Segunda evolución del Testarossa
El Testarossa es uno de los modelos más populares de la historia de Ferrari, de hecho es uno de los que más éxito comercial ha cosechado. El 512 TR llegó en 1991 como la segunda evolución del Testa, una tercera iteración apareció en 1994 con el F512M.
¿Quién no ha tenido un póster del Testarossa colgado en la pared de su habitación de soltero? ¿Quién no ha tenido uno a escala 1:24 o 1:18 de la marca italiana de miniaturas Bburago? ¿Quién no ha jugado con el videojuego Out Run de SEGA en el que se conducía un Testarossa descapotable?
El éxito comercial de este biplaza de motor central trasero radica en múltiples factores. Uno de los principales es su amplio y confortable habitáculo. Fue el primer Ferrari de dos plazas pensado para que adultos de más de 1,8 metros pudieran conducirlo sin problemas.
El diseño que firmó Pininfarina es otro de sus principales polos de atracción. En el caso del 512 TR se trata de un importante restyling en el que se suavizaron múltiples aspectos de la impactante carrocería del Testarossa.
Para empezar los bajos de la carrocería dejaron de contrastar en color negro, pasaron a ser de la misma variante cromática que el resto del vehículo. Su seña de identidad se mantuvo con aquella espectacular entrada de aire lateral tamaño XXL.
Además de unas llantas de diseño más años noventa destacó la adopción de pilotos traseros oscurecidos. Con este último detalle en la trasera destacaba todavía más la rejilla de color negro y a su vez se camuflaban todavía mejor los grupos ópticos.
En el interior tanto el volante, como el salpicadero también fueron sometidos a una profunda puesta al día. Los asientos pasaban también a ser más envolventes con lo que se aumentaba el confort de sus ocupantes.
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La mecánica también fue optimizada. Su 12 cilindros bóxer de 5 litros de capacidad vio como su potencia máxima aumentaba de 390 a 6.300 rpm hasta 428 CV a 6.750 rpm. Eso sí, su par máximo bajó de los 490 Nm a 4.500 rpm del Testarossa hasta 488 Nm a 5.500 rpm.
Las prestaciones anunciadas por la firma de Maranello también eran superiores. Mientras que el primer Testa anunciaba 290 km/h y un 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, el 512 TR rompía dos barreras. Por un lado superaba los 300 km/h con una punta de 314 km/h y bajaba de 5 segundos en el 0 a 100 km/h con 4,8 segundos.
Si sumamos las 7.177 unidades del Testarossa (1984-1991), las 2.280 unidades del 512 TR (1991-1994) y las 500 unidades del F512M (1994-1996) obtenemos un total de 9.957 unidades una cifra récord para la marca de .
Las cifras de producción influyen notablemente en la cotización de un automóvil de colección, de ahí que desde siempre se cotize más la versión de la que menos unidades se han fabricado.
El Testarossa a finales de los 80 tenía un precio en España de 26 millones de Pesetas, actualmente ronda los 150.000 euros. Cuando salió en 1991 el 512 TR costaba 28 millones de Pesetas, ahora están en 200.000 euros. Por último cuando el F512M dejó el mercado en 1996 costaba 30 millones de Pesetas, su valor se cifra en 300.000 euros.
Y comparar un Ferrari con un Citroën por mucho motor Maserati de m***** que llueve hay que ser ignorante se nota que los has visto en cromos y alguna vez en alguna revista no tiene ni idea de lo que hablas