Si recorrer parte de la Costa Azul ya es un lujo, hacerlo a bordo del nuevo Ford Focus 2.3 Ecoboost ST lo es aún más. Ford nos convocó en Niza para presentarnos la versión más deportiva –RS a parte- del la cuarta generación del Focus. Una versión desarrollada por Ford Performance que ofrece dos tipos de carrocería, una berlina de cinco puertas y una Sportbreak de tipo familiar, disponibles con un motor gasolina de 280 cv y uno diesel de 190 cv. El gasolina incorpora, entre otras novedades, un diferencial autoblocante de gestión electrónica, mientras el diesel se conforma con el sistema de vectorización de par. Por el momento esta disponible únicamente la versión 5 puertas con motor de gasolina y cambio manual, con un precio de 35.150 €. El motor diesel y la versión familiar llegarán, seguramente, a finales de año.
Si recorrer parte de la Costa Azul ya es un lujo, hacerlo a bordo del nuevo Ford Focus ST lo es aún más. Ford nos convocó en Niza para presentarnos la versión más deportiva –RS a parte- del la cuarta generación del Focus. Una versión desarrollada por Ford Performance que ofrece dos tipos de carrocería, una berlina de cinco puertas y una Sportbreak de tipo familiar, disponibles con un motor gasolina de 280 cv y uno diesel de 190 cv. El gasolina incorpora, entre otras novedades, un diferencial autoblocante de gestión electrónica, mientras el diesel se conforma con el sistema de vectorización de par. Por el momento esta disponible únicamente la versión 5 puertas con motor de gasolina y cambio manual, con un precio de 35.150 €. El motor diesel y la versión familiar llegarán, seguramente, a finales de año.
Un poco más agresivo, pero poco
Aunque mantiene la base del Focus de última generación y no varía mucho estéticamente respecto ST Line, tiene un aspecto un poquito más agresivo que, sin duda, encaja con su carácter y sus prestaciones. En el frontal destaca una parrilla que permite mejorar la refrigerción del motor y un paragolpes delantero de formas más angulosas en el que son protagonistas el spliter y las entradas de aire laterales. Puede montar llantas específicasde 18”y 19” y en la zona trasera, el nuevo ST presume de un spoiler de techo de mayor tamaño que el de sus hermanos, de un difusor más agresivo y de una doble salida de escape que redondea su aspecto deportivo. Los colores “de guerra” son el Performance Blue y el Orange Fury de Ford, pero también se puede optar por el Glacier White, Magnetic Grey, Racing Red, Candy Red y Shadow Black.
El interior sigue la línea deportiva y también tiene detalles personalizados, pero no es muy diferente al ST Line, por ejemplo. Destacan los nuevos asientos Recaro que han sido optimizados y que están disponibles en una amplia gama de tejidos. Tienen mejor apoyo lateral y son verdaderamente cómodos cuando haces kilómetros. El volante perforado y plano en su parte inferior con el logo ST es, a mi gusto, es un poco grande, aunque tiene un grosor y un tacto perfecto. Tanto el volante como los asientos y el acolchado de las rodillas de la consola central están acabados con pespuntes especiales de color gris.
Cambios también en el cuadro de instrumentos que, aunque mantiene la información adicional del ST -presión de turbo y presión y temperatura de aceite- desaparecen los relojes sobre el salpicadero y ahora son digitales y se muestran en la pantalla TFT de 4,2” del ordenador de a bordo, integrado entre las dos esferas.
Motor más potente
Como hemos comentado, el nuevo ST está disponible con un motor gasolina 2,3 litros Ecoboost con 280 CV en lugar de los 250 cv del modelo precedente y, próximamente, con un propulsor diésel 2.0 EcoBlue de cuatro cilindros y 190 CV con 400 Nm de par máximo. El motor de gasolina alcanza los 280 cv a 5.500 rpm y ofrece un par máximo de 420 Nm entre 3.000 y 4000 rpm. Según la marca, el nuevo ST acelera de 0 a 100 km/h en 5,7” y alcanza los 250 km/h de velocidad máxima. Con estos datos, el nuevo Focus se convierte en el ST más potente jamás fabricado. Con ambos motores, el cambio de marchas es manual de seis relaciones o automático de siete -en opción solo en el caso del gasolina-. Pero hay más novedades.
Chasis a la altura
Si bien el motor de gasolina ha mejorado tanto en potencia como en respuesta, el comportamiento dinámico no sólo ha mejorado sino que me atrevo a decir que es uno de las mejores del segmento. Y buena parte de ello se debe a un tarado de suspensión más firme -un 20 % más el tren delantero y un 13 % el trasero- a un centro de gravedad algo más bajo, a la suspensión adaptativa -de serie en el ST de gasolina- y, sin duda, al nuevo diferencial autoblocante delantero de gestión electrónica que actúa mediante dos embragues multidisco, que pueden llegar a transmitir el 100% de par a una sola rueda. De este modo, el ST se convierte en el primer Ford de tracción delantera con este sistema.
Dispone de los modos de conducción -Slippery, Normal y Sport -a los que se ha añadido el modo Track- que varían el tarado de suspensión, la respuesta del acelerador, la dureza de dirección -también optimizada, ahora más rápida- y el sonido. El Pack Performance dota al ST de Launch Control, Rev Matching -punta tacón automático- y de iluminación ambiental. El conjunto se completa con unos frenos con discos de 330 mm en el eje delantero con el sistema Electronic Brake Booster, que mantiene el mismo tacto de pedal incluso cuando abusamos de ellos. Monta unos neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S que, en mi opinión, tienen mucho que ver en la efectividad del nuevo ST en conducción deportiva y en las sensaciones que transmite.
No entraremos en detalle respecto a los elementos de ayudas a la conducción, conectividad y equipamiento, ya que mi compañero Juan Carlos Grande ya os los mostró en esta prueba, pero sí citaremos que el ST dispone de serie de faros Full LED, llantas de aleación de 19”, pinzas de freno en color rojo, asientos Recaro de Alcantara calefactables, sensores de parking delanteros y traseros, cámara de visión trasera, pantalla 8“ y sistema compatible con Android Auto/Apple Car Play.
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Cómo va? Muy bien!
Ford nos preparó un recorrido idoneo para el ST por los Alpes Marítimos. Carreteras reviradas, con paellas, subidas bajadas, algunos tramos más rápidos… perfecto para probarlo y para disfrutar de una zona muy bonita. Nada más ponernos al volante, la posición de conducción y tal como te “envolvían” los Recaro, nos hizo pensar que íbamos a disfrutar. Y así fue. La primera parte del recorrido era estrecho, con curvas lentas y paellas en subida. Ahí ya pude comprobar el buen hacer del autoblocante.
Su intervención varía según el modo que llevemos selecionado y es en el modo Track cuando es más patente. A la salida de los virajes se puede acelerar con decisión y notaremos cómo el volante nos quiere “tirar” hacia el interior, pero de una forma moderada. Creo que se ha conseguido un sistema muy eficaz sin ser muy exigente con el conductor. Lo cierto es que me gustó mucho como gira, como se puede acelerar en medio del viraje y la capacidad de tracción que ofrece.
Dos caras
Con el Track seleccionado los controles apenas intervienen, la dirección es rápida y la respuesta de motor es más inmediata. Me hubiese gustado que la dirección fuese algo más dura en este modo, pero hay que decir que transmite todo lo necesario. En contra de lo que ocurre en otros coches, en el ST se nota considerablemente la diferencia entre circular en modo Normal o en Sport o Track -especialmente en la dureza de la suspensión- y es algo que me parece un acierto. En Ford han querido -y en mi opinión lo han conseguido- ofrecer un coche muy deportivo y con carácter, pero con el que se pueda ir a comprar el pan a diario con comodidad. Y no sólo por el confort de la suspensión, sino porque en modo normal es un coche “durito” pero con el que se puede ir a cualquier parte, suena poco, la dirección es cómoda y el motor es muy suave.
Seguimos en por la preciosas carreteras francesas y en modo Track, es decir, con el modo más deportivo posible. En curvas rápidas tiene una estabilidad excelente, entra con rapidez en los virajes y se nota muy efectivo. En este tipo de curvas es, probablemente, donde más me ha gustado. En zonas lentas va francamente bien y si lo queremos, incluso te deja “jugar” un poco con la trasera, pero no se nota especialmente ágil y da la sensación de ser algo pesado. Nada que objetar de los frenos, aunque no rodamos en circuito para ponerlos al límite.
280 cv fáciles
Y todo lo bueno del chasis se completa con un motor que responde muy bien desde abajo y que, una vez superadas las 2.000 rpm, empieza a acelerar con fuerza hacia la zona alta, donde se estira y se estira hasta las 6.500 sin pestañear. Es un motor fácil sin ninguna entrada violenta de potencia y con el que, gracias al sistema anti-lag- que mantiene al turbo girando durante unos segundos cuando ya hemos soltado el gas- no existe retardo en la entrada de potencia -algo que ya pudimos comprobar con el Ford GT-. Por el momento sólo está disponible con cambio manual y pese a que tiene un buen tacto y es bastante preciso, nos hubiese gustado que tuviese unos recorridos un poco mas cortos y un poco más de precisión.
Creo que Ford ha conseguido lo que quería, es decir, tener un coche rápido, con prestaciones interesantes, que ofreciese sensaciones deportivas al conducirlo, que fuera eficaz en zonas muy viradas y estable y aplomado en vías más rápidas. Y, además, que fuese práctico y cómodo para el día a día. Pues aquí está. Esperaremos a nuestra prueba para saber consumos y todo lo que no hemos podido comprobar en esta toma de contacto y que sí haremos cuando lo tengamos en la redacción, pero debo decir que me ha gustado mucho, especialmente en lo que a chasis y suspensiones se refiere, y que estoy seguro que va a poner las cosas muy difíciles a la competencia.
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