Ford Focus ST

Ya disponible en los concesionarios, el nuevo Ford Focus ST llega al mercado en mejor forma que nunca. Pudimos verlo en el pasado Salón del Automóvil de Paris 2014 y la impresión que nos causó fue, cuanto menos, imponente. Y es que este ST, en vivo, consigue fijar tu atención quieras o no.

Bien sea por su sus llamativos colores de carrocería o por los añadidos deportivos que esta presenta, el ST, hasta la fecha la versión más deportiva de gama Focus a la espera del futuro RS, no esconde ni mucho menos cuál es su carácter.

La versión 2015 presenta un paquete exterior muy deportivo, pero también varias mejoras quizás no tan vistosas que consiguen transformar a este compacto totalmente usable para el día a día en un coche de marcado enfoque rácing.

El nuevo ST está disponible tanto en versión 5 puertas como en familiar y como novedad también puede elegirse con un motor diésel. ¿Puede un diésel ser deportivo? Cuesta de creer, pero ya os digo yo que sí que puede…

Puede gustarte más o menos, pero en una época donde el diseño de los compactos deportivos parece ir por una línea mucho más discreta, véase el Seat León Cupra o el Audi S3 que apenas se diferencian de las versiones FR y S line respectivamente, Ford apuesta por todo lo contrario.

El ST 2015 presenta un nuevo frontal más bajo y ancho, un nuevo capó con nervaduras bien marcadas, unos faros muy estilizados y en posición desafiante y unas luces antiniebla de nuevo formato, rectangulares.

El kit deportivo de carrocería incluye faldones laterales, un spoiler de techo con canalización del aire (más discreto en la versión Wagon) y un difusor trasero negro con una doble salida de escape con un elaborado diseño.

Para la carrocería se proponen 7 opciones cromáticas, destacando entre ellos un rojo intenso Race Red, un amarillo mostaza perlado Tangerine Scream y un gris piedra Stealth que le sientan de maravilla. He tenido el placer de verlos en vivo durante la presentación del modelo en Barcelona y, si os gusta que os vean, no os defraudarán.

Los embellecedores de los faros en negro, la clásica chapa ST, la parrilla delantera ST en forma de panal de abeja, los retrovisores en el mismo color que la carrocería y las llantas de aleación de 18 pulgadas completan el look.

Opcionalmente pueden equiparse llantas de aleación de 19 pulgadas ST Design, negras o plata metalizado.

Empezaré hablando de los asientos delanteros porque creo que lo merece. De serie, sí sí de serie, monta unos semi-baquets firmados por el prestigioso fabricante Recaro de lo mejorcito que he tenido el placer de probar. Su marcada estructura te abraza literalmente tanto la espalda como las piernas e impide que nos movamos lo más mínimo al afrontar un tramo de montaña, por ejemplo, a un ritmo alegre.

Seguimos con otros añadidos que acentúan su espíritu rebelde. En la parte superior de la consola central se han instalado tres nuevos indicadores, correspondientes a la presión de soplado del turbo, la temperatura del aceite y la presión de aceite. El nuevo volante deportivo de cuero tiene un tacto muy bueno y su achatamiento en la parte inferior no molesta en absoluto a la hora de realizar maniobras. Además puede estar equipado con calefacción.

El pomo del cambio de marchas también es nuevo y como ocurre con el nuevo Focus ¡por fin! se ha reemplazado la pequeña e infumable pantalla clásica por una nueva, táctil, más grande (8 pulgadas) y con menos botones que la acompañan. Sin embargo y como opinión personal debería haberse orientado su posición hacia el conductor.

Las manetas de las puertas y los embellecedores de aluminio iluminados en los umbrales de las puertas añaden un toque de exclusividad al conjunto.

La habitabilidad en las plazas traseras y las capacidades del maletero lógicamente son las mismas que en las versiones convencionales.

El nuevo Focus ST estrena también una variante diésel. Es la primera vez la marca americana introduce una variante de gasoil en la gama ST. Se trata de una evolución del 2.0 TDCi de 150 CV disponible en la gama Focus que aumenta su potencia hasta su potencia hasta unos interesantes 185 CV gracias a una recalibración electrónica, a un nuevo sistema de admisión y al escape deportivo anteriormente comentado.

La potencia máxima se entrega a 3.500 rpm y ofrece un gran par motor de 400 Nm entre las 2.000 y las 2.750 rpm. Estos datos ofrecen al diésel una gran respuesta a bajas vueltas y unas recuperaciones asombrosas. Acelera de 0 a 100 km/h en unos interesantes 8,1 segundos y puede alcanzar una velocidad punta de 217 km/h.

Según su ficha técnica homologa un consumo medio de sólo 4,4 litros a los cien kilómetros y unas emisiones de CO2 de 115 g/km.

La variante de gasolina esconde bajo el capó el conocido 2.0 EcoBoost de 250 CV que ya montaba el anterior. No incorpora mejoras pero no está de más recordar sus cifras: la potencia máxima la entrega a 5.500 rpm y tendremos un par máximo constante de 360 Nm entre las 2.000 y las 4.500 rpm.

El consumo medio está homologado en 6,8 l/100 km con unas emisiones de CO2 de 159 g/km. Es capaz de ponerse a 100 km/h desde parado en 6,5 segundos y llegar a coger los 248 km/h de velocidad máxima.

Ambos motores se asocian a una caja de cambios manual de seis velocidades, con las relaciones convenientemente más cortas para garantizar un tacto deportivo y mejorar la aceleración de ambas versiones.

El Ford Team RS, el brazo europeo del grupo Global Perfomance Vehícle de Ford ha trabajado a consciencia para mejorar aspectos clave como la suspensión, la dirección y sistemas electrónicos de ayuda a la conducción específicamente para el nuevo Focus ST.

La suspensión deportiva equipa nuevos muelles delanteros y un reglaje más preciso de los amortiguadores en ambos ejes. Las barras estabilizadoras específicas y los muelles traseros continúan siendo los de la generación anterior.

La dirección asistida Electronic Power Assisted Steering recibe una nueva calibración para mejorar el tacto y la información del asfalto que se recibe en las manos.

El control de estabilidad Electronic Transitional Stability también presenta algunas novedades. Se ha mejorado la centralita para que ésta detecte y entienda de forma óptima el tipo de conducción que realicemos y las condiciones de la vía y de esta forma avanzarse a posibles pérdidas de tracción al realizar maniobras bruscas. El conductor puede elegir entre tres programas diferentes: Estándar, Sport y Off.

Ligado al control de estabilidad también se ha revisado el control electrónico de par vectorial Electronic Torque Vectoring Control que reparte el par entre las dos ruedas motrices para garantizar la máxima tracción.

El Adaptative Front Lighting, está disponible por primera vez en el Focus ST. Este sistema ajusta la intensidad y el ángulo del haz de luz de los fatos Bi-Xenon HID según la velocidad, el ángulo de giro y la distancia a algún objeto.

El Cross Traffic Alert también es novedad en el ST. Este sistema avisa al conductor si se acerca algún vehículo en tráfico cruzado al salir marcha atrás de un aparcamiento en batería.

El sistema Active City Stop, que puede llegar a detener el vehículo si el conductor no reacciona ante una colisión inminente, actúa ahora hasta los 50 km/h y también se ha revisado el Lane Keeping Aid que aplica par de dirección para guiar al Focus ST de nuevo al carril si detecta que nos hemos salido de este involuntariamente.

La presentación ha tenido lugar en Barcelona y constaba de unos 300 km de recorrido divididos en dos rutas de 150 km cada una aproximadamente moviéndonos por la periferia de la Ciudad Condal y llegando hasta las emblemáticas montañas de Montserrat. Las carreteras secundarias han sido el plato del día copando un 90% más o menos del trazado, un escenario ideal para sacarle todo el jugo a estos ST.

La primera parte la realicé al volante del Focus ST Wagon con la nueva variante diésel, una combinación interesante para el para el que realice muchos kilómetros al año, con la familia, con un motor que debería ir sobrado de potencia para darse una alegría de vez en cuando.

Esa fue mi teoría al elegir esta combinación, y creo que he dado en el clavo. El motor TDCi de 185 CV empuja muchísimo desde bien abajo, y abajo me refiero a unas 1.600 rpm. Es sorprendente la fuerza que tiene para mover al familiar en marchas largas a la vez que se ahorra en combustible.

En ritmos fuertes no decepciona. El rango de revoluciones es muy aprovechable estirándose considerablemente hasta la zona alta del cuentarrevoluciones. Apenas hace falta cambiar de marcha y básicamente utilicé solamente la tercera y la cuarta.

El sonido que se percibe del tubo de escape es cuanto menos sorprendente. ¿Desde cuándo un diésel suena a gasolina? Esa ha sido mi primera impresión al apretarlo. El tubo de escape tiene gran parte de culpa, por supuesto, pero también me ha sorprendido las mínimas vibraciones que genera este motor diésel.

Para el segundo día me guardé el plato fuerte: Ford Focus ST 5 puertas 2.0 EcoBoost de 250 CV y 150 km de curvas, curvas y más curvas.

Como con el diésel los primeros kilómetros a ritmo tranquilo saboreando un ligero ronroneo que sale por el tubo de escape que empieza a alegrarte el día. El motor gira muy fino y permite también rodar en marchas largas ahorrando combustible.

Ya en faena es una auténtica bala. Las revoluciones suben y suben y cada vez corre más, hasta el punto que te das cuenta que te acabas de saltar a la brava el límite de velocidad en un abrir y cerrar de ojos.

La estabilidad es excelente y el paso por curva muy rápido. Soltando gas se nota claramente como desliza la zaga y ayuda a redondear los virajes. Hay que tener un poco tacto al salir fuerte de éstos porque las ruedas delanteras tienden a perder tracción.

La dirección, y ya hablo para las dos versiones, varia el ángulo y la resistencia del giro del volante según la velocidad. Es bastante directa y apenas hay que girar el volante para afrontar la trazada.

Deseoso estoy de que uno de estos pase por la redacción y que podamos hacerle una prueba a fondo.