Mazda CX-3 2.0 150 CV Aut. AWD: Arma de seducción

El SUV de Mazda dentro del segmento B tiene muchos elementos que lo sitúan como una destacable alternativa en una competida categoría que no deja de crecer y que abarca modelos como el Opel Mokka X o el Renault Captur, por citar solo algunos. A su apariencia atractiva y moderna se añade el amplio equipamiento de esta terminación Luxury Premium así como una remarcable conducta dinámica y el buen rendimiento del motor 2.0 de gasolina de 150 CV.

El diseño es uno de los puntos que más llama la atención nada más comenzar a analizar el modelo japonés. Si bien está integrado en la línea visual del resto de modelos de la gama Mazda, lo cierto es que se le puede atribuir un carácter propio que lo hace reconocible. El morro del SUV nipón se distingue por una importante longitud y por una parrilla de considerable tamaño que queda conectada visualmente con las ópticas mediante un marco.

Al observar el vehículo de forma lateral cabe destacar la línea de cintura ascendente al mismo tiempo que la línea de techo adopta una leve caída en la zona posterior. Todo ello contribuye a que el coche tenga un aspecto dinámico atlético así como unas líneas fluidas y un aire de inspiración cupé.

En lo que respecta a la zaga del CX-3 no hay que pasar por alto la posición elevada de la matrícula con lo que, sumado al diseño de esta zona, se obtiene una apariencia más robusta del vehículo visto desde atrás. En la terminación Luxury Premium de esta unidad, las llantas de aleación de 18 pulgadas modelo Gun Metallic vienen de serie y refuerzan el poderoso atractivo estético del SUV compacto de Mazda. Opcionalmente, este CX-3 cuenta con el color de carrocería Soul Red (600 euros).

El puesto de conducción del CX-3 se caracteriza por su buena calidad de acabados, por ser confortable y por ofrecer una posición que se asemeja más a la de un turismo que a la de un SUV. Si el diseño exterior es uno de sus puntos fuertes, también lo es dentro del habitáculo gracias a una apariencia atractiva y elegante. Esta terminación cuenta con un particular cuadro de instrumentos donde la esfera central está dedicada al cuentarrevoluciones y la velocidad aparece en la zona inferior en formato digital.

Además, la lámina de metacrilato del sistema Head-Up Display ubicada tras el panel de instrumentos complementa la información recibida. La posición de la pantalla de 7 pulgadas del sistema multimedia queda en una posición elevada, lo que facilita la visibilidad de las diferentes indicaciones, como por ejemplo las del navegador. En términos de espacio, la segunda fila permite a dos adultos viajar con una notable comodidad, con una importante amplitud para las rodillas. Eso sí, la plaza central es menos cómoda y, además, los ocupantes de altura superior a la media pueden notar el techo demasiado cerca en esta fila.

En cuanto a capacidad de maletero, el vehículo ofrece 350 litros que pueden crecer hasta los 1.260. El plano de carga queda algo elevado para cargar bultos pesados. Este acabado Luxury Premium incluye una amplia dotación de equipamiento de serie con elementos como asientos delanteros calefactados, volante y pomo de la palanca de cambios de cuero, climatizador automático, navegador, sistema de sonido Bose con siete altavoces, sistema MZD Connect con pantalla táctil y Bluetooth con streaming.

También dispone de acceso y arranque sin llave, control de crucero, sensores de lluvia y de luces, sensores de aparcamiento traseros, faros antiniebla delanteros LED, faros Full LED y asistente de arranque en pendiente. Al repasar los opcionales que se aprecian en el interior del habitáculo cabe señalar la tapicería de cuero blanco (800 euros) y el Pack Travel (1.050 euros), que agrupa control de ángulo muerto avanzado, detector de tráfico trasero, sistema de iluminación direccional, control de luces de largo alcance, control de crucero adaptativo, sistema de asistencia a la frenada, detector de fatiga y sistema de reconocimiento de señales.

Para esta prueba, el motor elegido ha sido el más prestacional de toda la gama. Se trata de un propulsor 2.0 de gasolina de 150 CV de potencia que mueve con gran soltura al SUV japonés. El propulsor registra un par motor máximo 204 Nm a 2.800 rpm, lo que le lleva a brindar una muy buena entrega de fuerza en la zona baja del cuentavueltas. Se trata de una mecánica muy elástica y, cuando se le solicita, es capaz de responder de forma enérgica, lo que es una ventaja a la hora de llevar a cabo maniobras como, por ejemplo, los adelantamientos.

Asociada al motor se encuentra la caja de cambios automática de seis velocidades que equipa esta versión. Además de distinguirse por una gran suavidad de funcionamiento, reacciona de forma rápida, lo que le permite sacar el máximo partido al motor. El hecho de poder gestionarse mediante las levas situadas tras el volante acentúa el carácter dinámico que transmite el vehículo. Y no hay que pasar por alto la presencia del modo Sport, con el que se obtiene un comportamiento general más deportivo gracias a que se estiran más las marchas antes de cambiar.

De esta forma, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,7 segundos y de alcanzar una velocidad máxima 195 km/h. En lo que respecta al consumo, la versión probada homologa una media de 6,3 litros cada 100 kilómetros. Una vez finalizada la prueba, que incluyó tramos de ciudad, vías interurbanas, carreteras de montaña, autopista y pistas de tierra, el registro fue algo superior, de 7,6 l/100 km. En cualquier caso, sigue siendo un valor bastante ajustado teniendo en cuenta que se trata de un vehículo de 1.310 kg de peso, con motor de gasolina de 150 CV y tracción a las cuatro ruedas.

Desde el punto de vista dinámico, el Mazda CX-3 destaca por su comportamiento de inspiración deportiva, un rasgo que se aprecia sobre todo a la hora de afrontar carreteras reviradas. Por este tipo de vías, el SUV japonés demuestra una notable estabilidad y un alto grado de agilidad beneficiados por un bajo nivel de balanceos de la carrocería. A ello contribuye el hecho de que, pese a que su tarado de suspensión es muy equilibrado, es algo más firme de lo que suele ser habitual en vehículos de este segmento.

Por su parte, la dirección se caracteriza por su suavidad, su tacto directo y un ambicioso nivel de precisión que refuerza la sensación de control sobre el coche en todo momento. Cuando llega el momento de rodar por las grandes rectas de autopista, el vehículo demuestra un gran aplomo y una importante calidad de rodadura que dan como resultado un destacable confort de marcha general para los ocupantes. Para lograr que esta sensación fuera aún mejor, se agradecería algún que otro decibelio menos procedente del motor.

El equipo de frenado se encuentra en un muy buen nivel, a la altura tanto del chasis como del motor, por lo que brinda una conducta satisfactoria y se comporta de forma contundente cuando es necesario realizar detenciones intensas. Esta versión cuenta con tracción a las cuatro ruedas, lo que le ofrece unas mejores garantías de motricidad a la hora de abandonar el asfalto. Las cuatro ruedas motrices son de gran ayuda en pistas de tierra convencionales.

Eso sí, ni la altura libre al suelo ni los ángulos de ataque, ventral y salida son adecuados para buscar horizontes offroad exigentes. Es decir, no se trata de un todoterreno que pueda enfrentarse a franqueos ni a obstáculos mínimamente difíciles.

En definitiva, el CX-3 supone una interesante alternativa en la categoría de los SUV compactos con bazas como un diseño atractivo, una de las mejores dinámicas de su segmento y, en esta versión, un motor capaz de mover el vehículo con gran soltura con un consumo razonable. A ello cabe sumar el amplio equipamiento de este acabado Luxury Premium y el valor añadido en términos de motricidad que le ofrece el sistema de tracción a las cuatro ruedas. Éste último sistema, unido al cambio automático de esta unidad, elevan algo un precio que, pese a ello, sigue siendo correcto para lo que se ofrece, pues es de 29.030 euros de serie.