Jaguar F-Pace SVR, con ganas de más

Recientemente tuve la ocasión de probar uno de los SUV más descomunales que existen, el Jaguar F-Pace SVR que en España cuesta 117.010 euros. Un vehículo animado por un motor V8 sobrealimentado por compresor que declara 550 CV.

Los SUV están de moda, y parece que todas las marcas quieren contar con uno en cada segmento y como no con uno de marcado talante deportivo. El más deportivo de Jaguar es este F-Pace SVR, un coche desarrollado por el departamento SVO, Special Vehicle Operations.

Como todos los SUV de este calibre se ha seguido la receta tradicional, con un kit de carrocería específico, llantas de gran formato y todo lo que uno espera encontrar aquí. Por fortuna se ha recurrido a salidas de escape de verdad, dos dobles de terminación circular de gran diámetro.

A través de estas cuatro salidas de escape reales como la vida misma podemos escuchar a pleno pulmón su motor V8 de 5 litros que anuncia 550 CV y 680 Nm. Si aceleras fuerte dentro de un túnel puede llegar a producir sonidos indecentes, es una lástima que cada vez cueste más encontrar coches con motores que suenen tan bien.

En el interior se distingue del resto de F-Pace por unos asientos tipo semi-backet con un tapizado exquisito. El salpicadero también está tapizado en cuero, igual que el pomo de la palanca del cambio.

En lo que a infoentretenimiento se refiere echo en falta el sistema que estrenó su primo-hermano, el Range Rover Velar, el Touch Pro Duo. La única pantalla de la consola central se ha quedado algo anticuada ya, tanto por gráficos como por funcionamiento en general.

Lo mismo sucede con los mandos necesarios para cambiar de modo de conducción. Son los que había en el Range Rover Evoque anterior. No son para nada intuitivos y tienes que fijarte bien, no vaya a ser que por error le des al botón que desactiva el control de estabilidad.

El espacio a bordo es generoso, con un buen aislamiento acústico del exterior y unas plazas traseras también destacables. El maletero declara un volumen de carga de 650 litros en configuración de 5 plazas.

Los SUV no son santo de mi devoción. Un sedán equivalente, o incluso un biplaza son vehículos mejor adaptados para llevar a cabo conducción deportiva. Estos últimos brindan carrocerías con menor resistencia aerodinámica, su centro de gravedad es mucho más bajo y no castigan tanto a los componentes de la suspensión, transmisión y neumáticos como si hace un SUV deportivo.

Pero ya se sabe, para gustos colores. La moda actual marca que los SUV son los más, es por ello que todas las marcas quieren contar en su catálogo con un modelo de más de 100.000 euros, con más de 500 CV que cumpla con lo que el mercado espera de él.

La sensación de empuje del V8 con compresor es descomunal y qué decir del sonido que emite. Es atómico. Eso sí, el nuevo Mercedes-AMG G 63 te deja mucho más pegado al asiento cuando aceleras a fondo.

El cambio al que va asociado este 8 cilindros es la caja automática ZF de 8 relaciones que tanto me gusta. Un cambio súper práctico en modo auto y deportivo de verdad cuando lo usas en modo manual.

La unidad que conduje equipaba las llantas opcionales de 22” con lo que copia bastante todas las irregularidades del firme. Un Range Rover Sport ofrece un nivel de confort muy superior.

Lamentablemente esta prueba fue ultra-breve. Bajo la lluvia y en un trayecto de autovía de poco más de 40 minutos con atasco. Espero que pronto podamos contar con una unidad en la redacción para ver de qué es capaz de verdad.

La primera impresión ha sido buena. La calidad a bordo está a la altura de lo que espera un cliente de un vehículo de estas características. Diseño atractivo, materiales de primer nivel, pero lamentablemente no está a la última en el tema de las pantallitas.

El motor es descomunal y suena a motor grande de verdad, algo que cada vez más cuesta encontrar en los tiempos que corren. Si bien el precio base es de casi 120.000 euros a poco que echemos mano al catálogo de extras será fácil acercarte a los 140.000 euros.