No ha pasado ni un mes desde que fuese presentado en el Salón de Ginebra y ya hemos tenido ocasión de conducir por primera vez el nuevo Kia Picanto. Para esta prueba dinámica, la marca coreana nos ha llevado hasta la encantadora localidad barcelonesa de Sitges, cuyos alrededores han servido como escenario para el vídeo que acompaña a esta prueba.
Os confieso que el diseño estético del nuevo modelo me gustó desde la primera vez que lo vi; y es cosa rara, porque hasta ahora el Picanto nunca había llamado mi atención como aficionado a los coches. Históricamente, el Picanto se preocupaba de atraer sobre todo al público femenino (que al fin y al cabo es mayoritario en el segmento A); pero el modelo de 2017 ha decidido cambiar de rumbo buscando conquistar a mujeres y hombres por igual. Y conmigo lo ha conseguido, hasta cierto punto.
Este cambio de orientación comercial del Picanto se hace aún más evidente en la versión GT-Line, que presenta una estética más deportiva remarcada por su parrilla específica, sus ruedas más anchas con llantas de mayor diámetro, sus molduras decorativas y sus paragolpes sobredimensionados, que en la zaga dan protagonismo a un grueso difusor trasero con dos colas de escape. Como véis, se trata de una estrategia similar a la aplicada por Fiat con el 500 y Opel con su Adam, que en función del acabado elegido, pueden atraer en distinta medida al público de cada sexo.
Mismo tamaño aunque proporciones (un pelín) distintas
La tercera generación de este pequeño utilitario del segmento A supone una profunda evolución a partir de la base del modelo anterior. La longitud es la misma (3,60 m), pero el voladizo delantero queda recortado en 2,5 cm, la distancia entre ejes ha aumentado en 1,5 cm (2,40 m) y, en consecuencia el voladizo posterior es 1 cm más largo.
Las principales diferencias en habitáculo se centran sobre el puesto de conducción. El salpicadero ha recibido un completo rediseño para adaptarse al gusto europeo; emplea líneas horizontales para aumentar la sensación de anchura y define la consola central con claridad. El volante es nuevo, la instrumentación es mucho más legible y destaca sobremanera el sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de tipo tablet, que de manera opcional puede incorporar pantalla de 7”, navegador y compatibilidad con Android Auto y CarPlay).
Para ser un coche pequeño, presenta numerosos huecos para dejar objetos e incluso, como opción, un reposabrazos central deslizante. Hay detalles positivos como los cinturones regulables en altura y otros negativos como el volante no regulable en profundidad; pero si hay algo que notaremos claramente es la mejora general de calidad de materiales y acabados.
El acceso a las plazas traseras es sencillo y no hay riesgo de dar con la cabeza al entrar. Los respaldos del nuevo modelo presentan unas formas más definidas, y aumentan su inclinación desde los 25 hasta los 27 grados para favorecer una postura más relajada. Hay bastante espacio libre para la cabeza y suficiente para las rodillas, aunque en un coche de 1,60 m de ancho no sobra el espacio a la altura de los hombros. El vehículo está homologado para 5 plazas, pero como os podéis imaginar no es posible acomodar a tres adultos de manera adecuada.
La zaga del vehículo algo más larga y vertical ha dado lugar a que la capacidad del maletero suba desde los 200 litros del modelo anterior hasta los 255 litros del actual. El umbral de carga sigue quedando un poco alto y las paredes del interior son irregulares, pero en cualquier caso la diferencia de capacidad es muy significativa. Si abatimos los respaldos de la fila posterior (divididos en proporción 60:40 de serie) podremos disponer de hasta 1.010 litros; y podemos situar el fondo en un plano superior para enrasarlo con los asientos.
Chasis mejorado y (por el momento) sólo con motores sencillos
Dado que estamos ante un modelo nuevo, también cabe esperar mejoras cuando llega el momento de conducirlo. Y de hecho las hay. Para empezar, el chasis ha ganado rigidez gracias al uso extendido de aceros de alta resistencia y la incorporación de unas barras estabilizadoras más firmes y un eje posterior más ligero. Y para mejorar la maniobrabilidad del vehículo, contamos con una dirección menos desmultiplicada y un sistema de vectorización de par (que forma parte del control electrónico de tracción) destinado a reducir el subviraje.
Al inicio de la comercialización, solamente podremos elegir entre dos motores atmosféricos de gasolina: el 1.0 tricilíndrico de 67 CV y el 1.2 tetracilíndrico de 84 CV, ambos derivados del Picanto anterior y reajustados para mejorar su eficiencia, homologando unos consumos de entre 4,4 y 4,6 litros respectivamente. Los dos motores se combinan con una caja manual de 5 velocidades, aunque el motor de 84 CV puede asociarse a una caja automática de 4 relaciones -que os desaconsejo porque el consumo sube hasta los 5,4 litros y porque, a diferencia del resto de versiones, no se escapa de tributar el impuesto de matriculación-.
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Por su baja cilindrada y por carecer de sobrealimentación, ninguno de estos motores destaca en absoluto por su empuje, pero se adaptan muy bien al uso urbano. En carretera echaremos en falta una mayor “patada”, algo que compensa en parte el 1.2 de 84 CV por su mayor elasticidad. Este es sin duda el propulsor que recomiendo a quienes vayan a hacer carretera con cierta frecuencia; pero quienes busquéis mayores sensaciones tal vez deberíais esperar al último trimestre del año, cuando llegará el 1.0 T-GDI de 100 CV, primer motor turbo en la historia del Picanto. Ya lo probé en el nuevo Kia Rio, para el que me parece la opción ideal; y estoy convencido de que le sentará mejor si cabe a su hermano pequeño en la gama de Kia.
Durante la prueba por carretera, me sorprendí por las buenas sensaciones que transmite el nuevo chasis del Picanto. No es que presente una orientación “racing”, ni mucho menos, pero sí es destacable la impresión general de agilidad y ligereza, potenciada por la mayor rapidez de la dirección -que, eso sí, cuenta con demasiada asistencia para mi gusto-. El coche se muestra noble en la entrada a las curvas y se las apaña para no descolocarse a lo largo del giro, aunque por otro lado el tarado de las suspensiones es tirando a suave. Lo que no me ha gustado es el tacto de la amortiguación cuando pasamos por resaltos y grandes baches, con un efecto de rebote algo pronunciado. Pero al fin y al cabo, tampoco podemos esperar unas suspensiones de primer nivel en un coche económico y -recordemos- diseñado para la ciudad.
Por lo tanto, y sin sorpresas, el entorno ideal para el Picanto es el urbano. El ligero incremento de batalla no ha perjudicado a su excelente maniobrabilidad en ciudad, mejorada aún si cabe con una dirección más rápida que nos lleva de extremo a extremo en sólo 2,8 vueltas de giro de volante. Esto hace que las maniobras de aparcamiento sean un suspiro, más aún si aprovechamos la cámara de visión trasera con indicación de trayectoria. También me ha gustado comprobar que el aislamiento acústico del habitáculo es superior al del modelo precedente.
Dos acabados, dos estilos
El nuevo utilitario de Kia llegará a los concesionarios a lo largo del mes de junio, solamente en carrocería de cinco puertas (la marca ha descatalogado la de tres por su escaso porcentaje de ventas). Saldrá a la venta con dos estilos bien diferenciados. Tenemos por una parte el Picanto Concept, de apariencia discreta y que ya trae un interesante equipamiento de serie: seis airbags, aire aconducionado, ayuda de arranque en pendiente, volante multifunción, sistema de audio con USB, manos libres Bluetooth e incluso un espejo de cortesía tan bien iluminado que parece sacado de un camerino.
Y después tenemos el Picanto GT-Line, que es el que hemos probado en este vídeo, y que presenta una estética deportiva acompañada de un equipamiento más completo: llantas de aleación de 15”, luces diurnas y ópticas traseras LED, faros antiniebla, tiradores cromados, lunas oscurecidas, volante y cambio en piel, reposabrazos central, pedales de aluminio, climatizador automático. Como opción podemos incluir el navegador con Android Auto y Carplay, el panel de instrumentos con pantalla LCD y, como primicia en este segmento, la frenada automática de emergencia.
Sin contar descuentos de marca o concesionario, la tarifa de precios del Kia Picanto queda como sigue:
Kia Picanto 1.0 Concept 67 CV 11.590 € Kia Picanto 1.0 GT-Line 67 CV 13.090 € Kia Picanto 1.2 GT-Line 84 CV 13.590 € Kia Picanto 1.0 GT-Line 84 CV Auto 15.040 €
Un gran salto en absolutamente todo...un 10.