo si se toman a cierto ritmo, pero el guiado es correcto y la estabilidad del coche es notable. Lo que no tiene es una dirección a la altura. Es dura, poco precisa y nada informativa (es eléctrica) y el volante grande no acaba de arreglar las cosas. En ciudad se maneja con soltura, sin problemas y no resulta nunca inconfortable, ni tan siquiera superando los cada vez más habituales ralentizadores.

DFSK lo ofrece en dos acabados, Luxury e Intelligent. Todos llevan cuatro airbags (le faltan los de techo, que no son obligatorios en la UE), la tapicería de cuero sintético, encendido automático de faros, pantalla táctil de 7 pulgadas, cámara de visión trasera (que no es ninguna maravilla de resolución) y control de crucero con limitador de velocidad, que es la única ayuda a la conducción que lleva.

La variante Intelligent, que tiene un precio de 20.495 euros (22.719 para la versión de GLP), añade, por esos 2.000 euros extra, faros de LED en lugar de halógenos, freno de mano eléctrico en lugar del de palanca, sensores de lluvia, climatizador en lugar de aire acondicionado, un enorme techo de cristal con apertura eléctrica, acceso y arranque sin llave, sensores de aparcamiento delanteros y traseros y retrovisores plegables eléctricamente (la regulación es eléctrica en ambos).

En definitiva, el DFSK 500, del que la marca pretende vender 700 unidades en España en 2023, es un SUV sencillo, pero interesante por su precio que tendrá como principales rivales al MG ZS y al Dacia Duster en una horquilla de precios de alrededor de 20.000 euros que las marcas europeas, coreanas y japonesas han abandonado en este segmento y que, por lo tanto, las chinas están aprovechando para ocupar. El DFSK es el automático más barato de este segmento y puede pelear sin complejos con sus dos rivales para conquistar a un público no muy exigente y que quiera un SUV de estética moderna e interior apañado a un precio que, tal como se han puesto los coches, es casi de amigo.