Nueva generación del coche autónomo de I+D
Hace ya tres años desde que el primer Ford Fusión Hybrid (Ford Mondeo en Europa) saliese a la calle para comenzar las pruebas de investigación y desarrollo centradas en la conducción autónoma. El nuevo Fusion Hybrid de I+D aprovecha todo lo aprendido hasta la fecha y consigue mejorarlo en todos los apartados.
Utiliza la misma plataforma de vehículo autónomo de Ford que ya montaba el anterior Fusion Hybrid, pero le añade un nuevo hardware informático capaz de elevar la capacidad de procesamiento. Los controles electrónicos se aproximan ya a los niveles que se necesitarían para llevarlo a producción y los nuevos ajustes de los sensores permiten al vehículo mejorar su visión sobre lo que le rodea. Los nuevos sensores LIDAR tienen un campo de visión más extenso, esto permite al coche emplear sólo dos sensores en lugar de cuatro, como hasta la fecha, obteniendo la misma cantidad de información.
Exteriormente el coche se diferencia de un Fusion (Mondeo) convencional por los sensores. Estos aparatos son como los ojos y los oídos del coche. Dos sensores LIDAR se sitúan en los pilares delanteros ofreciendo así una visión de hasta 360º. Estos sensores tienen un alcance equivalente a la longitud de dos campos de fútbol alrededor del vehículo y están preparados para ver dónde está cada objeto, su tamaño y qué es lo que parece ser.
También hay tres cámaras montadas en las barras del techo y una cuarta, orientada hacia adelante, situada bajo el parabrisas, que identifican objetos y leen la información de las señales de tráfico. Los radares de corto y largo alcance están preparados para ver en condiciones adversas como la lluvia, la nieva o la nieve, de esta forma complementan a las cámaras a la hora de determinar el movimiento.
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Toda la información se envía al “cerebro” del coche situado en el maletero. Se trata de un súper-ordenador equivalente a varios ordenadores de alta gama capaz de generar más de 1 terabyte de información a la hora. Es el encargado de enviar las órdenes pertinentes para que el Fusión Hybrid autónomo circule con total normalidad sin la ayuda de un conductor.
Para manejar todas las funciones de dirección, freno, acelerador, transmisión y mantener a pleno rendimiento todos los sensores, cámaras y el propio “ordenador cerebro”, el Fusion autónomo tiene que tomar la energía de las baterías de alta capacidad del Fusion Hybrid ya que se requiere de energía eléctrica adicional que un coche convencional de combustión interna no puede ofrecer. Así pues, la próxima generación de coches autónomos de ensayo dispondrán de un generador adicional.
Este nuevo coche de desarrollo lleva a la firma americana un poco más cerca de su compromiso de ofrecer un coche autónomo para 2021 para un uso compartido de personas o mercancías. En 2017, Ford iniciará las pruebas de coches autónomos también en las carreteras europeas. Hasta la fecha sólo se ha probado en EE.UU. por las carreteras de Michigan, Arizona y California. Además, la marca espera ampliar la flota de vehículos de pruebas hasta llegar a los 90 este nuevo año.