Lexus GS F

El Lexus GS F es el cuarto modelo de alto rendimiento que la firma japonesa lanza al mercado y, a su vez, el cuarto modelo que añade a su nombre la letra F a su nombre como significado de deportividad, pero ¿a que hace referencia la “F”? Pues ni más ni menos que al mítico circuito japonés de Fuji Speedway, un trazado que le sirve a Lexus para desarrollar y probar sus modelos más prestacionales así como también ocurre con el famoso “infierno verde de Nürburgring, el Nordschleife, donde la firma ultima la puesta a punto gracias a las exigencias del circuito.

El Lexus IS F lanzado en 2008 fue el modelo que abrió la lata, como aquél que dice, y representaba un fuerte cambio de mentalidad de la marca “premium” de Toyota. En 2009 llegaba uno de los modelos que más me ha impresionado al volante, el Lexus LFA, y el año pasado se lanzó el RC F que comparamos contra su rival BMW M4 en Castellolí.

La llegada del GS F supone otro paso adelante de una firma que intenta cambiar poco a poco su imagen, acercarse a un público más joven y dejar de lado esa impresión que se tenía de ella de fabricar coches para “abueletes” adinerados. La apuesta total por la hibridación de su gama ha sido un factor clave a la hora de reforzar el nivel de ventas, donde la marca experimentó un crecimiento cercano al 70% durante el año pasado, reforzado también por el SUV NX que ha cuajado bien entre el público europeo.

Pero no todo son híbridos en Lexus, no, esta gente también sabe hacer coches deportivos como ya hemos visto con los modelos anteriormente mencionados, y en este caso estoy aquí para hablaros del GS F, un modelo de esos que consiguen sacarte una sonrisa incluso antes de empezar a circular. ¿El motivo? Muy sencillo: un motor grande de 5 litros de cilindrada, 8 cilindros en V, 477 CVy un sonido que enamora.

El Lexus GS F se presentó oficialmente en el Salón del Automóvil de Detroit donde causó una gran impacto positivo ante los allí presentes. Sin embargo hasta el reciente Salón de Frankfurt no había tenido la ocasión de verlo en persona. Bajos los brillantes focos de la feria automovilística la estampa era tremenda pero, como ya me ha ocurrido con algunos modelos, debía esperar a verlo en la calle para confirmar las buenas sensaciones que me transmitía.

Ese día llegó el pasado viernes de la mano de la presentación internacional que se celebró en la capital española. A las puertas del hotel Eurostars Tower, lugar que daba comienzo a la ruta que nos había preparado la organización, había aparcados una decena de GS F a nuestra disposición. Unos más discretos con carrocerías blancas o metalizadas oscuras con colores clásicos y otras con tonalidades más extravagantes como un rojo precioso, azul eléctrico o un naranja chillón para los más atrevidos. Y aquí es donde aplaudo la iniciativa de la marca de incluir colores más llamativos y olvidar extensas paletas cromáticas con multitud de grises aburridos.

Bajo un sol de justicia me acerqué a la unidad que se me había asignado y empecé a deleitarse con su preciosa estampa. Se trata de un deportivo que perfectamente podría pasar desapercibido si uno no se fija en los detalles que lo delatan. Un modelo que luce aún mejor bajo la luz solar.

Se desmarca ligeramente del resto de la gama por un frontal más deportivo donde la parrilla característica de doble punta de flecha adquiere total protagonismo: es más ancha y más larga, y le acompañan entradas de aire laterales de mayor tamaño, un parachoques más agresivo y una firma lumínica muy estilizada.

La vista de costado nos revela un sedán de cuatro puertas con pinceladas racing, como los conductos de ventilación detrás de los pasos de rueda delanteros, las llantas de 19 pulgadas, los frenos Brembo (380 mm delante y 345 mm detrás) con las pinzas naranja metalizado, las taloneras específicas o los retrovisores exteriores en negro.

La espectacular zaga confirma las pretensiones de este modelo con la doble salida de escape doble dispuesta en una configuración que ya estrenó el IS F, un difusor de mayores dimensiones y un discreto spoiler de carbono situado en el extremo de la tapa del maletero que aumenta la carga aerodinámica en el eje trasero cuando se circula a altas velocidades. Los grupos ópticos traseros, en mi opinión, son unos de los más bonitos que podemos encontrar en un coche hoy en día.

No parece un coche tan grande como refleja su ficha técnica: 4,91 metros de largo, 2,08 m de ancho (con retrovisores) y una altura de 1,44 metros son sus cotas exteriores, y una distancia entre ejes de 2,85 metros que estiliza aún más la aerodinámica carrocería.

La configuración del interior apenas varía respecto a un GS convencional, sin embargo el ambiente que se respira a bordo es más enfatizante que en las versiones estándar pensadas para potenciar la armonía y la tranquilidad a bordo.

El GS F nos propone unos comodísimos asientos deportivos específicos para las plazas delanteras con regulación eléctrica que gozan de muy buena sujeción lateral sin sacrificar el confort a la hora de abordar largos trayectos. El volante es exclusivo de los modelos F y también se regula de forma eléctrica. Además ofrece un tacto exquisito tanto por su grosor como por la calidad del cuero que lo recubre.

El panel de instrumentos es diferente al estándar. En este caso se instala el mismo que utilizaba el Lexus LFA y que también monta el cupé RC F. Esta instrumentación puede ser configurable mediante 4 displays diferentes que se adaptarán al modo de conducción elegido (de los que os hablaré más adelante).

Otros detalles como los paneles de las puertas y el del salpicadero en símil carbono, la piel Alcantara en los apoyabrazos, las costuras y pespuntes en azul eléctrico y los pedales de aluminio nos recuerdan que se trata de un vehículo con aspiraciones deportivas. La pantalla de 12,3 pulgadas del sistema de infoentretenimiento se integra perfectamente y ofrece una visualización muy buena sin apartar demasiado la vista de la carrertera.

El generoso espacio en las plazas traseras no varía y nos sigue ofreciendo muy buena habitabilidad con gran espacio para las piernas, sin embargo el túnel de transmisión le resta bastante confort al ocupante de la plaza central. Por su parte, el maletero, presenta un generoso espacio de carga de 520 litros con todos los asientos en su posición original.

La extensa gama de modelos y versiones híbridas de la marca japonesa es un factor que permite a la gente de Lexus seguir confiando en una mecánica grande, de aspiración atmosférica y en configuración V8 para sus modelos más prestacionales sin sobrepasar el límite de emisiones de CO2 total. Otras marcas como BMW o Mercedes-Benz, por poner unos ejemplos, han tenido que recurrir al downsizing y a la sobrealimentación.

Así pues, el GS F monta exactamente el mismo motor que también mueve al RC F. La mecánica 5.0 V8 eroga una potencia de 477 CV y unos nada despreciables 530 Nm de par máximo. Todo ello se asocia a un cambio automático de convertidor de par y 8 velocidades que traslada toda la furia a las ruedas posteriores. Me ha parecido un buen cambio en conjunto, rápido subiendo, suave en modo normal y más brusco con modos más deportivos, con una buena gestión de las marchas, pero también algo lento a la hora de reducir varias marchas de golpe.

Pese a contar con un peso total de 1.830 kg, el GS F, parece un coche mucho más liviano al volante. El propulsor es capaz de catapultar a este “bicho” desde parado hasta los 100 km/h en apenas 4,6 segundos y alcanzar una velocidad punta de 270 km/h limitada electrónicamente. Todo ello con un consumo medio homologado de 11,2 l/100 km y unas emisiones de 260 g de CO2/km.

Es un motor que desde el primer pisotón se percibe potente y lleno de vida pero, a su vez, y dado el tipo de aspiración que presenta, también es muy progresivo y agradable de conducir. Ofrece la oportunidad de rodar a bajas vueltas en marchas largas con mucha facilidad, escondiendo en todo momento su carácter diabólico en la zona más alta del cuentarrevoluciones.

La cosa se pone seria cuando se sobrepasan las 2.800 rpm y, como por arte de magia, el suave ronroneo que expulsaba el tubo de escape de convierte en un expresivo rugido que aumenta a medida que demandamos más gas con el pedal derecho. Música celestial para los oídos… con “trampa”.

Y es que aun circulando con las ventanillas subidas el sonido V8 se escucha muchísimo en el interior. ¿Mala insonorización? Ni mucho menos. El Lexus GS F incorpora unos micrófonos en junto al motor y en la zona de escape que amplifican su sonido al interior mediante los 17 altavoces del sistema de sonido Mark Levinson (Active Sound Control). No es un sonido artificial pre-cargado con anterioridad en el sistema sino que reproduce fielmente lo que está pasando en ese momento bajo el capó y en la parte trasera, eliminando posibles ruidos molestos como la rodadura, por ejemplo, para que la armonía de los ocho cilindros se escuche más clara.

Posiblemente una de las características que destacaría de este modelo es la nobleza con la que se conduce por todo tipo de vías. Lo probamos brevemente en ciudad, en autopista y en puertos de montaña y resulta complicado encontrar puntos flacos a una puesta a punto del chasis muy buena y efectiva.

Quizás en alguna ocasión, con el firme en mal estado, se echa en falta algo más de confort por parte de las suspensiones. Y es que éstas no son pilotadas, es decir, no varían su dureza en función del modo de conducción elegido. Pregunté a uno de los ingenieros japoneses que se encontraban en la presentación precisamente por este tema y su respuesta fue simplemente “estas suspensiones sirven para todo: van bien en carretera y van bien en un circuito”. En fin…

Los modos de conducción son: Eco, Normal, Sport y Sport+, y modifican básicamente la dureza de la dirección, la sensibilidad del acelerador y la gestión del cambio automático (obviamente si usamos las levas en manual secuencial no incide en este aspecto).

También se puede elegir entre tres modos para el control de estabilidad: Normal, Sport y Expert, cada uno enfocado al tipo de conducción deseado. Así como otros tres programas para el nuevo sistema TVD (Diferencial Electrónico de Par) implementado por primera vez en el RC F: Normal, Slalom y Track.

Al volante es un coche muy agradecido que te llevará por la trazada que le marques con muchísima seguridad. Pese a mover más de 1.800 kg las inercias se notan menos de lo esperado gracias a un reparto de pesos casi perfecto (52% delante por 48% detrás). La dirección tiene buen tacto y lo frenos paran con contundencia cuando la ocasión lo requiere.

Terminamos la presentación en el técnico circuito del Jarama, uno de los trazados que debo reconocer que me enamora cada vez que tengo la oportunidad de rodar en él. Pese a no tratarse de un coche para tandas la organización nos regaló el poder disfrutar de 5 vueltas rápidas al volante de este magnífico coche.

Abro la puerta, me dispongo a entrar y, ¡oh sorpesa! es una unidad japonesa con el volante a la derecha. Me doy la vuelta al coche, entro, se sube conmigo un piloto-instructor de Lexus, arranco y salimos de boxes.

Dicho instructor me comenta que probaríamos todos los modos de conducción y las diferentes configuraciones del sistema TVD para que pudiese notar cómo cambia el tipo de conducción de uno a otro. Empezamos con todo en modo Normal y las sensaciones que transmite son de muchísima seguridad, entrando el control de estabilidad a la mínima que la trasera intenta descolgarse.

Del Normal pasé al Sport +, con el control de estabilidad en modo Expert y el sistema TVD en Slalom, ¡y vaya si cambia la cosa!. De esta forma es un coche más enérgico, más reactivo, pero que sigue tomando las curvas con muchísima facilidad gracias al repartidor del par entre el eje trasero que busca el máximo agarre posible.

Las dos últimas vueltas las hice con el modo Track conectado, en teoría el más deportivo de todos. Sí que lo es, pero básicamente el único cambio que se percibe es que tiende a sobrevirar más que con el modo Slalom. Es más divertido y te hace trabajar más con el gas y la dirección, pero el GS F tiene ese punto benévolo que parece que te avisa antes de empezar a derrapar y permite aguantar la trasera deslizando a punta de gas y contravolanteando.

Lexus tiene previstas las primeras entregas del GS F entre Enero y Febrero del año que viene. Aún no disponemos del precio oficial pero se nos comunicó que su precio podría rondar entre los 115.000 y los 120.000 euros según el acabado elegido: Luxury o Executive.

Cuando tengamos los datos oficiales os los comunicaremos.