De auténtico vicio
Hay coches de los que te gustaría no bajarte nunca, y este es uno de ellos. Jaguar ha creado un biplaza que recupera la esencia deportiva de esta marca británica, añorada por muchas personas que consideran que el XKR- S, hasta ahora el estandarte de deportividad en Jaguar, se acerca más bien a lo que se entiende por un GT que a un deportivo puro y duro. Para cubrir esa demanda, Jaguar ha lanzado el F-Type.
El F-Type también es la nueva apuesta de Jaguar para ampliar y rejuvenecer su perfil de cliente. Durante la toma de contacto que tuve con este coche por carreteras de montaña y en el magnífico circuito de Navarra, demostró claramente que tiene potencial para seducir y convencer a un buen número de nuevos fans, con un perfil más joven del que normalmente entra en la firma del felino.
El F-Type es un coche que transmite muchas sensaciones al conducirlo, transmite una gran seguridad, corre como un condenado y además, es precioso. Sin ir más lejos, en el pasado Salón del Automóvil de Nueva York recibió el premio al mejor coche del año en diseño. Sólo hay que observarlo para ver que Jaguar ha hecho un coche con una personalidad muy marcada y diferente a lo visto hasta el momento.
Por supuesto, este Jaguar no está al alcance de todo el mundo: 84.400 euros es lo que cuesta la versión básica. La mayoría de F-Type se venderán en los mercados americano, británico y alemán. España y Portugal sólo representarán el 1% de las matriculaciones de F-Type en el mundo, casi una anédota.
Es evidente que en nuestro país el potencial de compradores de un coche así es limitado, pero estamos seguros que aquellas personas que se estén planteando adquirir un deportivo descapotable de altas prestaciones, tienen un presupuesto de este nivel, y prueban el F-Type, muy probablemente se vean seducidos por el producto.
Este Jaguar tiene serios competidores: Porsche 911, Audi R8, Aston Martin V8 Vantage o Mercedes-Benz SL en sus versiones más básicas, entre otros. Pero llega para plantarles cara. Vamos a analizar porqué.
Un Jaguar todavía más deportivo
De entrada, hay que olvidarse del Jaguar XKR-S, no hay comparación posible. El Jaguar F-Type no tiene nada que ve con él. Aúnque el XKR-S es un deportivo magnífico y ofrece grandes prestaciones, como ya os comenté en la prueba, en su conjunto tiene una filosofía más rutera (es un cuatro plazas), es más grande y pesado y en su interior se respira un aire algo más clásico. El nuevo biplaza que veis en las fotos no tiene compromisos, no se anda con medias tintas.
Analicemos su estructura. Con respecto al XKR, el Jaguar F-Type tiene una batalla 13 centímetros más corta, sus vías son más anchas y tiene unos cortos voladizos que centran en mayor medida las masas en los ejes.
La distribución del peso ha sido muy estudiada para que resulte óptima y se ha introducido un subchasis frontal más ligero y una suspensión delantera y trasera de dobles triángulos superpuestos de aluminio que aligera el conjunto y reduce la masa no suspendida.
Su carrocería también es de aluminio, como la del XKR, pero es más rígida y ligera. Jaguar, experto fabricante de carrocerías de este material, ha conseguido optimizar las propiedades del monocasco del F-Type utilizando aleaciones de aluminio especifícas (AC300) y un proceso en los que se evitan las soldaduras por puntos, entre otros detalles. De ahí que este descapotable tenga un 10% más de rigidez torsional que un XKR-S y pese sólo 1.597 kilos.Poco peso y gran rigidez son dos aspectos muy ventajosos para un deportivo que se mueve con motores entre 340 y 495 CV y, además, es descapotable.
Belleza de líneas, pureza de formas
Estas originales proporciones del F-Type también lo convierten en un cabrio de líneas simples y puras, sin adornos innecesarios, muy atractivo. Es fácil reconocer su ADN Jaguar si lo miras de frente. Su frontal tiene muchos puntos en común con otros modelos de la marca británica, y en este sentido, aporta pocas novedades.
Visto de perfil sorprenden las suaves formas que adopta la línea de cintura, cuya curvatura empieza a la altura de la aleta delantera y desciende ligeramente a medida que se acerca a la zaga. Estas formas son reminiscencias del diseño del clásico E-Type, un coche que hace más de medio siglo marcó la historia de Jaguar y en parte, la del mundo del automóvil.
Donde creo que Ian Callum, director de diseño de Jaguar y todo su equipo han hecho su mejor trabajo es en la trasera del F-Type. No sólo porque han sabido integrar algunos aspectos “retro” del E-Type como la salida de escape central o unas ópticas que adoptan al forma de los clásicos paragolpes sin que se perciban como detalles forzados, sino también porque el coche, visto desde atrás, es simplemente espectacular.
Con el objetivo de mantener esa simplicidad estética los diseñadores decidieron prescindir de un alerón fijo e integrarlo en el compartimento del maletero. Así, el alerón se despliega de forma automática cuando es necesario para incrementar la estabilidad del coche, a partir de 100 km/h.
Otro original detalle que contribuye al diseño “limpio” de este Jaguar son las manetas, (ver foto) que quedan enrasadas y ocultas en las puertas, de forma automática, cuando el coche está en movimiento.
La capota del F-Type no tiene secreto. Jaguar ha optado por una lona en lugar de un techo duro para reducir el peso y a la vez bajar el centro de gravedad del coche. Esta capota se abre o cierra en aproximadamente 12 segundos, de forma eléctrica, y se repliega en forma de Z sin ocupar demasiado espacio. Eso sí, como la mayoría de cabrios, en el maletero caben un par de maletas y punto.
Con todo ello, el F-Type transmite una positiva sensación de deportividad y altas prestaciones con tan sólo observarlo. Y esta sensación continúa una vez te pones a su volante.
Posición baja y deportiva
El acceso al interior es algo incómodo debido a que la posición de conducción es muy baja. Concretamente 2 cms. más baja que en el Jaguar XKR-S, para hacernos una idea. Así se baja el centro de gravedad y a la vez se crea esa sensación de encajonamiento que recibimos al subirnos a un deportivo puro y duro, que no tiene porqué ser negativa.
En el interior de este biplaza el espacio destinado al conductor y el espacio del pasajero, quedan separados por una ancha y elevada consola central, uno de cuyos brazos sobresale considerablemente para hacer de asidero para que nuestro acompañante tenga donde agarrarse en los apoyos. En esta particular configuración, que Jaguar denomina 1+1, el conductor parece tener todo el protagonismo, mientras el pasajero hace de simple espectador.
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A pesar de que podemos ajustar de forma eléctrica nuestra posición de conducción en todos los sentidos, la verdad es que la visibilidad frontal y lateral a bordo del F-Type no es demasiado buena. El pilar A y la base del retrovisor se entrometen demasiado en el ángulo de visión izquierdo, y el salpicadero queda muy alto, al menos para una persona que mida 1,70 aproximadamente. Esta visibilidad frontal puede mejorar si apagamos el climatizador, y entonces las rejillas de ventilación se plegarán de forma automática en la parte superior del salpicadero. Es una solución ingeniosa, pero no siempre será posible aprovecharla, y menos en los días de más calor en un país como el nuestro.
Los acabados del interior están a la altura de lo que esperamos en Jaguar. El cuero recubre el volante, los asideros de las puertas o parte del salpicadero, y los ajustes de todo el conjunto son sobresalientes. Nada que objetar.
Motores en V
Jaguar vende tres versiones diferentes del F-Type: F-Type, F-Type S y F-Type V8 S. El primero monta un motor V6 de 340 CV, de gasolina sobrealimentado, mientras que la versión S tiene ese mismo motor potenciado hasta los 380 CV. La versión con motor V8 da 495 CV, y bajo su capó monta un 5 litros gasolina sobrealimentado.
Todos ellos equipan un cambio automático de 8 velocidades “Quickshift”, de manejo secuencial a través de la palanca o mediante levas en el volante y de excelente rendimiento. Es uno de los mejores cambios automáticos que he probado. Inserta las marchas de forma instantánea, puede usarse en modo manual hasta el corte de encendido (con el programa en posición deportiva ) y además, sus 8 velocidades de relación cerrada permiten llevar cualquiera de los motores del F-Type en el régimen óptimo en todo momento. Es un cambio de marchas de funcionamiento impecable.
Desde los primeros kilómetros que recorres con este coche percibes que estás ante un Jaguar que pide guerra. El rendimiento de sus propulsores es excelente en cualquiera de sus versiones (la versión menos potente hace el 0 a 100 km/h en 5,3 segundos, que se quedan en 4,3 segundos en el F-Type V8 S).
El empuje y las prestaciones que ofrecen estos motores hacen que F-Type ruede como un bólido en carretera, hasta el punto de poner duramente a prueba tu sangre fría para no superar los límites legales, algo que puede llegar más fácilmente de lo que esperas.
Hay un detalle que incita a conducir rápido este Jaguar: el adictivo sonido que emiten sus tubos de escape. Se trata de un rugido perfectamente diseñado para excitar tus sentidos, que se incrementa cuando das gas a fondo. Entonces se abren unas válvulas de derivación controladas electrónicamente situadas en la parte final de escape que alteran el recorrido de los gases y salen al exterior de forma más directa.
El escape activo, tal y como Jaguar denomina a esta tecnología, es de serie en las versiones S del F-Type. A más caballos, más contundente y excitante es el sonido. En el S V8 el rugido es todavía más ronco, más característico de un V8 de alta potencia. En ocasiones este sonido de escape puede llegar a ser estridente, pero siempre tenemos la opción de anular su efecto desconectando el modo de conducción deportivo o Dynamic Mode, un programa que también modifica la respuesta del acelerador, de la dirección y de la suspensión.
Veloz paso por curva
En el Jaguar F-Type destaca el rendimiento de los motores, pero también el de las transmisiones. La motricidad de este deportivo es sorprendente, y el eje trasero aguanta sin rechistar el alto par y potencia que se le aplica durante la conducción deportiva. Tracciona tan bien que es difícil hacer deslizar la zaga en carretera abierta, a no ser que desconectes el control de estabilidad. Aún así, siempre tienes “atado” el eje trasero en el último momento para mayor seguridad. Esto genera una enorme confianza al volante, e incita a probar a ver dónde están los límites del coche, algo que sólo recomendamos comprobar en un circuito.
Para mayor seguridad y eficacia en curva, la versión F-Type S equipa además un diferencial trasero de deslizamiento limitado de tipo mecánico, que minimiza un posible deslizamiento de alguna de las ruedas cuando damos gas en la salida de los virajes. El F-Type V8 S va más allá, y equipa un DSL de control electrónico, que actúa en coordinación con el control de estabilidad SCS y el control de tracción para frenar la rueda que desliza y repartir el par motriz de forma equitativa entre las dos ruedas del eje trasero. Con este equipamiento, el F-Type hace el paso por curva de forma intachable, con un comportamiento muy neutro y a una velocidad que va a poner las cosas muy difíciles a sus competidores en una comparativa.
La dirección del F-Type también contribuye a este placer de conducción. Es muy directa (los responsables de la marca afirman que es la dirección de cremallera más rápida vista en un Jaguar) y permite apuntar y trazar las curvas con tiralíneas. El único punto criticable de esta dirección es que deja transmitir algunas vibraciones al volante.
El coche es muy ágil, se percibe muy ligero y rígido, y su comportamiento es siempre previsible. Es un deportivo muy eficaz en carretera, con el que fácilmente te sientes integrado. Es uno de aquellos coches que te despierta una sonrisa en la cara cuando descubres de lo que es capaz. No intimida, te hace sentirte seguro y confiado, tú controlas perfectamente el coche, aunque eres plenamente consciente de que sus posibilidades van más allá de lo que puedas exprimirlo en carretera abierta.
F-Type V6 S, el más equilibrado
De las tres versiones disponibles, la más equilibrada es la F-Type S de 380 CV. A diferencia del F-Type de 340 CV, equipa de serie el comentado diferencial de deslizamiento limitado, suspensión más deportiva con sistema Adaptative Dynamics (ajusta constantemente el tarado de la suspensión para optimizar la estabilidad del coche), Dynamic Mode con posibilidad de configurar la dirección, la respuesta del acelerador o la dureza de la suspensión según nuestros gustos, un equipo de frenos con discos de mayor tamaño y el sistema de escape activo.
La versión V8 S con sus brutales 495 CV genera una experiencia de conducción algo más extrema, pero en la toma de contacto se percibió algo más delicada de conducir. Su brutal cifra de potencia y par pide demasiada guerra para lo que es factible practicar en carretera abierta, y se perciben en él mayores inercias, debido a su peso algo superior (pesa 50 kilos más que la versión V6 S y 68 kilos más que el F-Type).
Un detalle del equipamiento de la versión V8 me ha gustado: su volante de tres radios, que tiene el aro más ancho y un diseño que facilita un mejor agarre. Incomprensiblemente, no podrá solicitarse ni como opción en las versiones inferiores, que pecan de un aro un tanto delgado y un diámetro bastante grande.
¿Futuro cupé?
El Jaguar F-Type nos ha sorprendido gratamente. La calidad de su construcción, su cuidado y acertado diseño y el eficaz y excitante dinamismo del que hace gala lo convierten en un deportivo a tener muy en cuenta a partir de ahora.
Hay quien piensa que teniendo en cuenta las prestaciones y el dinamismo que demuestra el F-Type, Jaguar apunta directamente al Porsche 911, la gran referencia en deportivos de este estilo en estos momentos. Podría ser así, aunque los responsables de la firma británica no se definan en este sentido. Estamos seguros que no tardaremos en breve en ver la versión cupé del F-Type. ¿Y porqué no una versión con tracción integral, teniendo en cuenta que Jaguar ha introducido esta tecnología este mismo año en su gama de berlinas?. De esta manera, el F-Type completaría una gama similar a la de su competencia alemana.
En este sentido, la gama F-Type arranca en 84.400 euros, un PVP por encima del de un Porsche Boxter más equipado, por ejemplo, y acaba en 114.600, aproximadamente lo que vale el Porsche 911 Carrera Cabriolet más básico. El Jaguar F-Type se sitúa precisamente en ese hueco, en el que espera captar nuevos clientes ávidos de un deportivo biplaza con capota de lona que ofrezca una experiencia de conducción pura y deportiva. Y doy fe de que el F-Type cumple con creces ese objetivo.
Lee todo el reportaje y sabras el xk!!