El Maserati Boomerang se presentó por primera vez en el Salón de Turín de 1971. Obra del diseñador italiano Giorgetto Giugiaro (Italdesign) estaba basado en el Maserati Bora. Destacaba por su afilada carrocería en forma de cuña, una silueta que guardaba cierta similitud con la del Lamborghini Countach creado por Marcello Gandini que había visto la luz en el Salón de Ginebra de ese mismo año 1971.
En 1972 fue repintado del color naranja inicial al gris plata que vemos en las imágenes que ilustran este artículo. Otra mejora que recibió entonces fue el hecho de ser transformando en un coche 100% funcional.
Tanto el techo, como las puertas contaban con una amplia superficie acristalada. A diferencia del Lamborghini Countach o del Alfa Romeo Carabo, las puertas del Maserati Boomerang contaban con un sistema de apertura convencional.
Sin duda alguna, uno de los elementos más llamativos del Boomerang, además de su espectacular carrocería, era el volante. Todos los instrumentos, así como la gran mayoría de mandos de control se encontraban dentro del mismo en una especie de prolongación del salpicadero. Podríamos decir que fue todo un precursor a la hora de proponer esta integración de los mandos en una posición tan próxima al conductor.
Maserati cedió un Bora, la unidad con número de chasis #081, como base para que Italdesign confeccionara el Boomerang. Por tanto, en posición central trasera contaba con un motor V8 de 4,7 litros alimentado por 4 carburadores Weber con cuerpos de admisión de 42 mm. Una poderosa mecánica que declaraba 306 CV a 6.000 y 460 Nm a 4.200 rpm.
Después de convertirlo en un coche que podía circular, el Maserati Boomerang pisó la alfombra de los salones de Ginebra, París, Londres y Barcelona. Precisamente, tras ser expuesto en el Salón de Barcelona de 1974 fue vendido a un particular de Benidorm.
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Aquel no fue el primer caso en el que un prototipo terminaba matriculado y vendido en España, numerosos coches únicos siguieron este camino a través del Salón del Automóvil de Barcelona que se celebraba en el recinto ferial de FIRA de Barcelona en Montjuïc.
Tras pasar un tiempo abandonado en 1980 fue restaurado y un tiempo después pasó a manos de un coleccionista alemán. En el 2002 Christie’s lo subastó por 721.750 euros, pero la última vez que cambió de manos, en otra subasta esta vez en 2015 organizada por Bonhams, alcanzó un precio de 3,3 millones de euros.
En resumidas cuentas
Este es un caso de lo más particular. Un prototipo único diseñado y producido en Italia que terminó siendo matriculado y vendido a un particular en España. Muy pocos coches únicos concebidos para llamar la atención sobre la alfombra de un salón del automóvil terminan circulando por la calle como el Maserati Boomerang.
Con este modelo era difícil que te robaran el volante