Probamos el nuevo Range Rover Sport con motor V8 biturbo de 530 CV. Esta tercera generación del Sport cambia por completo con la evolución anterior, tanto en cuando a diseño, acabados interiores y motores. En España ya está a la venta desde 102.700 euros. Pero ojo que la versión V8 biturbo de 530 CV como el que probamos en el vídeo se dispara hasta los 163.600 euros Ya con extras será fácil acercarte a los 180.000 euros.
La gama se completa con un motor diésel de 6 cilindros en línea disponible tanto con 250 CV, como con 300 CV, así como un gasolina también de 6 cilindros en línea esta vez en configuración híbrido enchufable con 440 y 510 CV.
La primera generación del Range Rover Sport llegó en 2005, la segunda en 2013 y ahora esta tercera en 2022. Nació como una variante más dinámica y deportiva que el Range tradicional. Ahora además de contra el Range, también tiene que competir contra el Velar.
El diseño del frontal es bastante parecido al de la generación anterior, en la línea lateral se mantiene también un aire de familia con su predecesor, pero aquí lo que más llama la atención son sus llantas de 23”.
La trasera es donde más cambia, con unas ópticas muy minimalistas que se unen a la leyenda Range Rover. Cada cual tiene sus gustos, pero a mi me gusta mucho más la trasera del Velar. Al menos esta versión V8 cuenta aquí detrás con 4 salidas de escape de verdad de la buena.
El habitáculo sigue la línea del nuevo Range, con una pantalla central de gran formato con gráficos de última generación. El cuadro principal de instrumentos en cambio no está tan actualizado.
Se agradece que mantenga mandos físicos para el climatizador, unos mandos giratorios multi-funcionales que se introdujeron con el Velar y que son comodísimos de manipular mientras conduces.
El tema del piano black… Bueno ya se sabe que para gustos colores, pero sigue siendo una solución delicada a la hora de mantenerla siempre limpia. No soy muy fan del carbono forjado, pero debo decir que en este Range Sport queda bastante bien.
Lo que más me ha sorprendido es que la percepción de calidad en cuanto a materiales es inferior a la del modelo anterior. En primer lugar se recurre a piel sintética, en lugar de piel piel. Antes los tapizados que había podido probar en Range Rover Sport estaban casi a la altura de un Bentley, ahora no.
La parte superior del salpicadero presenta un acabado no demasiado agradable al tacto y elementos como las rejillas de ventilación del sistema de climatización son de un plástico que para mi gusto no está a la altura del coche.
V8 V8
Este Range Sport estrena un nuevo motor V8 biturbo. Una mecánica con la que se pierde aquel sonido salvaje del motor anterior y tampoco se escucha ya el aullido del compresor volumétrico, en su lugar ahora este nuevo 8 cilindros de 4,4 litros está sobrealimentado por dos turbos. Aunque hay que decir que tampoco suena tan mal. Cuando aceleras con decisión entonces disfrutas de una nota grave de lo más agradable. ¡Y Dios como acelera!
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No sólo ofrece una buena capacidad de empuje arriba con 530 CV de 5.500 a 6.000 rpm. En la zona baja es un festival entregando 750 Nm de forma ininterrumpida de 1.800 a 4.600 rpm.
Acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanza una velocidad punta de 250 km/h. Sorprende estas prestaciones sobre todo cuando el coche pesa 2.500 kilos. Una auténtica barbaridad. Parece mentira que estos port-aviones sobre ruedas ofrezcan un comportamiento dinámico tan deportivo. Rompen las leyes de la Física.
Una de las claves de estas prestaciones reside en los neumáticos con marcaje de fábrica. Las marcas desarrollan conjuntamente con fabricantes de neumáticos compuestos a medida de modelos prestacionales como este.
Este es el caso de los Pirelli Scorpion Zero que monta este Range Rover Sport V8. Unas gomas con medida 285/40 R23. Si, 23” una auténtica salvajada, pese a esta llanta tan grande y un perfil tan pequeño, el nivel de filtrado se compensa con el trabajo que realiza la suspensión neumática.
Lo que menos me ha gustado ha sido el tacto de la dirección. Ofrece un punto de no conexión cuando está centrado que te hace estar ahí sin saber bien bien el que. En un aparato así tendría que ser mucho más comunicativa y directa, al menos en el modo Dynamic.
Pero no únicamente sorprendió en carretera, en offroad fue increíble ver de lo que es capaz. El equipo humano de Land Rover Experience organizó un recorrido extremo de esos que quitan el hipo. Por surte sus instructores estaban repartidos por las zonas más complicadas para guiarnos.
Es bestial ver la efectividad de su sistema 4x4. Con cambiar el modo del Terrain Response ejecuta maniobras de auténtico malabarista. Con la reductora y sin bloqueos pasa por sitios que jamás te atreverías.
Lo más salvaje es que hice el recorrido completo con el mismo coche que acababa de probar en carretera, con las mismas llantas de 23” y neumáticos de asfalto con perfil 40. Sin el kit estético deportivo, o sea con los parachoques estándar del Range Sport y un neumático más campero seguro que sube hasta por las paredes.
En resumidas cuentas
El nuevo Range Rover Sport sigue siendo un Range Rover. Con unas prestaciones offroad demenciales. Si no lo pruebas en una zona extrema al estilo de las que tienen en Les Comes no te haces a la idea de lo que realmente es capaz. Y todo ello con un neumático 100% de carretera. Encima en carretera también es un aparato. Sorprendente.
Range Taller.