Honda CR-V: Todos los precios, desde 29.900 €

Honda lanzará tras el verano la quinta generación del CR-V, el SUV de más éxito de la marca en Europa. Con idénticas dimensiones exteriores, el CR-V gana espacio interior gracias a un ligero incremento de la distancia entre ejes y ofrece un maletero de más capacidad pero, además, incorpora más equipamiento, mejora en la calidad percibida y, por primera vez, estará disponible en una versión de siete plazas. Los precios arrancarán en los 29.900 euros.

Todos los precios (actualización a 3/9/2018)

Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x2 Comfort 5 pl: 29.900 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x2 Elegance Navi 5 pl: 32.550 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 Elegance Navi 5 pl.: 34.550 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 Elegance Navi 7 pl.: 36.250 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 Lifestyle 5 pl.: 37.700 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 Lifestyle 7 pl.: 39.400 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 Executive 5 pl.: 41.200 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 CVT Elegance Navi 5 pl.: 37.250 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 CVT Elegance Navi 7 pl.: 38.950 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 CVT Lifestyle 5 pl.: 40.400 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 CVT Lifestyle 7 pl.: 42.100 € Honda CR-V 1.5 VTEC Turbo 4x4 CVT Executive 5 pl.: 43.900 €

Honda sitúa a este coche a medio camino entre los modelos de marcas generalistas y los de marcas premium y ofrecerá una gama integrada por cuatro acabados a precios cerrados (sin opciones) y con una única mecánica disponibe; un motor de gasolina de 1,5 litros y 173 CV para las versiones manuales y 193 CV para las que dispongan de cambio automático de tipo CVT.

El nuevo CR-V mantiene las dimensiones del modelo precedente. Mide 4,60 metros de largo por 1,85 de ancho y 1,67 de alto, pero incremente en 3 cm la distancia entre ejes (ahora es de 2,66 metros) y, por lo tanto, aumenta el espacio destinado al habitáculo. Las otras novedades cuando lo observamos de perfil son las llantas más grandes, de entre 17 y 19 pulgadas dependiendo del acabado, el pilar A más retrasado, lo que alarga visualmente la parte frontal, y el incremento de la altura libre al suelo hasta casi 21 cm, 3,5 más que antes.

Estéticamente es un coche más moderno. Por delante, incorpora un frontal más alineado con el resto de modelos de la marca, especialmente con el nuevo Civic. Tiene un capó más marcado y dispone de faros de LED, de serie en todas las versiones. La parte trasera es la que más cambia. Los pilotos verticales de la generación anterior ya son historia y ahora las luces, que tienen forma de L mayúscula, tienen una presencia más horizontal y estan enlazadas por una generosa franja cromada. Lo que no se ha perdido es la gran apertura del portón trasero, que facilita el acceso al maletero.

El diseño interior ha cambiado por completo. Decorado con inserciones de madera y de negro piano (pocas, por suerte), el CR-V destaca por su notable ergonomía. Todo está a mano y bien situado y la calidad de materiales y de montaje va en aumento, tal como corresponde a un coche que aspira a pelear contra rivales premium. Los plásticos son de buena calidad y en las versiones altas, el cuero en asientos y salpicadero le da un toque de alta calidad.

El diseño se inspira en el del Civic. La instrumentación es muy parecida, con una pantalla central con el cuentarrevoluciones en la parte superior, el velocímetro digital y una serie de información añadida que puede modificarse en función de las necesidades o los gustos del conductor. En las versiones más equipadas puede completarse la información con un head-up display sobre una pantalla de metacrilato que proyecta información a la altura de la base del parabrisas.

La pantalla central está idealmente situada y bastante integrada en el diseño del salpicadero. Tiene los botones de menú en la parte izquierda pero deja mucho espacio en negro que podría aprovecharse para presentar la información a un tamaño superior. Esto es claramente perceptible al insertar la marcha atrás. La cámara de retrovisión, de serie como el navegador a partir del acabado Elegance Navi, ofrece una buena resolución pero en un tamaño bastante pequeño. El conductor puede elegir tres vistas (normal, gran angular y hacia el suelo) pero no dispone de cámaras perimetrales.

El cambio va situado en una posición elevada, de manera que resulta fácil de accionar, la visibilidad es buena tanto hacia delante como hacia atrás, el freno de mano está en la consola, bien situado y los mandos del climatizador quedan fuera de la pantalla táctil, algo que siempre nos gusta que suceda. El CR-V se lanza además con un buen equipamiento de seguridad ya que todas las versiones disponen del sistema Honda Sensing con aviso de colisión, mantenimiento de carril, asistente a la frenada de emergencia, identificador de señales, limitador de velocidad inteligente y, en las versiones automáticas, sistema de arranque y parada automáticos a baja velocidad.

Por lo que respecta a la conectividad, el CR-V dispone de un sistema Garmin de navegación compatible con Android Auto y Apple Car Play para que podamos utilizar algunas de las aplicaciones del teléfono móvil y los sistemas de órdenes de voz de los mismos. El coche tiene dos tomas de USB y una de HDMI en la zona delantera y otras dos para USB en la parte trasera. En definitiva, que el CR-V está a la última en conectividad.

Las plazas traseras son muy amplias. El acceso es sencillo dado que las puertas son grandes y abren en un ángulo de casi 90 grados. Dentro, el espacio para las rodillas es enorme, el de altura al techo también es detacable y la ausencia de túnel de transmisión permite que el ocupante de la plaza central, que tendrá un respaldo algo menos cómodo, puede colocar bien los pies. Destacar también que la banqueta es fija pero el respaldo dispone de una ligera reclinación.

La versión de siete plazas tiene una banqueta central diferente. Es corredera -esta sí- con un recorrido de 15 cm y tiene una reclinación mayor del respaldo pero su plegado es diferente. Al abatir el respaldo, la banqueta no baja y eso hace que el piso, que sigue quedando plano, quede más elevado que en la versión de cinco plazas.

La tercera fila es para niños de entre seis y trece o catorce años, es decir, para aquellos que van en elevador y ya saben atarse el cinturón y los que van ya sin elevador pero no llegan a los 1,60 metros. Si reunen estas condiciones pueden viajar con un mínimo de confort ya que hay espacio para las piernas (adelantando la banqueta central, por supuesto), no darán con la cabeza en el techo (un adulto sí) y podrán deslizar los pies bajo la banqueta central.

El maletero es de los más grandes del segmento e incorpora la posibilidad de abrirlo con el pie. La apertura automática es de serie sólo para la versión Executive, la más equipada. La capacidad es de 561 litros que se amplían a un máximo de 1.756 cuando abatimos la segunda fila. Para abatir la segunda fila basta con usar unos tiradores situados en los laterales del maletero. Un piso con doble fondo permite enrasar el maletero con el plano de carga y con la segunda fila abatida.

En la versión de 7 plazas, la capacidad del maletero con siete asientos es de 155 litros y, con la tercera fila abatida, se incrementa hasta 501 (60 menos que en el 5 plazas por la presencia de la banqueta). Una pequeña tableta permite enrasar todo el plano de carga con todos los asientos abatidos. Esta versión de 7 plazas carece del estor cubre-equipajes de la variante de 5 puertas.

Quien quiera un CR-V deberá comprarlo con el motor que probamos nosotros, un cuatro cilindros de 1,5 litros turboalimentado. No hay otra alternativa y no la habrá hasta el próximo año, cuando Honda añadirá una variante híbrida a la gama. ¿Diésel? Según Honda, el diésel es cosa del pasado. No habrá un CR-V de quinta generación con motor diésel.

El motor nos gustó. Como buen turbo de nueva generación, es elástico y tiene un buen rendimiento tanto en la zona media como a altas revoluciones. Los consumos homologados oscilan entre 6,1 y 7 litros en función de la transmisión utilizada y a nosotros en la presentación nos salieron consumos de algo más de 8 litros con el 4x4 con cambio CVT.

La marca combina esta mecánica con tres tipos de transmisión: tracción delantera con cambio manual de seis marchas, tracción integral con ese mismo cambio (en ambos casos con 173 CV) o tracción integral con cambio CVT y levas al volante, en este caso con 193 CV de potencia. No soy un amante de los cambios CVT, pero este no va nada mal. No suena en exceso al acelerar, parece que patine menos que otros cambios de este tipo y dispone de las levas para forzar un cierto comportamiento de cambio manual.

El CR-V incorpora cambios en la dirección y, sobre todo, en la suspensión, con silent blocs hidráulicos y amortiguadores de doble pistón. El coche ofrece ahora un confort incrementado gracias a que la rigidez estructural superior ha permitido montar elementos elásticos menos firmes. El CR-V no busca en absoluto disimular su planteamiento de SUV familiar y viajero, pero es, además, un coche estable que traza las curvas sin apenas subviraje ya que incorpora un sistema de frenada selectiva de la rueda exterior para eliminar ese efecto.

Probamos el coche en las carreteras alpinas de la región de Tirol y pudimos comprobar que el comportamiento es muy bueno en toda circunstancia. Lo que no hicimos fue probarlo fuera de carretera ya que en Austria, la circulación off-road está muy limitada. El CR-V tiene más altura libre que antes pero no la acompaña de otras funcionalidades para fuera de carretera como, por ejemplo, el control de descensos o el bloqueo central que permita asegurar par a ambos ejes en cualquier circunstancia. Cuando tengamos una unidad de pruebas en octubre veremos como va en off-road.

El mercado de los SUV de más de 4,5 metros y con opción de 7 plazas se animará con la llegada de este modelo japonés que, una vez, más, pone énfasis en las habituales virtudes de la marca; capacidad interior, buenos acabados, calidad general al alza y una tecnología que le resitúa frente a la competencia. Con un precio, eso sí que, como es habitual en Honda, arranca bastante arriba fruto del completo equipamiento de serie. El precio base es de 29.900 euros.

La gama se estructura en cuatro acabados. El Confort, sólo disponible en tracción delantera, lleva llantas de 17 pulgadas, climatizador y las ayudas a la conducción del sistema Honda Sensing además de Bluetooth. La versión Elegance Navi añade llantas de 18 pulgadas, navegador, climatizador dual, cámara de visión trasera, navegador, volante y pomo del cambio en piel sensores de aprcamiento y retrovisores de plegado eléctrico.

Por encima quedan el acabado Lifestyle con tapicería de piel, acceso y arranque sin llave, aviso de ángulo muerto, cristales traseros oscuros, faros antiniebla delanteros de LED y faros activos en curva y, como tope de gama, el Executive con techo solar panorámico, llantas de 19 pulgadas, portón eléctrico, asiento del conductor eléctrico con memoria, head-up display, volante calefactado y asientos delanteros y traseros con calefacción. El CR-V ofrecerá 5 años de garantía sin límite de kilometraje.